Ascenso español, aplicaciones y diseño gráfico: la historia detrás de los mellizos sensación
Federico y Felipe Sarra juegan en Europa pero se hicieron conocidos por haber creado una app que marcó un hito en el mundo del freestyle. Sus comienzos con la pelota en San Martín, las inferiores en Platense y el sueño de jugar en Quilmes motorizan el día a día.
SUENA LA ALARMA del portón de un galpón en San Martín. Los vecinos, molestos, ponen cámaras para que los niños del barrio no jueguen al fútbol en la calle; sin embargo, la iniciación de dos mellizos futbolistas está ahí, pateando contra las paredes en Villa San Andrés.
Federico y Felipe Sarra nacieron a fines del año 2002 y fueron los primeros futbolistas en una familia de médicos e ingenieros. Su padre, fanático de Quilmes, les transmitió el amor por el club y por el fútbol, al que mamaron en la vía pública y en el baby de su colegio.
Con tan sólo 14 años, mientras jugaban en las inferiores de Platense, crearon Fut Rap Cartas, un videojuego que revolucionó el mundo del freestyle. Los aprendizajes en Photoshop, que comenzaron como un hobby, les permitieron diseñar las camisetas del Cervecero, conocer a Duki y vincularse con Lionel Messi y Diego Maradona, nada menos. No obstante, siguen centrados en el deporte más popular del mundo con el objetivo de progresar, sin olvidar sus raíces.
Cuando tenían 11 años tomaron la decisión de dejar de jugar a la pelota y se pusieron en el horizonte convertirse en profesionales, con todo el sacrificio que conlleva: doble o triple turno de entrenamiento es lo normal para un día de sus rutinas, con crossfit y trabajos con estímulos incluidos. “Nuestro papá nos dijo siempre que hay que transpirar la cabeza y el cuerpo para llegar y eso nos quedó. Tuvimos que acelerar muchos procesos que la gente hace mucho más lento, los hicimos en cuatro o cinco años, fue un verdadero desafío”, cuentan.
Platense fue el club de formación elegido después de pruebas en Vélez, que quería fichar a Federico pero no a Felipe. Por aquellos años el Calamar aún militaba en la Primera B Metropolitana. Con progresos en sus niveles se pulieron cada vezmás como jugadores de inferiores AFA.
2018 no fue un año más. Junto a su familia los hermanos tomaron la decisión, con planificación a futuro, de irse a probar suerte a España. A contramano de lo habitual, la emigración fue premeditada y organizada años antes. Y, una vez determinada, inamovible para todos.
La salida, tres años después, se dio en buenos términos. La relación entre las partes era muy buena y hasta Platense les escribió una carta de recomendación a los mellizos para buscar nuevos destinos en Europa tras siete años. “Lo que nos daba Platense es sentido de pertenencia; eso no se consigue acá. Trabábamos con la cabeza, nos agarrábamos el escudo. En España eso no existe, nadie juega por la camiseta, los equipos firman 23 jugadores todos los años y todos cambian de equipo”, reflexionan.
La pandemia, instancia de corte para muchos futbolistas, fue un momento clave. Con tiempo libre, en medio de la cuarentena, aprovecharon para ponerse a punto, pero en su llegada a España se sorprendieron: “En Argentina hay mucho trabajo físico, los jugadores son de otra madera. Se nota la diferencia. Acá ambos nos lesionamos porque descuidamos esa parte, se entrena con pelota. Allá, la bocha la veíamos recién el jueves. Son distintas tradiciones”.
Después de probar en diversos clubes del país ibérico, Inter Ibiza fue su primer destino en 2021. Un equipo más argentino que español, comandado por Matías Di Gregorio y Emiliano Armenteros, dos ex Independiente. “En su momento, en la isla la pasamos mal económicamente, nuestros padres se quedaron sin trabajo. Ahí la peleamos, nos pusimos de pie. Creo que fuimos las únicas personas que no nos fuimos de joda. Dejamos todo por nuestro sueño”, sostienen, en una charla con El Gráfico.
Un año después recalaron en Unión Deportiva San Sebastián, una institución de Madrid, en la que se asentaron casi como en Argentina. “Esta es la ciudad de las oportunidades porque acá caen todos los aviones. Mi familia se quedó acá, está el aeropuerto más grande de Europa… Siempre que viene alguien conocido de vacaciones nos pasa a visitar”, observan.
Curiosamente las dificultades en Sanse se transformaron en una oportunidad. En 2022 Federico, defensor, se lesionó de gravedad, y Felipe, delantero, pasó por lo mismo meses después. En ese período en el que coincidieron inactivos aprendieron sobre videoanálisis y ejercieron en Manchego, club en el que ascendieron como parte del cuerpo técnico de Tercera RFEF a Segunda RFEF (de quinta a cuarta categoría).
Di Gregorio, ya como director deportivo del conjunto de Ciudad Real, a casi 200 kilómetros de la capital española, les propuso incorporarse como parte del plantel para la temporada pasada con el objetivo de que sumen rodaje ni bien se recuperaran. “Fuimos muy queridos ahí, se dio ese ascenso del que fuimos parte, tenemos un muy buen recuerdo. Después estuvimos cuatro meses impagos, pero nosotros estábamos para jugar y no nos íbamos a tirar atrás, elegimos poner el pecho”, rememoran, pese al regreso a Tercera RFEF en mayo pasado por la promoción.
Actualmente se entrenan en Sanse a la espera de definir su futuro, pero la intención es permanecer en Madrid para vivir con su familia: “La realidad es que en el fútbol español nadie te busca. Vos viniste acá a buscar tu oportunidad y tenés que luchar con todo. Esa es la realidad, pero cada año se va haciendo un poco más fácil asentarnos, porque ya nos vamos haciendo conocidos. No entiendo a la gente que se va de Argentina y habla mal del país, acá no te están esperando. Allá por ser futbolista por ahí te abren todas las puertas, y nosotros somos uno más; de hecho, se mira mejor a los que estudian”.
“Lo único que sabemos es que vamos a dejarnos la vida para alcanzar lo que queremos”,es su lema de vida. Federico la tiene escrita en sus canilleras, junto con una foto de su familia y la puerta de su casa. La frase hace referencia a los sacrificios que hicieron para conquistar los deseos. “Lo único que le da sentido a la vida es pelear por los sueños. Dejamos todo de lado, nos tenemos que mudar y lo hacemos. El hecho de no ser cracks nos hizo esforzarnos más. Si te lo tomás en serio, es 'me olvidé de vivir', como dijo Bilardo. Teníamos nuestros amigos y nuestras parejas, pero lamentablemente son relaciones que se cortan. Cada uno va construyendo su camino y hay gente que se queda, te deja o se suma”, recalcan.
Pese a su arraigo y su conformidad en el país europeo, no dudan al elegir a San Martín como su lugar en el mundo. Un llamado para jugar en Quilmes, sin dudas, los haría regresar a Argentina. “Ese es el sueño de la familia, sería la única razón por la que daríamos un paso atrás en la emigración. Nuestro sitio futbolístico preferido es el Estadio Centenario, nos criamos todos los fines de semana ahí”, confiesan.
Imágenes: Elías Matoffi, David Gonzalez del Campo, Miriam Bf.