Mundial Femenino 2023

Filosofía clara, rumbo fijo: la derrota de Argentina y el fondo de la esencia

Un análisis sobre la idea de juego del seleccionado nacional en el Mundial, su diferencia con el de Francia 2019 y el objetivo a largo plazo.

Por Constanza Vanzini ·

24 de julio de 2023

LA SELECCIÓN ARGENTINA comenzó el Mundial con un transpié ante Italia, con un gol a pocos minutos del final, y eso será lo que quedará en el análisis más superficial y en la memoria de los hinchas albicelestes.

Sin embargo, lejos de caer en un discurso conformista, el resultado no es lo único que le importa al equipo dirigido por Germán Portanova en el certamen de Australia y Nueva Zelanda.

 

Imagen Banini, la referente
Banini, la referente
 

Lo esencial pasa por otro lado. Los conceptos para describir los principales objetivos de la Selección se agrupan bajo una clara filosofía: construir una identidad, entender el proceso y lograr un estilo de juego que priorice salir a buscar los partidos.

“Si había una manera de perder era esta: jugándole de igual a igual a Italia”, afirmó Lorena Benítez, convencida de que están en el camino correcto.

 

El regreso de Estefanía Banini es el símbolo de lo que este plantel intenta conseguir. Después de tres años de no haber sido convocada por estar en desacuerdo con la idea futbolística del técnico anterior Carlos Borrello, ahora tiene su revancha en la Copa del Mundo y es la gran portavoz del mensaje que en su momento no le habían perdonado decir.

“Venimos trabajando en crear una identidad más allá de los resultados, eso es lo más importante. Estamos contentas por abrir caminos para las más jóvenes y por empezar este recorrido que desde hacía tiempo queríamos”, explicó la figura argentina, una vez terminado el encuentro en Eden Park.

Las diferencias en estos años con respecto a Francia 2019 son muchas, no sólo desde el juego sino también por el contexto: el apoyo previo, las giras para competir, la creciente cantidad de futbolistas argentinas en las ligas extranjeras y los logros conquistados por las jugadoras con la (semi) profesionalización de la disciplina.

 

Imagen Argentina, en el Mundial 2019
Argentina, en el Mundial 2019
 

En aquel Mundial, la Selección Argentina comenzó con un empate histórico ante Japón, el subcampeón del mundo, pero sin un proyecto a largo plazo y con una sola premisa: defender el arco propio y nada más.

"Intentamos salir en busca del triunfo, a diferencia del Mundial pasado, donde no proponíamos nada", agregó Banini, con quien coincidió Florencia Bonsegundo, que criticó la falta de ambición que había antes y enfatizó: "Nosotras queremos ser protagonistas y no vamos a renunciar a esa idea".

“Quiero que mi equipo tenga una buena imagen de juego, que no se hable de que es una selección aguerrida, sino también que es un plantel que trata bien la pelota, una forma de jugar”, había declarado Portanova, el actual técnico, apenas asumió al frente del equipo.

En 2023 el inicio no fue épico como hace cuatro años y, sin embargo, el panorama es otro. Los resultados no mandan. El proceso de esta Selección no debería ser invisible a los ojos de los demás: claro que irá en busca de la victoria ante Sudáfrica y Suecia, los dos próximos cruces del Grupo G, pero con la intención de marcar un rumbo futbolístico más prometedor para las que lleguen después de ellas.