Copa América 2011

Argentina fue superada en todas las líneas y le dio otro cachetazo al público: 0-0

Colombia jugó mejor y mereció ganar por amplia diferencia. La Selección se quebró anímicamente, no dio respuestas tácticas ni futbolísticas. Romero fue la figura: salvó al menos cuatro pelotas de gol. Ahora, el equipo de Batista debe jugar una final contra Costa Rica, el lunes en Córdoba.

Por Redacción EG ·

06 de julio de 2011
Imagen AGUERO esta vez no pudo ser el salvador (Emiliano Lasalvia)
AGUERO esta vez no pudo ser el salvador (Emiliano Lasalvia)
SANTA FE (Enviado especial).-Pudo haber sido el desastre de Santa Fe. Increíblemente, el 0-0 contra Colombia termina siendo un resultado que hasta podría catalogarse como positivo. ¡¿Qué?! Sí, una cosa no quita la otra: Argentina atinó a empatar en una noche en la que debió haber perdido y en la que pudo haber sido goleada. Lo único destacable de esta visita a Santa Fe es que la Selección aún depende de sí misma para clasificar a los cuartos de final. A excepción de ese dato estadístico, el equipo hizo agua en todas las líneas, se mostró sin convicción en el trámite, mostró una alarmante faceta de debilidad anímica y quedó expuesto a nivel táctico, pero también a nivel de intensidad: Colombia metió más, jugó más y mereció más. Muchísimo más. La Selección pateó apenas 4 veces al arco: Lavezzi, Mascherano, Tevez e Higuain. Demasiado poco.

UNA COSTUMBRE. Desde el inicio se vio un desbalanceo importante en el mediocampo. Los 5 jugadores del medio colombiano (un líbero y una línea de cuatro) más los laterales (especialmente Zúñiga en la derecha) se desdoblaban eficazmente en tareas de defensa y ataque. La pelota fue de Colombia; los toques, también. Argentina apareció demasiado partida, con demasiada distancia entre sus jugadores. El equipo quedaba lejos de sí mismo. Los argentinos quedaban siempre en inferioridad numérica porque Colombia se replegaba mejor: en general fueron seis o siete contra tres. Y en ese contexto, lo que tampoco se impuso es la jugada individual. El ejemplo más claro fue el de Messi, que jamás logró desequilibrar ante un Carlos Sánchez que marcó y jugó.

CHAPEAU A COLOMBIA. Si la táctica dio resultados fue por la ejecución y la técnica de sus intérpretes. Los hombres de Bolillo Gómez entendieron a la perfección el partido que tenían que jugar. No se desesperaron. No se desordenaron. Y de las iniciales salidas rápidas de contra se vieron obligados a tomar un control mucho más activo de la pelota y del partido. Así, presionaron en los dos tiempos. Terminaron el partido en el área argentina, con dos córners. Convirtieron a Romero, que tapó al menos cuatro llegadas claras de gol (nos pareció que rozó también el tiro de Armero que se fue a centímetros, aunque dieron saque de arco), en la gran y única figura argentina. Por segunda vez mantuvieron la valla invicta. Les falta, es cierto, concretar en el arco rival las jugadas que genera: por eso sufrió ante Costa Rica (11 contra 10 casi todo el partido) y por eso no ganó en la noche de Santa Fe. Las dos jugadas más claras, de Dayron Moreno (por arriba en el área chica y afuera con el arco libre) reflejan el problema.

LEO NO PUDO. Se bloqueó, como le pasaba en las Eliminatorias. Las cosas no le salieron. Perdió tres pelotas seguidas en el primer tiempo. Metió la mejor asistencia argentina de la noche, en un pase vertical que desperdició Lavezzi. Pero se fue alejando una vez más del área, desesperado por entrar en contacto con la pelota, cada vez más lejos del punto del penal y cerca de la mitad de la cancha. Varias veces, detrás de Cambiasso. El equipo recupera la pelota muy lejos. Las líneas están muy separadas. Y Messi no se rige por la línea del último defensor rival, sino por la cercanía con la pelota. En el Barcelona, nunca queda a más de 10 metros, por eso está siempre en la medialuna. En Argentina, la medialuna queda en el círculo central. Se impone un replanteo táctico. El Messi centrodelantero en este equipo de Batista no funciona. Lionel dobló el tobillo derecho y jugó el segundo vendado, pero distante, poco participativo. Aquel tiro libre en la puerta del área, que pedía comba y pique al segundo palo, le salió a las nubes. Fue su primer y único tiro al arco. Y en ese momento, el primer plano mostró el semblante de alguien rendido. Alguien que lleva 14 partidos por los puntos sin poder convertir para la Selección. Messi debe levantar y levantarse. Hoy quedó al borde de perder el crédito con la gente, crédito que tanto le costó conseguir.

@ContRelI@SILBIDOS PARA TODOS. Y también insultos, para Batista, al terminar el partido. La gente alentó pero se fue quedando fría ante la respuesta del equipo. Y a mediados del segundo tiempo, explotó. Salió chiflado Banega. Hubo, también reprobación general para Cambiasso y Lavezzi, los dos primeros cambios de Batista. El DT fue insultado -con cantito y todo- cuando se retiraba rumbo al túnel. A los jugadores se les pidió que transpiraran la camiseta, se les recordó que no jugaban contra nadie y se coreó el nombre de Maradona. "No es lindo salir así", dijo el técnico en la conferencia. "La gente tiene razón en calentarse, tiene razón en todo", reflejó Carlos Tevez, el jugador más claro en la autocrítica. "Si no somos un equipo, no podemos llegar a ningún lado. Los jugadores los tenemos, pero todos tienen jugadores. Yo soy delantero y pateé una sola vez al arco. A la gente no se le puede decir más nada":

¿Y AHORA? Bolivia y Costa Rica terminarán de ponerle el puntaje al grupo, pero cualquiera sea su resultado, Argentina deberá ganarle al equipo de La Volpe, el lunes en Córdoba, para clasificar a los cuartos de final. Justo La Volpe, cuyos equipos suelen complicar a la Selección. Batista confirmó que en el próximo partido usará a un nueve de área. Criticó al equipo por haber sido "muy lento". Y cambió el cronograma para el jueves : entrenamiento a puertas cerradas. ¿Cambiará también algo de su idea en la cancha? ¿Comenzará el equipo a hacerse más corto, más angosto, a tener más movilidad? ¿Se vendrá un volantazo con cinco modificaciones o será otro retoque como el de Zabaleta por Rojo? ¿Seguirá la apatía en esta Selección que ilusiona tanto y por ahora decepciona aun más? Preguntas, por ahora, sin respuesta. Como el equipo en la cancha.

Martín Mazur