Diego Schwartzman: "Necesito convivir con la victoria"
El ex número uno de la Argentina y ex 8º del mundo analizó su presente desde el lado emocional.
DIEGO SCHWARTZMAN supo estar en la súper elite del tenis mundial. Llegó a ser el número ocho del mundo, se clasificó para jugar el Campeonato de Maestros y festejó en cuatro torneos de nivel ATP, aunque el presente lo encuentra lejos de aquellas luces.
El argentino, sin embargo, no está obsesionado con recuperar el terreno perdido: "Estoy en la etapa de decir ‘vamos a hacer lo mejor posible para jugar los mejores torneos'".
La primera mitad del año resultó frustrante para el ex top 10: arrancó la temporada en el puesto número 25 del mundo y hoy se ubica en el 95º, muy alejado de su vieja realidad.
"Si tengo que jugar qualies, lo hago. El objetivo de estos meses en Europa era asegurarme entrar al US Open y lo logré. Me enfrenté a la presión de estar obligado a ganar para no irme muy atrás, y lo pude hacer. Después veré hasta donde me da y hasta dónde no. A mí me gusta jugar, si sigo así podré seguir haciendo lo que me gusta", analizó, en diálogo con Clay.
En ese sentido una parte de la recuperación tuvo lugar en Roland Garros, una cita de sumo calibre. Y así lo vivió el Peque, luego de alcanzar la tercera ronda en París: "La verdad es que seguir ganando partidos en Grand Slam siempre es difícil, y siempre habla de lo preparado que puede estar un jugador a cinco sets. Por ese lado está muy bueno. Tanto en Roland Garros como en Wimbledon mostré niveles mucho más altos de lo que había mostrado en meses anteriores. Por momentos jugué en un nivel muy alto. Eso te da confianza para lo que sigue, pero no me voy mucho más allá. Estoy tranquilo".
Muy lejos de relajarse, Schwartzman siempre fue autoexigente. Por eso llegó hasta donde llegó y se mantuvo entre los 25 mejores del mundo durante cinco años. Y profundizó al respecto, entre el disfrute y la obligación de ganar: "Me encantaría poder darle menos importancia a un montón de cuestiones, pero a mí me gusta hacer las cosas bien. Mi equipo me enseñó eso desde chiquito. No estoy aquí para venir sólo a disfrutar. Me gustaría, pero eso no es lo que sé hacer para que lleguen los resultados que quiero. Necesito convivir con la victoria. No me gusta perder, no me gusta llegar mal preparado a un torneo. Y creo que reencontré en ciertas cuestiones cómo armar mi rompecabezas. Incluso con un ranking mucho más bajo del que pude tener durante muchos años. Y estoy volviendo a hacer lo que me lleva a jugar bien. Creo que de a poco lo estoy trasladando a la cancha".
En ese sentido los objetivos del Peque, de casi 31 años, cambiaron por completo: "No estoy desesperado por volver a estar entre los 15 mejores del mundo, ni de los 20, como terminé cinco, seis años seguidos (NdR: entre 2018 y 2021 estuvo entre los 20 mejores). Si me toca contra (Jannik) Sinner diez veces más en primera o segunda ronda, bueno, mala leche. Ya llegará ese sorteo que me llevará a tercera ronda y más allá. Intentaré hacer lo que siempre me llevó a jugar bien al tenis: la semana previa a los Grand Slam no jugar, prepararme bien físicamente, elegir los torneos que más me gustan. Esas pequeñas cuestiones me hacen mucho mejor jugador. Ganarles a jugadores que están por el 50 sintiéndome superior, eso es importante".
Imagen de portada: Clay