Deporte y dictadura: Daniel Schapira, el tenista desaparecido
Llegó a ser top 10 del ranking nacional, jugó con Gullermo Vilas, estudió derecho y fue secuestrado el 7 de abril de 1977. El 18 de octubre se conmemora el Día Nacional del Profesor de Tenis por el aniversario de su natalicio.
DANIEL MARCELO SCHAPIRA es el único tenista desaparecido durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica. Nacido el 18 de octubre de 1950, el Tano desarrolló su infancia en el barrio de Caballito y jugó al tenis en el club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA) hasta 1968; al año siguiente pasó al Club Comercio, aunque también se entrenaba en San Lorenzo. Hincha de Racing, estuvo tres veces entre los diez mejores del ranking nacional.
Compañero de generación de íconos como Ricardo Cano, finalista mundial de la Copa Davis en 1981, o Francisco Pancho Mastelli, capitán del equipo argentino en la ensaladera entre 1991 y 1993, Schapira fue profesor de tenis, estudiante de derecho y, durante sus años en la UBA, militante de la JUP (Juventud Universitaria Peronista).
Llegó a jugar nada menos que con Guillermo Vilas, antes de la irrupción mundial del marplatense en el Masters de Melbourne de 1974. De aquel par de encuentros en los que perdió alguna vez dijo: "Lo perdí yo: es un zurdito con un jueguito, le jugué todo al revés y le pega muy enroscado”. Todo aquello lo realizó como persona hasta el 7 de abril de 1977, el día en que un grupo de tareas lo secuestró en la intersección de las calles San Juan y Boedo, cuando viajaba en colectivo.
Más allá de haber estado entre los diez mejores del país en los inicios de la década del '70, Schapira dejó el tenis y se dedicó a dar clases en los clubes Daom y Macabi. En 1973 empezó a estudiar derecho en la UBA y, por su compromiso y dedicación, se ganó el lugar como ayudante de cátedra en Derecho Constitucional.
Por su concidión de militante fue perseguido por la dictadura desde 1976 y hasta llegó a recibir tres disparos, aunque logró escapar. Por entonces, dada la gravedad de la situación, su familia le recomendó exiliarse del país pero Schapira no lo hizo.
Menos de un año más tarde sería secuestrado y desaparecido. Ocho meses después de su secuestro nació su hijo, Daniel Schapira, producto de la relación con su mujer Andrea Yankilevich, desaparecida un año después, en julio de 1978. El Tano jamás supo que su esposa estaba embarazada. Aquel nene, hoy adulto, fue restituido y se reencontró con su abuela materna.
A 45 años del Golpe de Estado, el último de la extensa historia nacional con las dictaduras, Schapira es recordado con una placa conmemorativa en el CeNARD -Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo- y su figura impulsó la creación del Día Nacional del Profesor de Tenis, que se celebra cada 18 de octubre en homenaje a la fecha de su natalicio. Apenas dos hechos que recuerdan a uno de los tantos deportistas argentinos entre los 30 mil desaparecidos.