Ángel Cappa: "A River lo mandaron al descenso"
El histórico entrenador dialogó con El Gráfico en una entrevista que tocó todos los temas: su vida en España, el Huracán de 2009, los arbitrajes, su etapa en el Millonario y sus sueños personales.
ÁNGEL CAPPA fue un entrenador que marcó una época en el fútbol argentino. La cabeza y el padre de aquel Huracán de 2009 que peleó palmo a palmo el torneo con Vélez, generó que tanto hinchas propios como ajenos se sientan identificados con su armónico estilo de juego caracterizado por el toque corto y la posesión de pelota.
A sus 78 años y ya retirado de la profesión, se encuentra radicado en Madrid junto con su esposa y desde allí, habló mano a mano con El Gráfico en una entrevista que tocó varios temas: su día a día, el paso por River, el icónico equipo del Globo y su visión del fútbol y de la vida en general.
-¿Lograste desconectarte un poco de Argentina o seguís pendiente?
-Estoy conectado permanentemente. Por suerte tenemos buena internet y siempre veo todo lo que sucede allá. El fútbol no lo veo porque no lo dan, pero sí miro los resúmenes y estoy al tanto cuando leo, hablo con amigos, tanto lo que pasa en el deporte como en la política. Trato de leer la mayor cantidad de medios.
-Estás en el país sin estarlo...
-Como recita un tango, 'cuándo me fui de mi barrio, si siempre estoy llegando' (NdR: Nocturno a mi barrio).Me fui pero en realidad no me fui nunca, me quedé alla.
-¿Es posible una vuelta al mundo del fútbol o está descartada?
-Totalmente descartada. Cada etapa de la vida tiene una actividad distinta, yo creo que esos procesos hay que respetarlos, soy de esa idea. Tampoco puedo tener a esta edad un hijo, no aguantaría. Todo a su tiempo.
-Metiéndonos en el fútbol argentino, estás muy identificado con Huracán... ¿Pudiste ver la definición del último torneo?
-Me enteré de todo por resúmenes y por lo que me dijeron mis amigos. Como hincha, estoy muy contento por todo lo que hizo Huracán, llegar hasta ahí, peleando el torneo hasta el último partido. Después se pierde porque el rival fue mejor, pero hemos disfrutado de este campeonato. No todos los años lo peleamos.
-¿Qué le falta a Huracán para dar ese paso que dio en el '73, la última vez que salió campeón?
-Le falta Houseman, Brindisi, Babington, Carrascosa... todo eso. Yo creo que son circunstancias. Huracán es un club modesto, por lo que cada vez que aparece algún jugador o un grupo bueno, inmediatamente se va. Aquel del '73 comenzó a hacerlo Menotti en 1971. Eso no ocurre ahora ni soñando, a lo sumo te duran seis meses, es como que siempre está empezando algo, es el destino de los clubes modestos.
-Te lo desarman rápido...
-Pero claro, esto es así. Hacer un equipo lleva tiempo, no es una cuestión de que aparecen tres, salís a la cancha y ya está. Aquel del 2009, cuando yo estuve, fue una casualidad. Estas cosas no ocurren, necesitás más tiempo. El mío estaba empezando y se desarmó.
-¿Si no vendían a ciertos jugadores seguían creciendo?
-Seguro que sí, ese equipo y cualquiera. Se va haciendo todo de a poco y paulatinamente. Ese tiempo no se tiene, solamente los grandes en la mayoría de los casos.
-Algo así le pasó a Gallardo en su vuelta a River, ¿no?
-Es que es así. Las cosas tienen su tiempo, todo. Si querés hacer un buen diario o programa lo mismo. Es ir armándolo, equivocarte, corregirlo.
-Mencionaste al Huracán de 2009, ¿por qué llegó a jugar así en tan poco tiempo? ¿Qué hizo para que les guste a todos su forma?
-Funcionó así porque se dieron muchas circunstancias. Primero, muy buenos jugadores y personas y después porque tuvimos una muy buena pretemporada donde no ganamos. Me acuerdo que perdimos 3-0 con Chacarita y la gente protestaba, pero ese tiempo nos sirvió, recién empezábamos. Si ese partido final lo jugábamos un año después, el comportamiento hubiera sido otro. Vélez era un equipo de mucha experiencia, nosotros no teníamos ninguna, y mucho menos de soportar ese tipo de arbitrajes. Seguramente influyó, como es lógico, todo el contexto del tiempo que Huracán no era campeón.
-Si lo pudieses resumir en una palabra, ¿qué le faltó a Huracán ese día?
-¿Qué faltó? Un buen árbitro. El partido no fue bueno, pero habíamos hecho un gol que lo anuló mal y le dio uno a ellos que no tendría que haber dado.
-Es muy recordada tu frase 'las pelotas quieren esconder ahora, cagones de mierda' al banco de Vélez, ¿Te arrepentís?
-Me arrepiento totalmente, era un partido en el que habíamos recibido los fallos del árbitro y faltaba poco. Desde el banco de Vélez tiraban la pelota a la tribuna. No me interesa decir quién era. Cuando fui a reclamar tomé que me estaban gastando y reaccioné de una manera estúpida. Un instante antes le dije al árbitro y me dijo 'que querés que haga', tienen un reglamento y deberían cumplirlo, pero pasa en todos lados.
La icónica frase de Cappa ante Vélez
-¿Seguís teniendo contacto con los jugadores de aquel equipo?
-Con muchos de ellos. Yo tengo mucha suerte porque hablo con casi todos los jugadores de los equipos en los que estuve, imaginate que sigo en contacto con varios del Banfield del '86. Cuando vienen a Madrid los recibo en casa y nos vemos, somos amigos.
-Después del paso por Huracán tuviste uno por River. ¿No pudiste o no te dejaron replicar tu buen trabajo anterior?
-River estaba pasando un momento muy especial y tenía jugadores muy jóvenes. Los veteranos eran Almeyda y Ortega nomás. En otras circunstancias, yo hubiera continuado en River. En 18 partidos salí quinto, perdimos cinco partidos, pero era todo muy apremiante y con los jóvenes allí es diferente. Muchos me dicen que en Huracán también teníamos pibes, pero es distinto, la camiseta de River tiene otra presión.
-Y más con la situación en la que estaba...
-Exactamente. De todas formas, estoy muy feliz y orgulloso de haber estado en River. Nuestra locura de chicos era ira a un equipo grande de Argentina. Cuando llegué, para mí era una cosa impensada, extraordinaria. Había arreglado con un equipo de Colombia que me pagaban tres veces más, pero ante la posibilidad de River fui ahí y me fue bastante bien. De los entrenadores que tuvo antes del descenso, fui el que más puntos sacó.
-¿En otras circunstancias hubiese sido distinto?
-Sin dudas. Sin esa presión que tenía era otra cosa y hubiera seguido, porque ese equipo tuvo partidos muy buenos.
-En aquel momento estaba Passarella de presidente, ¿cómo era la relación?
-Muy buena, y con los demás directivos y jugadores también, pero Passarella tomó una decisión que había que tomar. Jamás se metió, ni siquiera una sugerencia, inclusive en concentraciones que compartimos. Vos nombrás Passarella y me pasa con los grandes jugadores que no los puedo sacar de mi idea de futbolistas, pienso en eso. Fueron muy grandes para que yo opine otra cosa.
-Siendo el jugador que fue, ¿pensás que es justo que hoy no sea bien recibido en River?
-Para nada, además Passarella no se fue al descenso. Cuando estuvimos J.J López y yo lo mismo. En esos dos campeonatos River salió sexto, lo que no pudo fue levantar lo anterior.
-Te referís a la gestión de José María Aguilar...
-Passarella no tiene nada que ver, había una mochila muy grande y no fue culpa nuestra. En la final de Madrid yo estaba con la gente de River y estuvo todo bien, pero que J.J López y Passarella no puedan ir es una injusticia tremenda, fueron dos grandes, deberían tener el cariño de toda la gente.
-¿Se veían problemas dentro del club?
-Era todo normal. Lo que pasó es que River no podía comprar los jugadores que después compró. Había varios en carpeta que finalmente no pudieron llegar: Bolatti, D´Alessandro, Camoranesi, Trezeguet... peleábamos el campeonato. Te estoy hablando de jugadores de mucha experiencia, si la cosa estaba complicada lo podían aguantar tranquilamente.
-¿Estuvo justificado el descenso de River?
-Esto son suposiciones, pero yo creo que a River lo mandaron al descenso. En partidos claves los arbitrajes fueron contrarios, hay muchos, inclusive el último con Belgrano.
-El penal de Chiqui Pérez a Leandro Caruso...
-Exacto. En otra cancha también jugaba Olimpo y si perdía River se salvaba, pero fue alevoso y empataron. Me acuerdo de un fallo en Mendoza con Godoy Cruz, un golazo de Funes Mori sobre la hora y lo anularon. Ese árbitro no dirigió más, eso fue una cosa insólita, no vio nada y cobró igual, además no fue mano.
-¿Te quedó algo pendiente?
-En el fútbol cumplí sueños que nunca imaginé. Salir campeón con Real Madrid, ganarle 5-0 a Barcelona, campeonar con Universitario en Perú cuando nos pagaron un mes solo y seguimos igual con los jugadores. Dirigí en Sudáfrica, en Racing, que si no nos agarraba la quiebra peleábamos el campeonato... he vivido cosas maravillosas, jugué en Villa Mitre, el club que todavía me emociona. Sigo emocionándome con los equipos que juegan bien. Siempre quedan cosas pendientes, como salir campeón con Huracán o River, pero sería muy injusto que yo, un pibe de Villa Mitre que toda mi ambición era jugar en el primer equipo me queje. Todo lo demás vino agregado.
-A nivel personal o deportivo, ¿tenés algún sueño?
-El de hacer una sociedad justa. Una donde los jubilados puedan vivir tranquilamente, donde sean respetados, considerados. Que todo el mundo pueda tener una casa, un trabajo digno, una atención médica gratuita como debe ser. Eso sueño para mi país y hago lo que puedo desde acá. Estoy en España porque militaba durante la dictadura y tuve la suerte de poder irme. Sigo con la idea y el empeño de luchar para que la gente pueda vivir feliz sin tener que pedir permiso. Ahora depende de los jóvenes, pero alguna vez se va a dar, se tiene que dar.
Foto de portada: El País