Batista sostiene el mediocampo y la delantera: Zabaleta será el único cambio

El cambio brusco de timón generalmente ocurre en medio de tempestades difíciles de soportar. Para Sergio Batista, el pálido debut de la Selección por ahora no integra esa categoría. Quienes esperaban cinco cambios para el partido contra Colombia, se equivocaron. Sólo ingresará Pablo Zabaleta, en lugar de Marcos Rojo. Así, el miércoles en Santa Fe, Zanetti se correrá de banda y atacará por la izquierda.

"Le voy a dar una chance más al equipo", declaró el entrenador argentino, quien -vale decirlo- no se ahorró autocrítica respecto de la actuación, aunque sí dejó algunos temas para debatir. Se mantiene el mediocampo con el triple cinco Banega-Mascherano-Cambiasso, y la delantera con Lavezzi y Tevez por los costados. Por ahora, seguirán esperando afuera Agüero -figura ante Bolivia-, Di María y Pastore, entre otros cambios sugeridos por la gente.

TEMAS A CORREGIR. Partamos por el único cambio, el de Zabaleta. Se agotó muy rápido el crédito para Marcos Rojo, quien jugó casi todos los amistosos en el lateral izquierdo. Batista considera que aún "hay que hacerlo" en esa posición. Pero en este caso, apunta más a la experiencia de Zanetti, quien jugó en ese lugar en buena parte de la temporada del Inter campeón de Europa, con Mourinho. Con dos semi-volantes por los costados, seguramente volverá a verse al Mascherano que se mete muy atrás, casi como un líbero delante de los centrales. El problema del primer partido fueron las bandas: metido Mascherano, la clave es que los dos laterales se transformen en mediocampistas a la vez, para darle más juego al equipo y no sólo desborde por sorpresa. Si no, con Lavezzi y Tevez estacados sobre las puntas, Messi se verá nuevamente tentado -y obligado- a retroceder para tocar con Banega y Cambiasso. Así, el equipo pierde movilidad, sorpresa y cambio de ritmo.

LA POSICION DEL CUCHU. A Batista no le gustó y por eso lo reemplazó en el entretiempo. Pasó más tiempo metido en el área que en su sector. Para Checho, Cambiasso es un 10, o sea, el volante por izquierda del 4-3-3. Suena extraño decirlo, porque difícilmente Cambiasso habría jugado en esa posición en los años 80, época a la que el entrenador remite constantemente. En los 80, el 10 habría sido Pastore. Hoy el técnico le bajó el pulgar para moverse en el 4-3-3 por la raya. Si entrara Pastore, será para jugar un 4-2-3-1 (o 4-2-1-3, como le quieran llamar). Algo parecido a lo que se vio en el segundo tiempo ante Bolivia, sin Cambiasso y con Messi de enganche, más Lavezzi, Agüero y Tevez.

TEVEZ-DI MARIA. Por ahora, la preferencia sigue volcada hacia Tevez. Batista lo justifica diciendo que Carlitos le da más juego y Di María más vértigo. Es uno de los temas que aún no han sido resueltos. Batista está sufriendo el mismo problema que Maradona en el Mundial: o se enamoró del fútbol y el sacrificio de Tevez y se resiste a sacarlo, o siente que no puede sacarlo. De una forma o de la otra, el esquema original termina sufriendo. Tevez tiende a cerrarse, pero aun así está incómodo. Sobre la izquierda, ni Cambiasso ni Zanetti se caracterizan por desbordar por la banda al vacío. La explicación de Di María, incluso si no gustara su presencia por razones futbolísticas, tendría más lógica.

LAVEZZI-AGUERO. El jugador del Napoli intentó convertirse en uno de los aliados futbolísticos de Messi, pero por ahora quedaron más intenciones que realidades. Con Agüero, en cambio, el feeling futbolístico viene de los Mundiales Juveniles. A su vez, resignar a Di María y a Lavezzi en sólo dos partidos sería un puntazo al esquema del que Batista tanto habló. Para tener tres delanteros por adentro, habría que tener al menos dos volantes por afuera. Y en la lista abundan los volantes centrales.

EL EQUIPO. De no mediar inconvenientes, formará con Romero; Zabaleta, Burdisso, Gabriel Milito,  Zanetti; Banega, Mascherano, Cambiasso; Lavezzi, Messi y Tevez.

Martín Mazur