Las Entrevistas de El Gráfico

Sebastián Crismanich, pim, pum, pam

El taekwondista, medalla de oro olímpica, en respuestas cortitas y al pie.

Por Redacción EG ·

13 de febrero de 2015

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En mi iPod suena... folclore, Los Alonsitos en especial, porque son de Corrientes.

Amo... viajar, conocer destinos y culturas nuevas.

Cuando me enojo... me calló, pienso qué y cómo lo voy a decir, y si realmente estoy en lo correcto. Pero me controlo y no desbarranco, por más que soy temperamental.

Mi defecto es... ser orgulloso.

Pocos saben de mí... que me gusta vivir de manera bohemia fuera de la temporada de competencia. Ese es mi equilibrio; soy supersencillo.

No entiendo nada de... política.

Le tengo miedo... a la incertidumbre. Estar en un barco que no sabe para dónde navega me genera temor.

Mi ídolo es... mi hermano, Mauro. Le copié todo lo que hacía y lo que me dice es palabra santa.

No me puede faltar... una compañía, una persona al lado para compartir lo bueno o lo malo que me sucede.

En una pareja busco... no sólo el compromiso, sino compartir absolutamente todo.

Mi deportista favorito es... Emanuel Ginóbili, por su fortaleza mental, por cómo superó obstáculos y encaminó su carrera, y por las decisiones que tomó hasta me identifico con él.

En Internet me engancho con... redes sociales y con sitios de automovilismo. Los fierros me encantan, son un cable a tierra.

Mi sueño... ya lo cumplí al salir campeón olímpico en Londres 2012. Hoy, sólo me pongo objetivos deportivos y familiares.

Se dedicó al taekwondo por la influencia familiar. De chico, lo paralizaba atacar y contragolpeaba. De grande, se soltó al perder los miedos y se transformó en encarador y agresivo. Este correntino, de 28 años, revolucionó al taekwondo y al deporte argentino tras ganar la medalla dorada en la categoría hasta 80 kilos en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, única para su disciplina en la cita de los cincos anillos, la primera para un atleta nacional en un deporte individual después de 64 años en ese torneo. Si Sebastián tuviera que armar el podio de resultados durante su carrera, además pondría al oro conseguido en el Panamericano juvenil de taekwondo de Río de Janeiro 2003 y al oro cosechado en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011. El año pasado lo cerró de gran modo al obtener la medalla de bronce en el Grand Prix de Querétaro, exclusivo para los mejores ocho del mundo. Su meta en 2015: lograr buenos resultados, entre ellos en los Panamericanos de Toronto, para clasificarse a los Juegos Olímpicos de 2016.  

 

 Nota publicada en la edición de enero de 2015 de El Gráfico