Las Entrevistas de El Gráfico

La historia del fútbol femenino, por una especialista

La periodista y escritora Ayelén Pujol pasó por el archivo de El Gráfico para hablar del recorrido de la disciplina y de su actualidad.

Por Julián Marcel ·

07 de marzo de 2025

La mesa del archivo de El Gráfico está repleta de material de la historia del fútbol feménino: recortes, fotos, programa y notas de invitación del Mundial No Oficial de México 1971, diapositivas, y varias revistas. Ayelén Pujol recorre con la vista lo que aparece y reconoce imágenes, lee atentamente, mira las diapositivas y les da nombre y apellido a quienes ahí aparecen. Ella nunca estuvo en el archivo, pero lo conoce.

No es para menos: durante dos años se dedicó a escribir"¡Qué jugadora! Un siglo de fútbol femenino en la Argentina”, editado en 2019 por Ariel. El libro, prologado por Angela Lerena, está dedicado a tratar sobre el impacto del fútbol femenino no sólo desde aspectos históricos sino sociales y políticos. Plagado de testimonios, está contado desde el riñón de la historia misma, a través de las declaraciones de ex jugadoras, periodistas, árbitras que narran sus experiencias en un mundo (predominantemente) masculino. 

Con motivo de los encuentros virtuales sobre la historia del fútbol femenino que dictará a partir del 13 de marzo visitó el archivo de El Gráfico, una de las fuentes de consulta de su libro.

-¿Desde cuándo te interesó la historia del fútbol femenino? 

-A partir de algo medio personal y colectivo, que fueron las movilizaciones que empezaron en 2015 con los feminismos en la calle a partir del Ni Una Menos. Y pese a que siempre tuve una mirada interesada en las cuestiones políticas y ciertos compromisos con las cosas que pasan, la palabra feminismo no se me había cruzado, no tenía esa perspectiva. De hecho había elegido periodismo deportivo y había querido jugar al fútbol. Después empecé a laburar y vi un montón de machismos y micromachismos de cerca. 

-¿Los padeciste?

-Sí, primero como niña que quería jugar y después como trabajadora en el mundo del deporte. Me costó mucho tiempo entender que era un proceso social, cultural y político de la historia de la humanidad. La opresión del patriarcado, digo. Y en 2015 me pasó algo muy fuerte, ya adulta, participando de todo lo que sucedía, que me transformó la vida, porque ahí sí empecé a mirar con otro prisma las cosas y empecé a ser consciente de todo eso, personal, pero estructural del mundo también.
 
-¿Fue un hecho en particular o fueron precisamente las movilizaciones lo que te transformó? 

-Fue el hecho de participar de las movilizaciones y de estar en la calle y de los debates. Fue un momento muy fuerte de debates y discusiones. Empecé a participar de los encuentros de mujeres también. Para quienes lo vimos, fue muy fuerte. Ahí empecé a ver con otra mirada, con una mirada feminista, todos los aspectos de la vida, entre ellos la profesión. Yo trabajaba en medios de comunicación cubriendo fútbol masculino. Y empecé a plantearme por qué yo no había sido futbolista si ese era mi deseo, y por qué no cubría el fútbol femenino. Y empecé a hacerme algunas preguntas que son estas que fueron el disparador del libro. Quienes fueron las primeras, dónde estaban, por qué no las conocíamos. Yo provengo de familia de canillitas, desde que soy bebé voy a puestos de diarios y revistas y desde que tengo uso de razón jugaba al fútbol y esperaba la llegada de El Gráfico para que me lo trajeran a mi casa y mientras lo coleccionaba. Yo tengo todos los manuales de fútbol y en ninguno estamos nosotras. Todo ese silencio en 2015 explotó y a partir de ahí empecé a buscarle respuestas a esas preguntas, de alguna manera, acercándome cada vez un poco más y en 2019 salió el libro que me habrá llevado dos o tres años de investigación, de búsqueda, de entrevistas, de laburo.

 

Imagen La tapa de "¡Qué jugadora!" de Ayelén Pujol, editado en 2019
La tapa de "¡Qué jugadora!" de Ayelén Pujol, editado en 2019
 

EL LIBRO 

La autora dijo que alguna vez quiso jugar al fútbol, pero nunca se animó a dar el salto. Sin embargo, estas experiencias le sirvieron para escribir crónicas como la publicada en el número 4443 de El Gráfico, en febrero de 2014, titulada "La prueba", en la que, a través de un anuncio publicado en Facebook, se animó a probarse para el equipo femenino de Platense, en el que quedó pero no volvió a presentarse. Esta experiencia también fue contada en “¡Qué jugadora!”.

Sobre el proceso de trabajo de este volúmen, confiesa: "No vine acá a este archivo, pero sí recorrí hemerotecas, hice muchas entrevistas, viajé a México, además de encontrar a las personas, rastrearlas, convencerlas de que quieran hablar".

-¿No querían hablar?

-Sí, pero había protagonistas que no tomaban conciencia del lugar que habían tenido. A Elba Selva costó un montón convencerla para que contara su historia. Ella estaba en su casa, y hacía tiempo que no tenía relación con el fútbol. Si el mundo la había invisibilizado siempre, ¿por qué iba a pensar que podía ser una ídola del fútbol? Si le habían dicho todo lo contrario. Llevó ese laburo, y lleva todavía porque hay historias que todavía no se conocen y que constituyen ese rompecabezas porque no hay registro, porque ves fotos que no se saben ni quiénes son, ni de dónde son. Y eso en el fútbol masculino no pasa. El primer partido, hasta ahora, que se encontró es de 1913 y solo aparecen los nombres de pila de las jugadoras, ni siquiera podes rastrear en las familias porque no tenés el apellido. Todo el tiempo hay cosas por descubrir, entonces es una historia que se sigue escribiendo.

-Dejabas entrever que tenías deudas pendientes con el fútbol. ¿Haber escrito el libro fue una especie de auto-recompensa por tus experiencias con el deporte? Pongo el caso de la prueba en Platense, que vos misma decidiste no seguir.

-No sé si es personal, porque es colectiva y era algo que no estaba contado. Te puede gustar o no, pero está contado. Y eso me parece un aporte. Un granito de arena que se puede seguir, que se puede buscar más y mejor y que puede abrir un camino. También para mí el periodismo cuando lo elegí como oficio tenía una perspectiva de transformar un poco la realidad, de pelear por un mundo más justo con el legado de grandes maestros como Rodolfo Walsh. El libro lo escribe una persona, pero tiene las voces de un montón más, y que faltan. Y yo lo viví como un hecho político a la publicación como diciendo: "Acá estamos, tenemos memoria, tenemos historia". 

-¿Y cómo sentiste la recepción de los lectores tras la publicación?

-Fue buenísimo.En el libro escribí que el primer partido de fútbol femenino fue en 1923, y una vez que fui a presentarlo a Rosario se acercó a alguien a decirme que sabía de un partido diez años antes, y a partir de ese testimonio encontré que efectivamente fue así. Se había publicado en La Capital de Rosario e incluía fotos. Historias hay miles, y a partir del libro también las transformaciones en el mundo vinculadas a cuestiones de la diversidad siguieron. Hoy tenés identidades trans siendo parte del deporte y del fútbol también. Y el libro también te deja vínculos porque esta es una historia que tiene también mucho sufrimiento. Siempre se quiso vender al fútbol femenino como algo simpático y no es así: es la historia de personas que la pasaron mal. Esta es una pelea como la del derecho al voto. Estamos hablando del fútbol, que es el deporte más popular, y ellas estuvieron peleando por un lugar para decir: “Yo existo acá”. 

 

Imagen Ayelén Pujol
Ayelén Pujol
 

EL FÚTBOL FEMENINO ACTUAL 

-Y respecto al fútbol femenino actual: ¿cómo lo ves y cómo sentís que lo ven después de años de consolidación?

-Creo que el fútbol femenino creció muchísimo en los últimos años, desde 2015 hasta esta parte. Creo que todos los crecimientos del fútbol femenino históricos estuvieron relacionados con las luchas feministas en los distintos lugares del mundo.

-¿Es inevitable no relacionarlo? 

-Es inevitable: cuando se peleaba por el derecho al voto eran los equipos de Inglaterra que llevaban cuarenta mil personas a la cancha para que las vieran. Y así todas las olas feministas. Los mundiales no oficiales de los años 70 surgen casi en la tercera ola, y a partir de 2015 la FIFA comienza el gran cambio de eso. El mundial de 2019 fue bisagra porque se decide que pasa a ser parte fuerte de su agenda e invierte más en la disciplina. Y hoy encontrás algunos lugares de Europa que las canchas se llenan sobre todo en Champions y con algunos equipos muy fuertes, como Barcelona, con Lyon en Francia, en México también. En Argentina tuvo un crecimiento muy fuerte que me parece se relacionaba con los gobiernos de turno y que desde que asumió este gobierno se retrocedió un montón. Los partidos eran transmitidos por los medios públicos, era una política de Estado. Y ya no se transmiten: hoy apenas dos los transmite un canal privado, y creo que eso atenta muy fuerte contra la disciplina y se van dando movimientos de clubes que te muestran que como eso no es una política de Estado pueden por ejemplo tomar la decisión de bajar de categoría, que hacen que nuestro fútbol sea menos competitivo. La situación económica perjudica a gran parte de la sociedad, pero más a las mujeres y también a las futbolistas, porque los salarios son muy bajos. Aunque tengas un contrato profesional, tenés que tener otro trabajo, además de ser futbolista, y eso atenta contra el desarrollo. 

-¿Y con la Selección? 

-También está en un momento de retroceso, porque además de todo esto le toca en un recambio generacional, con conflictos internos, que se arrastraron hasta las últimas convocatorias, con jugadoras que se retiraron como Vanina Correa. Los recambios generacionales le tocan a todos, incluso la Scaloneta es un recambio generacional que salió bien. 

-¿Cambió tu visión del fútbol desde 2015 para acá?

-El masculino me aburre un poco mirarlo y con el femenino me divierto un poco más aunque creo que acá en nuestro país hay como un retroceso a nivel futbolístico, pero si tengo que ir a la cancha, voy a ver al femenino. Al mismo tiempo que pasa esto en el ámbito profesional, sí hay un movimiento interesante de las bases. Creo que hay cada vez más chicas que juegan, cada vez más escuelitas de fútbol para pibas, vas a una cancha donde voy a jugar con mi equipo, y ves un montón de chicas. Eso sigue creciendo.

 

Imagen Ayelén Pujol sostiene la primera tapa de El Gráfico dedicada al fútbol femenino (Edición 310, del 13 de junio de 1925)
Ayelén Pujol sostiene la primera tapa de El Gráfico dedicada al fútbol femenino (Edición 310, del 13 de junio de 1925)
 

EL CURSO 

Durante marzo, a partir del 13 hasta el 3 de abril, Ayelén dictará todos los jueves de 19 a 21 de manera virtual un curso titulado “La historia del fútbol femenino. Un recorrido desde 1869 hasta la actualidad”. Sobre esta iniciativa dice que “el curso va a recorrer la historia del fútbol femenino, de lo que sabemos que fueron sus orígenes en el mundo en 1869 hasta nuestros días pasando por lo menos en los primeros equipos en Europa, cómo se dio ese crecimiento y cómo fue intencionalmente buscado que eso no crezca tanto”.

“Se va a pasar por la historia en Argentina”, agrega, “y cómo fueron los inicios en el resto de los países de América Latina (como en Chile que comenzó a jugarse en 1900). Otro tema que vamos a tocar es el de las prohibiciones que hubo durante años,el nuevo auge de los sesenta y los setenta, hasta nuestros días con esta nueva era, que es la era “profesional”, podemos decir, a nivel mundial. Aunque en verdad, cien por cien profesional no está en todos lados”,agrega.

-Hay una premisa que dice que el fútbol y la política no deben combinarse, pero la lectura del libro y de esta charla, muestra que en realidad es inevitable que se relacione. 

-El deporte es parte de la sociedad y están directamente relacionados todo el tiempo. Es inevitable que se relacione, sobre todo cuando hay una disciplina que necesita mucho de la presencia del Estado para ver su desarrollo. Si no tenés eso, un Estado que difunda, que promueva, que busque como igualar la cancha, es muy difícil que se desarrolle.