2004. Cholo 100x100
En la última parte de su brillante carrera como futbolista, Diego Simeone, uno de los jugadores con más presencias en la historia de la Selección, respondía cien preguntas sin anestesia.
1 ¿Por qué estás jugando seguido de defensor central? Es un puesto que siempre me gustó. Ya en la época de Bilardo, cuando nos hacía jugar en distintas posiciones, a mí me gustaba la del líbero. En el Inter, una vez, se lesionó Bergomi, y el DT preguntó quién se animaba de líbero. Levanté la mano y fue mi primera vez. En realidad, en mi carrera jugué de todo menos de nueve y de arquero.
2 ¿El DT del Atlético te pidió que jugaras atrás? Me probó y me lo pidió porque podía ser útil al equipo. Fue una carta difícil: debuté cuando íbamos anteúltimos y marcando a Eto’o, que es rapidísimo.
3 ¿Te quedás ahí para siempre? Yo me siento un mediocampista, pero sé que cuanto más rápido le agarre la vuelta a esta posición, más tiempo me va a quedar de carrera. Atrás no se necesita tanto desgaste, sino más concentración y tranquilidad.
4 ¿Cómo nació tu festejo de gol señalándote la espalda? Por una calentura que tenía con Eriksson, el DT de la Lazio. Tras meter un gol clave a la Juve, me sacó del equipo. Estaba re-caliente, y contra el Piacenza me volvió a poner faltando 20’, con el partido 0-0. Entré, clavé el gol y vino el festejo, como diciéndole: “Mirá quién soy, mirá el nombre”. Después, metí cuatro goles en los últimos cuatro partidos de esa liga, que al final ganamos.
5 ¿Se enteró alguna vez que la dedicatoria era para él? Los técnicos saben cuando la dedicatoria va para ellos. Es como los padres, cuando los chicos hacen algo que no querés ver, pero en el fondo lo estás viendo. Eriksson supo manejar un grupo con una gran cantidad de figuras, que no es fácil.
6 En esos casos, ¿no da para hablar con el técnico? ¿Qué le vas a decir? ¿Por qué no juego? Mil excusas te puede dar: “Creo que el otro está mejor”. Y a otra cosa. Además, muchas veces jugás sin estar bien y no le decís: “Míster, ponga a otro porque no estoy bien”. Los jugadores somos muy egoístas y nos calentamos porque nos gusta jugar.
7 Jugaste 3 años en la Argentina y llevás 14 en Europa, ¿no te hubiera gustado jugar más en tu país? En 1990 era dificilísimo llegar a Italia y quería probar. Se dio algo curioso: estaba por empezar la pretemporada con Vélez y Aloisio me dijo que tenía media hora para decidir si quería ir a jugar al Pisa. Yo estaba en su oficina y mis viejos andaban por Mar del Plata. Y Settembrini, mi representante, estaba en Italia. No había teléfono móvil, un carajo. Estaba solo. ¿Y ahora qué hago? Miraba las fotos de Troglio, Caniggia, Balbo, Sensini, todos con camisetas del calcio. Y dije: voy. Creo que fue una buena decisión, me ayudó a madurar.
8 ¿Por qué te decidiste? Por las ganas de triunfar en un fútbol donde todos soñábamos jugar. Nos levantábamos los domingos a la mañana en la concentración para ver el fútbol italiano.
9 Lo primero que pensaste cuando te rompiste los ligamentos antes del último Mundial. Escuché un ruido muy fuerte y enseguida la sensación de que me quedaba sin Mundial. Pero apenas me dieron el diagnóstico, me salió el fuego, las ganas de pelear. Yo siempre me corto el pelo antes de los momentos especiales, como un partido decisivo. Y esa vez me fui a la peluquería antes de operarme. Estuve 57 días con muletas. En la escalera de mi casa había una cartulina hecha por mi mujer y la de Zanetti con los días previstos para la recuperación. Cuando iba a buscar el auto, pasaba y tachaba uno. En el vestuario de la Lazio escribía en la pared palitos, como los presos: palito, palito y al séptimo lo tachaba. Había que salir a la cancha antes de abril, como fuera. Y salí.
10 ¿Cómo surgió eso de cortarse el pelo? En España. Es como la barba. Levantarme a la mañana y afeitarme para ir a jugar es una sensación de estar preparándome para algo. Tonterías de uno.
11 ¿Quién te hizo de Racing? Mi viejo. Cuando no jugaba, me llevaba siempre a la cancha, fuimos en la B también. Mi ídolo era Falção y de Racing me gustaban Zavagno y Berta. Miraba a los “5”.
12 ¿Mantenés el espíritu de hincha o ya se perdió? Creo mantenerlo; se puede cambiar cualquier cosa menos la madre. Y el hincha es lo mismo. Cuando Racing fue campeón en el 2001 estaba en Mar del Plata y seguí con todo la definición. Después, Chatruc me regaló la camiseta, una alegría.
13 ¿Cuál era tu puesto de chico? Jugué siempre de “5” hasta la Primera. Debuté de “5”, pero cuando volvió el Chacho Cabrera, Willington me pasó de “8”. Y Bilardo me mandaba a la izquierda. Tenía un quilombo bárbaro. Al final me hice un mediocampista.
14 ¿Por qué sos el jugador con más partidos en la historia de la Selección? Por la continuidad, que es lo más importante que he logrado. En el fútbol es muy difícil tener continuidad y saber adaptarse. Y yo creo que me supe adaptar a varias funciones. Algunos dirán que tengo el récord porque soy un tipo con suerte; no lo creo. Me considero afortunado por vivir de lo que me gusta, nada más.
15 ¿No te da escalofrío pensar que sos el primero en más de 100 años de fútbol argentino? Pensar que tengo más partidos que Maradona hasta me da vergüenza, aunque en esa época se jugaba menos. También es verdad que los 106 que tengo los hice jugando en Europa, y eso toma mayor valor para mí, porque me la pasé viajando.
16 ¿Te plantaste en 106? La ilusión de jugar en la Selección nunca se puede perder. Es simple: desde chiquito, mi ilusión era jugar bien en mi equipo para llegar a la Selección. Si hoy pienso que sólo me tengo que dedicar a jugar bien en mi equipo, me faltaría algo, estaría apagando un fuego interior mío. Soy consciente de que cada vez es más difícil, que tiene que crecer otra gente, pero ¿por qué quitarme la posibilidad de soñar y seguir pensando que algún día, si hace falta, podré estar?
17 ¿Si te vuelven a llamar a la Selección, no te preocupa que algunos hinchas digan: “Otra vez Simeone”? Si esto sucede, la alegría de pertener al grupo será tan especial, que el resto no me importará. Jamás fui a jugar a la Selección pensando en el qué dirán.
18 ¿Qué te dijo Ruggeri cuando lo pasaste con el récord? Hace poco vi al Cabezón en Madrid y le recordé una anécdota, que él ni se acordaba, pero yo sí, porque no me olvido de nada. Estábamos con la Selección en Mendoza, y me preguntó cuántos partidos tenía. Yo andaría por los 70. Cuando le contesté, me dijo, bien con su estilo: “Vos no me alcanzás más”. El otro día se lo recordé.
19 ¿Te molesta que en muchas partes del mundo te traten de “anti Beckham”? Es normal el tema publicitario: Beckham es un jugador extraordinario, que se mueve muy bien en una situación en la que no es fácil manejarse.
20 ¿Hablaste con él alguna vez de su expulsión en el Mundial 98? No. Una vez, en Manchester, cuando fuimos a jugar por la Champions, él vino después del partido y me pidió la camiseta. Pero no hubo comentario de la famosa expulsión.
21 El título que más gozaste. Tres. La Copa América 91, porque fue el primero, porque éramos muy chicos y porque jugábamos muy bien. Cuando terminó esa Copa, íbamos en el micro con Bati y nos decíamos: ‘Ya no vamos a jugar’. Teníamos ganas de seguir jugando. Después, la liga con el Atlético, que se ganó tras 19 años; y ver a la gente del Atlético cargando al menos una vez a la del Real fue fabuloso. Y no me puedo olvidar de la Lazio, que en 102 años ganó dos scudetto, y en uno participé.
22 ¿Es cierto que casi perdés un ojo en la Navidad de 2002? Sí. Siempre uno cree que no le va a pasar nada, y me pasó. Había que separar las mechas que estaban juntas en una torta de petardos, no lo hice, y la bocha de pólvora me pegó en el pómulo. Se me hinchó toda la cara. Sentí que había perdido la nariz, me asusté muchísimo.
23 Con una mano en el corazón, ¿estabas para jugar el último Mundial? Sí, seguro.
24 De los tres mundiales que jugaste, ¿a cuál fuiste con más ilusiones? A todos. El primero, porque era un grupo que venía de ganar dos Copas América, con Maradona, y la sensación de que éramos invencibles. Sin buscar excusas, nos faltó un poquito de suerte en los tres mundiales.
25 ¿Cómo surgió el cantito de los jugadores en el Mundial pasado? Arrancó con la banda de Verón, Crespo, Husain, el Piojo. Un día estaban en la habitación, a la noche, salieron al balcón y la empezaron a cantar; los siguieron los chicos que nos ayudaban, y salimos todos a cantar. Más allá del fracaso, el Mundial fue algo muy emocionante.
26 ¿El vestuario post Suecia fue el más triste que viviste? Terrible. Esa tarde vi que más allá de la fama y del dinero, el que lloraba era el hincha. Yo estaba igual que mis compañeros: hecho mierda.
27 ¿Qué sentiste cuando te enteraste de que no jugabas con Suecia? Que era lo mejor para el equipo. Creo haber rendido los dos partidos anteriores, pero con Suecia tenía que jugar gente físicamente al cien por cien, y yo no lo estaba. Marcelo leyó eso y optó por Matías, que jugó un partidazo.
28 ¿Qué recordás de Victorio Spinetto? Que un día apareció en la práctica de la Octava de Vélez y paró el partido. Se me acercó y me preguntó la edad. Yo andaba por 15. “Bueno, en dos años tiene que estar en Primera”, me dijo. Yo pensé: “¿Qué dice este tipo?”. Y le pegó de lleno total.
29 ¿Qué te dijo Willington cuando te hizo debutar a los 17 años? Nada especial. Todo en mi carrera lo tomé como algo natural, se fue dando: desde mi debut hasta mi llegada a la Selección mayor.
30 ¿Qué hacés si tu arquero tira un “escorpión” en una instancia decisiva, como Higuita? Si la saca, lo aplaudo; si no la saca, lo reputeo. Así de simple.
31 ¿Te sentiste discriminado alguna vez en el exterior? Al revés, bastante respetado.
32 ¿En la Argentina te valoran menos que en el exterior? No, en mi país me valoran bastante por haberme visto jugar en muchos equipos.
33 ¿Descender con el Pisa fue una frustración? En Italia no se vio así, pero para mí fue doloroso. Lo peor fue el segundo año, que no pudimos ascender: me lesioné, y decían que estaba de joda. Las tonterías que se dicen cuando uno no juega.
34 ¿Qué te dejó el paso por el Sevilla de Maradona y de Bilardo? Fue mi trampolín: empecé a ser Simeone en Europa, a ganarme un nombre, y varios equipos se fijaron en mí: Real, Atlético, Roma.
35 ¿Cuál es el recuerdo más fuerte del título con la Lazio? El Olímpico lleno, esperando la definición de la Juve, con la música de “We are the champions”, fue emocionante. El campeonato italiano es difícil de ganar, sobre todo en la Lazio. Con el Inter se nos escapó uno increíble, con situaciones irregulares que favorecieron a la Juve.
36 ¿Qué pensaste al debutar en la Selección: 1-4 contra Australia? Fue raro desde la previa: en la primera práctica me doblé el tobillo, y Bilardo venía a verme a la habitación con el masajista Molina. Yo le pedía a Molina que me masajeara despacio para que no me doliera. Bilardo decía: “Metele dedos, metele”. Y me preguntaba: “¿Te duele?”. Yo negaba. Al final jugué, y perdimos 4-1. Como nunca fui de bajonearme, sabía que después venía otro partido. Y en ese metí un gol, y ganamos.
37 ¿Por qué no fuiste a los Juegos Olímpicos Seúl 88? En la gira previa me lesioné el dedo chiquito y me los perdí. Era el más pibe de todos y se trataba de un momento clave para demostrar que podía estar en el Mundial 90. Después también se me negó en el 92, porque no clasificamos, y pude cumplir el sueño en Atlanta 96.
38 ¿En el Preolímpico 92 fracasaron por exceso de vedettismo? Había un grupo de jugadores muy buenos, pero no lo supimos plasmar. Yo me quería matar: arrancamos ganando dos partidos y contra Perú, en el anteúltimo del grupo, íbamos 1-0 arriba. Ya estábamos casi adentro de las finales. Como yo tenía una amarilla, quería limpiar con otra para arrancar la fase final. Eso hice faltando 5 minutos, pero nos empataron sobre la hora. Y no pude jugar contra Uruguay. Nos alcanzaba con el empate, pero perdimos 2-1 y afuera.
39 ¿Quién decidió tirar el offside en el último minuto de la final contra Nigeria en Atlanta 96? Para mí, fue lo ideal. Lo que pasa es que Nigeria tuvo el culo de que un línea de Trinidad y Tobago adivinara que la pelota iba justo al tipo que venía de atrás, un fenómeno. Había tres jugadores en offside y al que le cayó la bola justo venía de atrás.
40 ¿Qué le dijiste a Romario en un Atlético-Barça del 94, que te dio una piña? Yo estuve bien, y él también. Si jodés, es justo que te emboquen. Y te la tenés que comer. Y joder un poco es parte del juego, son códigos que hay que mantener.
41 Ahí Cruyff dijo: “Al ver jugadores como Simeone me dan ganas de entrar a la cancha y hacer justicia”. ¿Qué sentiste? Por entonces yo era rompebolas dentro de la cancha; Romario venía caliente y pasó lo que pasó. Después, lo de adentro de la cancha debe quedar ahí. Romario estuvo bien y no dijo nada, y Cruyff sale a decir que tal y cual. Entonces declaré que Cruyff se creía Dios.
42 ¿Te arrepentís del pisotón a Julen Guerrero en 1996? Fue un error, eso no hay que hacerlo. En ningún momento pensé en lastimarlo; cuando vi la sangre me asusté. A partir de ahí me asesinaron todos. Y yo, como siempre, en vez de meterme para abajo, quería pelear, discutir. Ahora cuando Couto me hizo lo mismo a mí, que tuvo la misma actitud de clavarme los tacos, nadie dijo nada.
43 ¿Cómo hacías para manejarte con Gil y Gil? El es muy espontáneo y a veces eso no es bueno. En un momento dijo que Caminero y yo nos reíamos de la gente. Entonces le contesté: no permitía que mi viejo me faltara el respeto, mucho menos él. A los días, me vino a saludar: “Ahora, todo lo que habló, vaya y demuéstrelo en la cancha”.
44 ¿Alguna vez llegaste tarde a un entrenamiento? En el Juvenil. Recién empezaba, con Mohamed debíamos estar en Viamonte a las 7.30 y llegamos tarde. Empezamos a preguntar qué colectivo nos llevaba a Ezeiza. Nos tomamos tres bondis y llegamos corriendo hasta el viejo predio de Ezeiza. A Pachamé le dijimos: “Llegamos tarde, pero teníamos que venir”. Zafamos.
45 ¿No ir al Mundial 90 te bajoneó? Quería llegar, aunque sabía que era chico. Mi viejo me fue preparando para el “no”. El día que fui a la AFA y vi a un compañero llorando, me la vi venir. Pero eso me fortaleció, me hizo entender la tristeza que te genera quedarte afuera de la Selección. A partir de entonces esperé cada llamado como el último.
46 ¿Una mano negra sacó a Argentina de USA 94? Hay algo que siempre me llamó la atención. Después de Nigeria, el Coco nos dio cuatro horas libres para comer con la familia. Yo fui con Diego, Goyco y las mujeres. Y Diego era el hombre más feliz del mundo. Me cuesta creer que un tipo pudiese estar contento si había hecho algo mal.
47 ¿Cuál fue tu primera reacción al enterarte? Una enorme tristeza, se nos iba el hombre de referencia. Lloramos con él, lo abrazamos. Vivimos un poco lo que se vivía en Argentina, pero allá.
48 El análisis de los tres mundiales que jugaste. En el 94 teníamos un gran equipo y nunca pudimos entender cómo quedamos afuera. El 98 fue el Mundial que estuvimos más cerca: Holanda era un equipazo, pero lo veíamos vulnerables. Un golazo de Bergkamp y el cansancio que se empezó a marcar antes nos hizo quedar afuera. Y en el 2002 fallamos en crear pocas situaciones de gol.
49 ¿Qué te genera que te digan: 0-5 con Colombia? La historia se construye de momentos lindos y feos. Y ése fue uno feo, ya que a un grupo que en 35 partidos había perdido sólo uno, en el 36 le llegó el 0-5. Fue una gran noche de todos los colombianos, incluido el arquero.
50 ¿Soñaste muchos días con Valderrama por ese tiempo? No había tiempo porque se venía Australia. Y teníamos sed de revancha. Imaginate lo que era para un equipo que venía de ganar dos Copas América quedarse sin nada de golpe.
51 ¿Vos le pusiste “príncipe” a Redondo? Sí, veníamos de la Copa Rey Fahd, y era como un príncipe con el pelito cortado, por cómo se mueve, por su manera de gustar. Redondo siempre fue admirado porque gusta verlo, quizás había otros jugadores con más importancia dentro del equipo, pero menos lindos de ver. En cambio, él es vistoso, alto. O sea: al Real Madrid le cayó justo.
52 ¿Charlaste alguna vez con él por sus renuncias a la Selección? Un día nos cruzamos en el avión y nos dijimos lo que pensábamos.
53 ¿Por qué siempre tuviste esa superficie rugosa en tu cara? Fui a dermatólogos, pero los acnés de chico siempre han estado. Es un rasgo que me identifica. Nunca me acomplejó.
54 ¿Quién te puso Cholo? Oscar Nessi, en las infantiles de Vélez. Un día me empezó a gritar: “Cholo, Cholo”, por el otro Simeone. Y quedó.
55 ¿Cuándo dejaste de ser Cholito para ser Cholo? A partir de los problemas con la prensa del Mundial 98. Ahí ya no fui más Cholito.
56 En 1995, dijiste: “Mi fantasía es quedarme cuatro años más acá y volver”. ¿Qué pasó? Cuando fui a Pisa, creía que iba dos años, hacía la diferencia y me volvía, pero en el 95 recién llegaba a Madrid y en el 99 estaba ganando mi primer título en Italia. Todo me fue llevando.
57 ¿Hasta cuándo pensás jugar? Tengo contrato hasta 2005 con el Atlético. Ahí tendré 35 años. Me encantaría aguantar hasta los 36. Cuando empiece el Mundial vamos a ver cómo estamos.
58 ¿En los planes está jugar algún año en la Argentina? Hoy no se gestó ninguna posibilidad. Si se diera, habría que ver.
59 Bilardo dijo que si querías jugar acá, te iba a llamar. ¿Lo hizo? Siempre es lindo que Carlos me tenga en sus planes. ¿La dejamos ahí?
60 ¿Alguna vez te pasaron facturas por pelear premios? Nunca pensé lo que puede generar hablar por algo del grupo. Se va y lo que pasa, pasa.
61 ¿Qué es un caudillo? Un tipo que no tiene que hablar mucho, pero en el momento que habla es escuchado. Lo importante dentro de los grupos no es gritar ni hablar siempre, sino ser escuchado.
62 ¿Sos un caudillo? No lo tengo que decir yo.
63 ¿Caudillo se nace? Se nace y se va mejorando.
64 ¿Ya armaste un mediocampo rasposo con tus tres hijos varones? Rasposo, no; esperemos que tengan la personalidad para elegir cuándo jugar y cuándo meter.
65 ¿Qué pensás hacer cuando te retires? Seguir ligado al fútbol, quizá como entrenador.
66 ¿Te juntás en Madrid con Valdano? Nos cruzamos de vez en cuando y nos saludamos.
67 ¿No te da envidia de que compren a los mejores jugadores? Está bien, tienen el poder para comprarse una Ferrari y se la compran. Envidia no, pero sería bueno que otros equipos tuvieran un poder similar para que los torneos sean más parejos.
68 ¿Cómo se hace para ganarle al Real Madrid? Es uno de los equipos que más variantes individuales posee, pero dependen demasiado de ellas. Al Madrid motivado es casi imposible de ganarle. Le tiene que ganar un equipo que se defienda muy bien, que ataque rápido y que aproveche cada situación, porque sólo defendiéndote no le ganás.
69 ¿La banda argentina del Atlético se junta con la del Real o hay pica? No hay mucha pica, pero tampoco grandes afinidades, por eso no me junto. Si tuviera algún amigo, iría. En Milán, me juntaba con Ayala y con Guly.
70 ¿Quién gana esta Champions? Algún italiano, porque afrontan los partidos decisivos con mayor determinación. Me juego por la Juventus.
71 Tu día más feliz en el fútbol. Dos: cuando ganamos la Copa América del 91 y cuando volví a jugar después de la última lesión.
72 Y el más triste. Cuando quedamos afuera del último Mundial y cuando me rompí la rodilla.
73 ¿Cómo fue volver al Atlético después de tantos años? Siempre quise volver y siempre me quisieron traer. Me está pasando algo fenomenal, porque juego en el equipo que quiero jugar. La gente me respeta mucho, pero a la gente hay que darle cosas porque no se quedan con lo que pasó.
74 ¿A Bilardo lo entendiste siempre o al principio no le cazabas una? Siempre comprendí su estilo, porque lo entendía como un tipo pasional. Y para mí, todo lo que se hace con pasión es espectacular; lo que se hace por diversión, sólo para disfrutar, no me va.
75 ¿Cuál fue la más loca que te hizo? En Australia, mi primera gira, me hizo entrenar con jean y remera, solo los dos. Los más grandes se habían ido a pasear, el utilero no estaba y no había ropa. “No importa, vamos así”, me dijo. Y después decía: “Vos pensá que está Batista acá, Giusti allá…”. Al rato llegaron los grandes y se mataban de risa.
76 ¿Lloraste por el fútbol? En los mundiales.
77 El mejor argentino del mundo. Aimar, Crespo, Verón y Zanetti son muy respetados.
78 Sos temperamental, ¿te agarraste muchas veces a trompadas con compañeros? Algunas. Una vez nos agarramos mal con Couto, estábamos los dos calientes porque no jugábamos, chocamos un poco y a los manotazos. Después te querés matar, porque pelearte con un compañero es muy feo.
79 Los mejores amigos que te dio el fútbol. Zanetti, Toni, Almeyda, Burgos, Batistuta.
80 ¿Le faltó algo a tu carrera? Gané copas europeas, campeonatos español e italiano, copas italiana y española. Me faltó ganar un Mundial.
81 ¿Cómo creés que vas a quedar en los libros? Más allá de lo que escriban, nadie me podrá quitar lo vivido, que fue muy fuerte.
82 Adentro sos un duro, ¿afuera también? Afuera soy un tipo normal, con sus sensibilidades.
83 Una anécdota con Diego. Cuando fuimos de Sevilla a Mar del Plata para jugar un amistoso con la Selección. El presidente no nos dejaba ir, nos habían robado el auto para que no fuéramos, así que agarramos un taxi, viajamos, micro a Mar del Plata, y Diego la rompió. Así te marcaba con hechos lo que era para él la Selección, nunca un “no”.
84 ¿Hace mucho que no hablás con él? Bastante. Mantenemos una relación fluida con Claudia. En Sevilla nos abrieron la puerta de su casa y, como te dije antes, no me olvido de nada.
85 ¿Quién te enseñó a cabecear? En el baby, en Estrella de Oro, yo era muy chiquito y ya tenía una jugada con un compañero llamado Pancia. La pelota no podía entrar al área de un lateral, entonces me ponía en la mitad de la cancha, el chico esperaba mi carrera, sincronizábamos, y le pegaba un tremendo cabezazo de afuera del área. Y con la pelota de baby, que es dura. Ahora, cada vez que hago un gol, mis hijos me cargan: ¡otra vez de cabeza!
86 En el 91 dijiste que “la Selección es mi vida”. ¿Imaginabas que ibas a ser el que jugó más partidos? No. Cada vez que jugué en la Selección lo hice pensando que podría ser el último partido. Me lo inculcaron Bilardo, Diego, Ruggeri. Esa lectura me sirvió para que de a poco jugara un montón.
87 ¿Creés que te vas a mantener como récord? Las estadísticas están para romperse. Quizá nadie pensaba que alguien podía llegar a 80 partidos y el día de mañana me van a pasar a mí también.
88 ¿Qué pesó más en tu trayectoria: la entrega física, la técnica o tus reservas espirituales? Mi continuidad.
89 ¿Qué significa la cinta de capitán? Un orgullo enorme haberla usado en la Selección. La cinta en sí significa y marca. Cuando me tocó usarla me acordaba de Passarella, de Maradona, de Ruggeri.
90 ¿Quién debe elegir al capitán: el DT o los compañeros? El entrenador. La elección del grupo no es real, porque el que marca cosas está mal visto, y el que cede, lo contrario. Y no me parece justo. Cuando Basile agarró, Diego no estaba, y dijo: “El capitán es Ruggeri”. Y marcó una tendencia.
91 ¿Hablaste con Bielsa tras el Mundial? Sí, cuando vino a saludar a los muchachos de Europa.
92 ¿Recuperó algo de crédito con el Preolímpico? Para la gente y, sobre todo para él, la necesidad seguirá latente, pero este título reafirmará sus convicciones. Es el primer paso cumplido de los tantos que tendrá que cumplir. Y siempre con la responsabilidad de tener que jugar para ganar.
93 Lo peor que te hicieron en una cancha. La escupida de Antonio Carlos. Lo peor que pueden hacerte en un campo es escupirte, peor que una piña. Igual, después pedí que no lo sancionaran: lo que pasa dentro del campo debe quedar ahí.
94 ¿Le tenés miedo al día después? Respeto. No va a ser fácil, porque el fútbol es mi pasión, pero sé que con el carácter que tengo saldré adelante.
95 ¿Cómo convenciste a tu señora para que dejara el modelaje? Nunca me gustó, entonces preferimos que modelara para mí.
96 ¿Fue un error pelearse con la prensa en el Mundial 98? Fue un error de las dos partes.
97 ¿Vos fuiste el ideólogo o Passarella? Decisión grupal.
98 ¿Te considerás un tipo ventajero? No. Trato de no hacer lo que no me gusta que me hagan.
99 ¿Está bien ganar un partido con una deslealtad? Por ejemplo: que echen a un rival que no merece ser echado. Dentro de la hipocresía están los que dicen que no, pero después la disfrutan si la tienen a favor. Y jamás van a decirle al árbitro en una final del mundo: no cobrés ese penal, que no fue. ¿Por qué tenés que llegar a una final del mundo para darte cuenta de que todos quieren ganar? Esta polémica se resume con una frase: “Esto es fútbol”. Y en fútbol, los buenos, normalmente, pierden.
100 ¿Te seguís poniendo el cuchillo entre los dientes para jugar? Seguro; el día que deje de afrontar cada partido y cada entrenamiento como el último, no seré yo.
Por Diego Borinsky (2004)
Fotos: Diario As y Archivo El Gráfico.