DEL POTRO: EL ÚLTIMO INTENTO POR VOLVER A SER

JUAN MARTÍN DEL POTRO anunció que volverá a pasar por el quirófano este martes para intentar erradicar, de una buena vez, la lesión que arrastra en la rodilla derecha desde hace más de dos años. La nueva ciguría, la cuarta a la que se someterá por la zona afectada, tendrá lugar en Chicago y estará a cargo del tucumano Jorge Chahla, un cirujano ortopédico especializado en lesiones complejas de rodilla, cadera, hombro y todo lo relacionado con el deporte.

"Probé muchísimos tratamientos alternativos y no tuve buenos resultados", contó el ex número tres del mundo en un video publicado en las redes sociales, en el que también aclaró que pasar por el quirófano una vez más es la mejor opción para tratar de "volver al tenis y estar en los Juegos Olímpicos".

Egresado de la Universidad Nacional de San Miguel de Tucumán, en 2011, Chahla realizó la residencia en el Hospital Británico de Buenos Aires. Con vasta experiencia en el rubro de traumatología deportiva, hoy está radicado en Chicago y asiste, por caso, a los Chicago Bulls de la NBA, a los White Sox de béisbol y a Chicago Fire de la Major League Soccer, liga en la que trabajó también con Los Angeles Galaxy entre 2017 y 2018.

"Chahla sabe el deseo que tengo de volver a jugar al tenis, el deseo de estar en los Juegos Olímpicos, entonces decidimos que hacer esto lo antes posible es lo mejor", contó Delpo, quien lleva un año y medio sin jugar un partido oficial. Como casi siempre en los útimos tiempos, el tandilense dejó claro que el gran motor para intentar un último regreso es Tokio 2020.

Del Potro se fracturó la rótula en octubre de 2018, en Shanghai, y desde entonces no dejó de buscar soluciones. Probó con tratamientos conservadores, consultó con varios médicos, intentó algunos regresos truncos y afrontó las tres cirugías previas. Se trató en un principio con Jorge Batista, el reconocido médico de Boca, y luego hasta consultó con otros profesionales de renombre como el estadounidense Harlan Selesnick, el médico del Miami Heat de la NBA, o Guillermo Arce, un traumatólogo a quien llegó a acercarle los estudios a la costa atlántica para barajar otras alternativas.

Del inicio del problema a esta parte encaró tres cirugías: en junio de 2019 lo operó Ángel Ruiz Cotorro, el médico de Rafael Nadal, en Barcelona; en enero del año pasado lo hizo Lee Kaplan, en Miami; y en agosto el encargado fue Roland Biedert, el hombre de confianza de Roger Federer, en Berna.

 

 

En 2020 el tandilense finalizó su primera temporada sin partidos oficiales en 18 años como profesional (jugó sus primeros torneos en 2003). Nunca pasó tanto tiempo parado, ni siquiera con las lesiones de muñeca. Hoy no salió del ranking sólo por el congelamiento que implementó la ATP a raíz del coronavirus: aparece en el puesto 173, con puntos de 2019 en Madrid, Roma, Roland Garros y Queen's. Su último partido fue el 19 de junio de 2019, en Queen's: derrotó 7-5 y 6-4 al canadiense Denis Shapovalov pero en pleno desarrollo se resintió de la lesión por resbalón cerca de la red.

Tres meses después de aquella última cirugía en Berna, Suiza, el campeón del US Open 2009 apareció por sorpresa en una prestigiosa clínica de Porto Alegre para comenzar un tratamiento a base de células madre, en su interminable búsqueda de recuperar la rodilla derecha. No se sabe a ciencia cierta si el jugador continuó con el tratamiento dado que a las pocas semanas falleció su padre Daniel.

 

 

Con 32 años y siete cirugías acumuladas, cuatro en las muñecas y tres en la maltrecha rodilla, Del Potro sueña con un nuevo resurgir. Cada vez le cuesta más, y lo reconoció en varias oportunidades, pero mantiene la ilusión intacta por el deseo de actuar en los próximos Juegos Olímpicos, postergados por la pandemia para julio de este año. "Yo cambié la manera de pegarle a la pelota por mis problemas de muñeca pero no puedo modificar la forma de correr, por eso me cuesta", admitió en su momento el doble medallista -bronce en Londres 2012 y plata en Río 2016-.

Del Potro es un especialista en resurrecciones. Volvió infinidad de veces y siempre lo hizo más fuerte. Si bien ahora acumula un desgaste diferente, producto de los años, las operaciones y las rehabilitaciones, todavía sigue firme con el objetivo de cerrar su carrera con una última gran aparición. El espíritu olímpico lo moviliza y el tenis lo necesita. Siempre hay una carta más para jugar: después de tantos intentos, esta vez todo está en manos de Chahla, el tucumano que buscará ponerle un fin a la pesadilla.