Fue el arquero de Maradona, lo dirigieron Alfaro, Milito y Martínez y sueña con ganar la Libertadores
Desde Paraguay, Alexis Martín Arias charló con El Gráfico y tocó todos los temas a lo largo de su extensa carrera en la que pasó por tres países de Sudamérica.

“El arquero tiene un proceso de maduración diferente al resto de los jugadores, los debuts son sobre los 22/23 años. Si te va mal, es una experiencia negativa porque te sacan”. El que habla es Alexis Martín Arias, actual guardavalla de Cerro Porteño, que tuvo su bautismo a los 24 años en Gimnasia.
Gustavo Alfaro fue quien lo hizo saltar a la cancha y la defensa típica de los equipos del actual entrenador de la Selección de Paraguay le permitió destacarse. “Solamente tengo palabras de agradecimiento para él, me dio el puntapié inicial y la confianza. No podría encontrarle algún defecto, me dio el arco. Él ha logrado cosas con sus formas, es meritorio. En cuatro partidos le dio una ilusión a un país que veía muy lejos el Mundial”, manifiesta
La Copa Argentina 2018 siempre será una cuenta pendiente para el Lobo, ya que llegó a la final tras dejar en el camino a Boca y a River y perdió la oportunidad ante Rosario Central de conquistar su primer título en el Siglo XXI. “Merecimos ganarla, la espina está muy latente. Tuvimos un cabezazo de Santiago Silva que no entró, en los penales te quedás pensando en que podías hacer otra cosa, pero todos nos entregamos al 100%. Hoy no le cierro las puertas al club, parte de mi familia es hincha”, rememora.
La final de la Copa Argentina que se le escapó a Gimnasia
2019 no fue un año más en la historia de Gimnasia, que sumergido en la zona de descenso tras malas campañas, despidió a Hernán Darío Ortíz y llamó a Diego Armando Maradona. Sin embargo, para el golero, no fue un momento feliz de su carrera: “El desgaste, la frustración de las ventas, todo eso llevó a seis meses no tan buenos. La última imagen no fue buena, pero yo hago una evolución de todo y siento que le di mucho”, sostiene.

La ilusión en Estancia Chica y el Bosque fue total con la llegada del Diez, que tocó las fibras más íntimas de los jugadores. “Lo que impone él es impresionante, con muy pocas personas me ha pasado de sentir eso. Él generaba, íbamos a todas las canchas y lo recibían de mil maneras. Era muy cercano al jugador en el día a día, soy un agradecido de haber tenido como DT al mejor del mundo. Me llevo haberlo conocido con mis familiares, él me bancó en un momento complicado”, señala.

En 2020, la Superliga y sus descensos se suspendieron por la pandemia de Covid-19 y, si bien el Lobo continuaba último, mantenía viva la ilusión de quedarse en primera de la mano de Maradona. “Chances había, y teniendo a Dios en el banco, era para creer. Podíamos aferrarnos a un milagro”, asegura.
Unión La Calera y O’Higgins fueron los clubes por los que pasó en el fútbol chileno. A lo lejos, analiza su experiencia en el país trasandino como una etapa clave para mejorar: “Hay menos pasión y menos presión, tenés tiempo para ajustar detalles. La liga es muy competitiva y a los argentinos que van les va bien por la intensidad”.
2023 lo tuvo de regreso en el país para atajar en Argentinos Juniors, equipo que tenía por tercer año consecutivo como DT a Gabriel Milito y que disputaba la Libertadores, lo cual lo sedujo. “El club no para de crecer y siempre vende jugadores al exterior, lo que es su motor. Las instalaciones se renuevan e invierten mucho en sus inferiores. Eso se ve reflejado en la cancha, mantienen esa línea y los lleva a pelear cosas”, afirma.

Durante ese año, el Bicho desplegó un juego vistoso que lo llevó a jugar los octavos de final del certamen continental ante Fluminense, que meses después se consagraría campeón tras derrotar a Boca. La serie tuvo muchas aristas y al elenco de La Paternal derrotado, pese a que mereció más. “Fue injusto lo que pasó en la Copa, teníamos para matarlo y no lo matamos. Siento que fue catastrófico lo que pasó en La Paternal, teníamos para hacer el 2 ó 3 a 0. Pasó lo de la patada de Marcelo a Luciano Sánchez (NdR: Sufrió una estremecedora luxación de rodilla izquierda) que nos dejó impactados a todos. Ahí gastamos todos los cambios, minutos después me expulsan y terminó atajando Heredia y el partido empatado. Allá se nos lesionaron Federico Lanzilotta y Miguel Torrén (NdR: arquero suplente y capitán) y no fuimos inferiores. Hicimos un gran partido y podríamos haber pasado”, destaca.
Lo mejor del encuentro que tuvo de todo en La Paternal
Pocos días después, Milito renunció intempestivamente tras la caída por 1-0 ante San Martín de San Juan por Copa Argentina. “Nos tomó a todos por sorpresa, previamente le habíamos ganado a River y perdido con Arsenal. Son técnicos que no vuelven atrás, quizá llevaba un gran desgaste. El equipo lo sintió mucho. Tenía muchas virtudes, yo disfruté de jugar al fútbol con él. Tengo palabras sólo de agradecimiento. En su trabajo es de los mejores, si todo el mundo dice lo mismo por algo será”, opina.
En 2024 llegó a Cerro Porteño, uno de los gigantes del continente que nunca ganó la Copa Libertadores y que ni siquiera llegó a la final. En su primer año, el Ciclón fue eliminado en fase de grupos y en 2025 pasó a fase 3, instancia en la que enfrentará a Melgar. “La ilusión de los hinchas está siempre de poder conquistarla, por más que no esté fácil. Es un cuadro muy grande, no hay que achicarse. Es un animador, por lo que lo primero que tenemos que pensar es en pasar a grupos. La rivalidad con Olimpia es sana, hay respeto. A la hora de jugar los clásicos la exigencia está. Son cuatro veces por año, de mínima”, indica.

Al mando del conjunto de Barrio Obrero está Diego Martínez, quien hace algunos meses renunció en Boca y encontró otro reto en el exterior. “Está muy bien rodeado, tiene un gran staff y mucha energía. Tiene similitudes con Milito, con el tema de la tenencia y de buscar dominar al rival. Para él es un gran desafío”, subraya desde Asunción.
De conceptos claros, se ve seducido por las ideas de los técnicos que buscan ser protagonistas y que practican el juego de posesión. Como arquero de recambio en el elenco azulgrana, sabe que debe competir por el puesto: “Cada vez que el equipo gana y uno va al banco, es como que te clavan un puñal. Hay que demostrar día a día que el que tiene que atajar es uno, pero son decisiones del entrenador. Hay que saber que primero se juega para uno mismo y después para aportarle al resto”, recalca.
Imagen de Portada: AFP