Cabaret con energizante: interna feroz en Red Bull con Colapinto en la picota
La guerra entre Liam Lawson y Yuki Tsunoda está al rojo vivo y algunas versiones ponen al argentino como beneficiario directo del cortocircuito.

RED BULL te da alas y también puede quitártelas. Esa debe ser la conclusión de Liam Lawson, el ungido a fines de 2024 para reemplazar a un Sergio Checo Pérez que estaba más afuera que adentro desde hacía meses y que no podía ni acercarse a las tremendas actuaciones del cuádruple campeón del mundo Max Verstappen, hacedor de verdaderos milagros arriba de un auto que ya no era el que supo ser.
Desde que se confirmó su butaca, el mundo de la Fórmula 1 se preguntó si el neozelandés tendría espalda para absorver la presión que significa tratar de estar a la par de un hombre que trascendió con su habilidad las posibilidades del auto. Inclusive, cuando el nombre de Franco Colapinto estuvo muy vinculado a la chance de aterrizar en Red Bull, se puso sobre la mesa el temor de que el aura de Max se fagocitara al argentino.
Transcurridas apenas dos carreras de la temporada 2025, Lawson tuvo desempeños desastrosos y rápidamente se instaló la posibilidad cierta de que lo vuelen de un plumazo. Entonces, Yuki Tsunoda, volante de Racing Bulls, la escudería secundaria de Red Bull, asomó como el candidato a suplantarlo. El japonés recogió el guante y se mostró dispuesto a ello. "¿Subirme al Red Bull en Japón? ¡Sí, 100%!", contestó el nipón ni lerdo ni perezoso.

La respuesta de Lawson, otro de los novatos de la categoría, no se hizo esperar: "He competido con él durante años, competí con él en categorías inferiores y le gané, y también lo hice en la F1, así que puede decir lo que quiera", expresó con contundencia.
"Lamentablemente, necesito aprender a manejarlo lo antes posible. No tengo tiempo para probarlo y acostumbrarme. Ya estamos en plena temporada, así que en cada carrera perdemos puntos. Tampoco soy tonto y sé que, obviamente, estoy aquí para rendir y si no lo hago, no estaré. Solo estoy concentrado en acostumbrarme al coche lo más rápido posible", agregó.
En el espejo retrovisor emerge la figura del pilarense de 21 años, cuyo nombre surgió como candidato a cubrir la vacante que generaría el paso de Tsunoda a Red Bull y el despido del rubio de Nueva Zelanda. Mientras tanto, los boxes se convirtieron en un ring en el que dos se quitaron los cascos para calzarse los guantes y generar el primer gran escándalo de la máxima categoría del automovilismo cuando la actividad apenas ha comenzado.
