La estadounidense que quiere cambiar los barrotes de acero por la medalla de oro
Brittney Griner buscará una redención deportiva y personal en los Juegos Olímpicos de París.
BRITTNEY GRINER es una de las figuras del equipo femenino de básquet de Estados Unidos que se encamina en París a ganar la competencia en los Juegos Olímpicos por décima vez. Pero para ella la medalla de oro no consistiría sólo en un premio deportivo sino también en una redención personal.
Es que hace menos de dos años le tocó pasar por un verdadero infierno desde que fue encarcelada en Rusia por portación de aceite de cannabis que le había recetado el médico. Griner se desempeñaba en UMMC Ekaterinburg en los momentos de receso de la WBNA, la versión femenina de la NBA, en la que participó diez veces en el All Star Game, y viajaba usualmente a dicho país con ese producto en su maleta.
Después de cinco interminables meses de detención, fue sometida a juicio y se declaró culpable más allá de subrayar que no tenía intención de infringir la ley. La condenaron a nueve años de prisión además de aplicarle una multa de 1 millón de rublos (cerca de 16.000 dólares).
A partir de allí fue alojada primero en un centro desconocido y luego en un correccional de mujeres de la ciudad de Yavas, en la región de Mordovia. Mientras ella sufría la privación de su libertad, su familia y el gobierno estadounidense hacían lo imposible para lograr que fuera liberada.
La pesadilla se terminó diez meses más tarde, el 8 de diciembre de 2022, cuando la dejaron salir y la enviaron de nuevo a su país. Para ello fue necesario un acuerdo de intercambio entre ambas naciones por el que ocurrió lo mismo con el traficante de armas ruso Viktor Bout.
En mayo de 2023 Griner recuperó la plenitud con su retorno a la WNBA. "Lo que Brittney ha vivido en los últimos dos años no tiene precedentes", afirma su amiga y compañera en la Selección, Diana Tuarsi. Y agrega que "para ella poder volver a ponerse esta camiseta es algo impresionante".
"Ella sigue haciendo todo lo que puede para asegurarse de que todos los nombres de los encarcelados en el extranjero salgan a la luz. Sé que en la cancha la vemos como una fuerza intimidatoria y dominante, pero yo diría que es una persona con un corazón muy grande y creo que por eso la gente la apoyó tanto, porque saben qué clase de persona es", concluyó.
Su historia de superación y resiliencia está a punto de ser coronada con una presea que tendrá un inmenso valor emocional.