Las Entrevistas de El Gráfico

Matute Morales: "Me lo dijo Guardiola: el trabajo de técnico es una mierda"

Uno de los últimos enganches del fútbol argentino habla sobre esta cada vez más rara función en la cancha; su admiración por Riquelme, su relación con Guardiola y sus anécdotas más graciosas en el fútbol.

Por Diego Borinsky ·

27 de abril de 2012
Nota publicada en la edición de abril 2012 de El Gráfico

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Imagen PRODUCCION EN SU CASA, para las 100 preguntas.
PRODUCCION EN SU CASA, para las 100 preguntas.
1 ¿Te retiraste? Creo que el fútbol fue el que me dejó. Como en todas las relaciones de amor que uno tiene, hay uno que deja antes. Yo sigo queriendo al fútbol y tengo ganas de jugarlo pero hay cosas que no me permitían seguir. En los últimos tiempos ya no buscaba un club sino un técnico que me permitiera jugar un par de partidos seguidos. Imaginate que Riquelme es discutido acá, ¡pensá en todos los que venimos atrás! Tenía propuestas del Nacional B, pero no quise seguir. Hoy se juega mucho 4-4-2, hay mucho carrilero, mucha gente que va y viene, poco enganche…

2 ¿Qué estás haciendo? Me tiré para el lado de aconsejar a excompañeros, no sé si llamarlo representación. Hoy ayudo a Nicolás Lodeiro, del Ajax, a Gustavo Colman, que juega en Turquía. Los jugadores siempre tienen cosas por hacer y una familia que suele recostarse sobre él en lo económico, en lo sentimental, en lo que quieras, y alguien debe estar respaldando al jugador en estas cosas.

3 ¿Ya pintó el bajón del retiro? Hay muchos que la pasan mal pero yo no lo sentí. Por otra parte, estoy jugando en los veteranos de Racing, también en el showbol. No lo tenía en los planes pero arrancaron avisándome que había un asado después del partido y fui por el asado, te digo la verdad. Después me enganché y ya estoy en la Selección de los veteranos que dirige Quique, de Argentinos.

4 ¿Ser técnico no está en tus planes? Por ahora no. El año pasado, cuando estaba pensando si quería ser entrenador o no, le mandé un mensaje a mi amigo Guardiola y me sacó todo el entusiasmo, me dijo que esta profesión es una mierda. Sí me gustaría trabajar en la formación. El gran problema del fútbol actual es la formación. No hay especialistas. El 4 no sabés si es 4, 2, o carrilero, se busca que todos jueguen de todo y al final nadie juega de nada. Y aparte, no se juega a nada; Riquelme es el único que pone una pausa a toda la vorágine actual. Una pausa adentro y una pausa afuera, porque Riquelme es enganche hasta cuando declara.

5 ¿Y no querés trabajar en la formación? Tengo dos hijos en las Inferiores de Racing y me ofrecieron dirigir la Prenovena, pero no es lo mismo dirigir a un chico que formarlo. Cuando dirigís una categoría, lo hacés un año y al pibe ya no lo ves más, pero si sos el coordinador del fútbol amateur lo tenés desde chiquito hasta que llega a Primera. O hasta que te echen (risas). Eso es lo que me gustaría y para lo que me siento capacitado. Quedó ahí, veremos con el tiempo si aparece esa opción.

6 ¿De qué juegan tus hijos? Matías tiene 14 e intenta ser enganche; Juan Ignacio tiene 11 y lamentablemente es arquero, porque es sobrino de Damián Albil y le copió todo: toca la batería y ataja. Y Santiago jugó un partido y como le molestaron los gritos, dejó.

7 ¿Por qué decís “intenta ser enganche”? Porque si hoy decís “enganche”, para los técnicos de Inferiores es mala palabra, casi como tener una pierna menos (risas). Antes, el arquero era el que tenía menos posibilidades, ahora le toca al enganche, entonces debe buscar la forma de complementarse, de ir por afuera, de jugar de mediapunta. La moda está así ahora... El enganche es una especie en vías de extinción. Entre los grandes y entre los chicos.

8 ¿Por qué pasa esto? Porque los equipos hoy piensan más en no perder que en ganar, entonces los técnicos creen que se defiende mejor con más jugadores de marca, esos que cumplen varias funciones. Pasa en Primera y en Inferiores: existe una gran presión por no perder, ya no te hablo de ganar, porque no hay presión por ganar, y estaría bueno que existiera, así los técnicos buscarían armar algo como para ganar. Bueno, esa presión por no perder, también se ve reflejada mucho en Inferiores.

9 ¿Argentina seguirá sacando enganches o creés que no? Cada vez saldrán menos. Porque en Inferiores te miran raro si decís que sos enganche. Y porque en Primera cada vez son menos los que juegan con enganche. Y si juegan, al primero que sacan cuando van ganando para cuidar el resultado, es al enganche. Y también es el primero que ponen cuando hay que ganar. Son contradicciones que nunca voy a entender.

10 ¿Cómo formarías a un enganche? Hay muchas cosas que se traen de la cuna, como la gambeta, la pisada, pero otras se pueden aprender, como lo táctico. Si yo hubiera hecho más caso en lo táctico, habría rendido el doble. Yo era un jugador desordenado, corría mal la cancha, abusaba de mis condiciones y no escuchaba. Hoy veo que me hubieran hecho bien. Esas experiencias está bueno transmitirlas.

11 ¿Podrías haber llegado más lejos siendo más profesional? Sin duda. Si me hubiera cuidado más en la alimentación, en el descanso, en cumplir lo que me pedían en los entrenamientos, habría llegado más lejos. Las facturas eran mi perdición. En Racing llevaba un par de docenas, hasta que un día Rivarola me las sacó y se las llevó a su cuartito. Las fui a buscar y discutimos. Tenía razón, pero eran signos de mi rebeldía. Cada vez que había un parate de vacaciones, yo volvía con 3 o 4 kilos de más. Cuando Cruz Azul me compró a Racing tardé un mes y medio en ir. Llegué y me tenían que hacer los estudios médicos. Y estaban todos los canales para televisarlo en vivo. Entre mi sobrepeso de un mes y medio y la altura del DF, me subí a la cinta y no me podía mover. “¿Este gordo viene a salvarnos?”, decían los presentadores. Me costó al principio, después rendí mucho.

12 ¿En los entrenamientos corrías menos que el resto? A mí me gustaban las prácticas con pelota. No me bancaba hacer la pretemporada, y no las hacía como correspondía. Recién el último año, con Huracán, fue la mejor que hice. Imaginate cuándo me di cuenta…

13 ¿Los técnicos no te retaban? Algo me decían, pero como después lo suplía con mis jugadas, quedaba ahí. O en una práctica decía que tenía un tirón en un músculo y listo, salía, siempre podés acusar algún dolor. Igual, tuve mis cruces. En el Mérida de España, por ejemplo, el argentino D’Alessandro me recibió un 6 de enero diciendo que yo era su regalo de reyes, me puso dos partidos y dejó el regalo tirado en un rincón. Salir de la Sampdoria al Mérida fue la peor decisión que tomé en mi carrera. Lo hice por un capricho y así me fue.

14 ¿Un capricho? Sí, era caprichoso en esos tiempos: pensaba que el fútbol italiano se tenía que adaptar a mí y no yo al fútbol italiano. Y me costó. Me costó dinero, porque fui multado muchas veces. En Italia pagaba las multas, gasté fortunas. En España quedé debiendo, si viajo para allá, el capitán del Mérida me debe estar esperando con el talonario.

15 ¿Por qué te ponían multas? La primera fue apenas pisé Italia. La Sampdoria me compró y viajé con un amigo. El día de la presentación, en un lugar muy lindo y lujoso, estaban el presidente, los directivos, todo el plantel impecablemente vestido. Le dije a un amigo de Wilde que me acompañara. Cuando llegué, varios me miraron mal y el capitán, Manini, un tipo que coleccionaba Ferrari y tenía más de una docena, me exigió que se fuera mi amigo. “¿Cómo lo voy a dejar solo si vino de la Argentina?”, le contesté. Discutimos, me senté en la mesa cinco minutos y al toque me fui a comer una pizza con mi amigo a un bar de por ahí. Al día siguiente llegué al club y el capitán me dijo: “Tenés una multa”. Así arranqué. Pagaba con cheques de una chequera que me dio el club. No sé cuánto gasté, pero la chequera la terminé.

16 ¿Por qué otros motivos te ponían multas? A veces llegaba tarde a las prácticas. En Mérida, como no me hablaba con el técnico, el equipo jugaba el domingo y yo me iba a conocer España el fin de semana, ni iba al partido. De bronca, cuando mis compañeros corrían para un lado en un ejercicio, yo corría para el otro. Una locura total. Algo parecido hice en Italia cuando echaron al Flaco (Menotti). Me pareció injusto y como aparte hubo compañeros que en la cancha no hicieron todo lo que debían hacer para que se quedara, cuando salían a caminar, yo me quedaba. O cuando hacían algo, yo hacía lo contrario.

17 Tu primera pelota. Mi viejo era zapatero y arreglaba pelotas. La gente las dejaba y si pasaban 30 días no las podían reclamar. Un mes, y fuiste, adentro, ja, ja, así era la ley. Y por esa vía tuve mi primera pelota.

18 ¿Son de familia muy humilde? Mis viejos son paraguayos y vinieron a Buenos Aires con la promesa de un trabajo que no se cumplió. Llegaron con tres hijos, entre ellos Jairo, que también jugó en Independiente y lleva el doble apellido (Morales Santos). Y acá nacimos otros cuatro. Siete en total éramos y hasta mis 12 años vivimos todos en una casa de Villa Luján, Avellaneda. Era pesado, villa, recién ahora se asfaltó y le dieron los terrenos a la gente.

19 ¿Cómo se arreglaban con la comida? La verdad es que todavía no sé. Yo jugaba al baby y a veces la gente de ahí me llevaba a su casa. Así había una boca menos en la mía. Eso ayudaba. Yo dormía con mi viejo en un sofá, mi vieja con mi hermana más chiquita, y el resto en cuchetas. Lo más bravo era ir al baño a la noche, porque estaba afuera de la casa. Tenías que salir a mear con un guardia. Cuando era chico me acompañaba mi viejo. Había que sacar turno para ir al baño. Cuando mi hermano Jairo pasó de Arsenal a Independiente, el club le alquiló una casa en Quilmes y ahí pudimos salir de la villa. Nos fuimos todos detrás del futbolista, y ya tuvimos baño adentro de la casa.

20 ¿Jugabas en la villa? Sí, claro, se jugaba en el asfalto, así se le decía porque era la única parte de la villa donde había asfalto. Ahí te curtís de verdad. Jugaba con gente más grande y las patadas eran terribles. Aparte, no existía el réferi. Se jugaba por la Coca y el sándwich y muchos partidos terminaban a los piedrazos, porque al que perdía no le gustaba pagar… Yo me escapaba de casa y no avisaba, el problema era a la vuelta.

21 ¿Tu viejo te fajaba? Te tenía que gustar mucho jugar a la pelota para irte. Mi viejo laburaba y mi vieja con siete hijos tenía bastaste para ocuparse, entonces en cuanto se descuidaban, yo picaba. Se hacía de noche y salían a buscarme por todos lados. Cuando volvía me esperaban los dos paraditos en casa, otra que el Patrón Bermúdez y Schiavi, los dos paraditos, y me pegaban con lo que había. Ahí aprendí a gambetear, en realidad, aprendí a saltar, ahí me hice enganche de verdad (risas). Para un chico de 6 u 8 años andar por ahí era peligroso, y mucho más peligroso jugar con gente más grande. Y está claro que en la villa no hay categorías: no jugaba la 75 de Villa Luján contra la 75 de enfrente.

22 ¿Nunca saliste a robar o te tentaste con las drogas? Nunca me tenté con nada raro, aunque tuve amigos que sí. Igual, en esa época no se mataba, lo más común era ver a una mujer un domingo corriendo a su marido con un cuchillo porque había venido borracho.

23 ¿Le hacés honor a tu nombre o estás más cerca del demonio? Estoy ahí, entre los dos, pero siempre tratando de hacer las cosas bien.

24 ¿Quién te puso Matute? No me acuerdo bien, creo que era por el policía de Don Gato y su pandilla, pero no lo tengo muy claro.

25 Por tu manera de ser te veo más para ladrón que para policía, ¿o no? Puede ser, aunque algunos me veían medio vigilante. Lo increíble es que el apodo quedó para siempre. La única que me dice Angel es mi vieja. Es más: en México me han puesto “Matute Morales” en algunos cheques. “Va a ser imposible cobrarlos”, pensaba. Pero los cobré.

26 Hincha de... De Boca. Y fanático. Mi viejo me llevaba a la cancha a los 15 del segundo tiempo, cuando abrían las puertas. Fui bastante entre el 81 y el 84.

27 ¿En qué momento el jugador deja de sentir como hincha? Desde que estás en otro club y empezás a querer ganarles a todos, cuando les ves la cara a los hinchas y a los que trabajan en el club donde jugás y te contagiás. Se pierde un poco el fanatismo, pero igual, si hoy me preguntás, te sigo diciendo que soy hincha de Boca, que me hubiera gustado jugar en Boca y que cuando juega Boca, quiero que gane.

Imagen EN RACING estuvo dos ciclos y se ganó el cariño de la gente. Lo mira Menotti, su entrenador preferido.
EN RACING estuvo dos ciclos y se ganó el cariño de la gente. Lo mira Menotti, su entrenador preferido.
28 ¿Qué recordás de tus inicios en Independiente? Que mi viejo nos llevaba en bici a mí y a mis hermanos. Eran unas 40 cuadras. Primero en el asiento de atrás; después, nos acompañaba y cada uno pedaleaba en la suya.

29 ¿Eras de tirarles caños a los grandes cuando asomabas en Primera? Sí, sí (risas), una vez le hice uno al Tapón Gordillo, que era un tipo tranquilo, y chau, se olvidó del mundo, me fue a buscar. Yo no era de cargar, pero si tirás un caño, en la siguiente la tenés que dejar, porque si no te liquidan. Y si no te liquida él, te liquida el de atrás, o el de más atrás. En realidad, cuando un pibe le tira un caño a un grande, se lo hace a todo el equipo, saltaban todos (risas). Me costó varias sacudidas hasta que se dieron cuenta de que me salían naturalmente.

30 ¿Qué equipo vio al mejor Matute? El Independiente de Menotti, parte del Racing de Cappa y en Cruz Azul, con el que llegamos a la final de la Libertadores que perdimos con Boca.

31 ¿Esa final, la querías ganar o preferías que ganara Boca? Ganar, ahí no hay dudas. Había muy buena plata en premios y hacíamos historia si la ganábamos. pero lamentablemente no pude jugar la revancha en la Bombonera. Es lo que comentaba: si no fui más en mi carrera, como me dicen muchos, fue por mis descuidos. En este caso jugué la ida en DF, después salí, tomé frío, empecé a sentirme mal de la garganta, no le dije nada al médico y no tomé ningún recaudo hasta que la angina me tiró. Estuve tres días en cama y salí a calentar el día de la final. Estaba mareado, vomitaba, tenía 41° de fiebre. Me dieron una inyección pero no podía mover las piernas, entonces decidí no jugar. Porque creo que el técnico me ponía igual si era por él. Vi el partido desde el banco y ganamos 1-0. Después erramos los penales.

32 ¿Por qué duraste tan poco en cada club donde estuviste? Debo ser jugador de ciclos cortos, me canso. A veces en un club tenés un buen nivel durante un tiempo, y cuando bajás ese nivel, más en mi posición, sos el primero en ir para afuera. Y si le sumás mi carácter un poco difícil... Siempre quería que las cosas fueran a mi manera.

33 Contate alguna de la banda de Platense… Uh, esa sí que era medio loca. Estaban Dalla Líbera, el Bichi Fuertes, Mena, Coudet, Ruffini, Erbín… El Loco se pintaba el pelo y una vez me llevó con Ruffini a su habitación. “Esto sale enseguida”, me dijeron. Y me hicieron una franja amarilla en el costado, como estaba usando Maradona. No salió nunca. Encima tuve que ir a jugar a la cancha de River con ese mechón, imaginate lo que me decían…

34 ¿En esa banda eras de los creativos o de los que miraban? Dalla Líbera y Erbín eran los cerebros pero también teníamos un personaje como Ruffini que se llevaba un rifle de aire comprimido a la concentración y les daba a los gatos desde la ventana del hotel, en pleno centro. Yo era joven y jodía bastante.

35 Marcá diferencias entre Racing e Independiente. La exigencia de la gente de Independiente va más para el lado técnico, del buen juego; en Racing prevalece lo pasional. Si vos en Racing dejás todo, sos ídolo. En Independiente no te alcanza con correr.

36 Fue raro lo tuyo: estuviste 14 años en Independiente y la gente que más te quiere es la de Racing. Y siendo un talentoso... Se dio que en Racing nos juntamos varios de buen pie y aunque valga esa generalidad de la que te hablé antes, a toda la gente le gusta cuando hacés una gambeta o tirás un caño. Cuando llegué a Racing, estaba en duda. Yo veía las caras del portero, de la gente del club, y me miraban como diciendo “a ver”. Tuve la fortuna de hacerle el gol a Independiente en mis primeros partidos, y eso dio vuelta todo.

Imagen Se formó en Independiente, donde jugó entre 1993 y 1994, y 1995 y 1997 con un paso intermedio por Platense.
Se formó en Independiente, donde jugó entre 1993 y 1994, y 1995 y 1997 con un paso intermedio por Platense.
37 ¿No fue una traición ir a Racing? Yo puedo decir que traición fue que Independiente no pusiera la plata para que volviera. Se quejan porque grité el gol contra ellos, pero traición hubiera sido no gritarlo. Traición hacia mí. ¿Por qué no gritar un gol? Entonces digo lo mismo: que la gente no grite un gol si se lo hacen a mi equipo. Hagámosla pareja.

38 El mejor técnico que tuviste. Menotti. Fue el primero del que escuché en palabras todo lo que yo pensaba sobre el fútbol. Menotti me lo demostró y me ayudó a ser mejor jugador.

39 ¿En qué cosas? En conceptos que me transmitió y que fui adoptando. Y en ponerme al lado compañeros que jugaban bien a la pelota. A mí me gustaba gambetear en todos lados, y me enseñó a no hacerlo, a no trasladar demasiado.

40 ¿Y el peor? El que tuve en Mérida debe ser el que menos me banqué, D’Alessandro, pero ojo, tampoco yo fui el mejor en esa etapa.

41 ¿Qué tuviste más, técnicos con los que compartías tus ideas o con los que no coincidías en nada? Más de los segundos. Normalmente empezaba los torneos como suplente, en duda siempre. Era culpable hasta que se demostrara lo contrario. Así se ve al enganche. Me tenía que ganar el lugar en las prácticas.

42 Las mejores charlas técnicas. Las del Flaco, las de Cappa, las de Juan Manuel Lillo eran muy buenas. Aprendí mucho de táctica con Lillo. El Flaco siempre tenía esas de “el inodoro en el baño y la mesada en la cocina” o la de “a Mar del Plata hay que ir por la Ruta 2” o la de “para qué querés una Ferrari en la 9 de Julio”.

43 ¿Qué quería decir con eso? ¿Para qué querés una Ferrari en la 9 de Julio si no la podés usar? Que no tenía sentido ir rápido en ciertos sectores de la cancha. Y lo de la Ruta 2 tenía que ver con que si elegís un camino para ganar, tenés que ir por ese camino.

44 ¿Te tentaste alguna vez en una charla? Varias. Hay técnicos que creen que te motivan hablando mal de los rivales y consiguen lo contrario.

45 Si Menotti, vos y Calderón no se hubieran ido de Independiente cuatro fechas antes del final del Clausura 97, ¿ese equipo era campeón? Tenía muchas posibilidades. Ahí voy de vuelta a la traición. Yo me quise quedar, pero a Independiente le convenía que me fuera. “Yo me quedo estas cuatro fechas, pero asegurame que si me pasa algo, vos respondés”, le dije al presidente Héctor Grondona. Pedía un seguro, pero se ve que era mucha plata.

46 ¿Sabías algo de italiano cuando fuiste a la Sampdoria? Me habían enseñado un par de frases para pronunciar en la presentación. Era fácil, tenía que decir algo así como “Sono molto contento della mia nuova famiglia”. Nada más. Cinco días estuve practicando con eso pero cuando vi las 20 mil personas y entró Klinsmann, me nublé, empecé a hablar en castellano... ¡y mal! Como mis compañeros de adelante decían “Forza Samp” y la gente explotaba, entonces tiré un “Forza Samp” y la gente me empezó a aplaudir. Zafé con eso.

47 ¿La Sampdoria te compró para reemplazar a Mancini? Sí, incluso me dieron la 10. ¡Linda mochila! Como cuando en Independiente traían un 10 después de Bochini. Jugué los primeros partidos, después lo echaron al Flaco y me sacaron del equipo.

48 ¿Con qué auto arrancaste en Italia? Opel hacía un 50% de descuento, para mí era un autazo el Opel Tigre, que recién había salido. Y a mitad de precio. Pero en el primer entrenamiento empecé a ver las máquinas estacionadas: Ferrari, Jaguar, Mercedes. Ahí mismo pensé: “No puedo ser el 10 del equipo, el reemplazante de Mancini y llegar con un Opel”. Entonces fui a Mercedes, que nos hacía un descuento pero menor al 50% y elegí uno de los mejores. Me salió una fortuna, y la fui pagando, pero el hecho era llegar con un caño y que en principio me respetaran por el auto, al menos.

49 Es raro que un 10 triunfe en el calcio, ¿por qué te compraron? Seguramente el Flaco hizo mucha fuerza para que fuera.

50 ¿Te encontraste con rivales muy ásperos? Claro. El más animal era Desailly, del Milan, un negro de ocho metros. Lo gambeteé una vez y cuando quise arrancar ya lo tenía de vuelta, con la otra gamba. Yo quería jugar como en la Argentina pero no había tiempo.

51 ¿Por qué duraste tan poco? Cuando lo echaron al Flaco vino Boskov, cambió el esquema, puso a otro, y empecé a banquear y banquear, no me ponía ni un minuto, no me hablaba, y ahí yo me puse de culo y hacía todo al revés, lo que contaba antes. Decían: a las 10 desayuno y caminata y yo bajaba una hora más tarde, cuando estaban volviendo. O me quedaba en la habitación. Y me agarró la locura por irme.

52 Al menos pudiste meter un gol. Y a la Juventus. Hasta ese momento tenía un tiro al arco en todo el campeonato y esa tarde le pegué, Peruzzi se patinó y se le escapó.

53 ¿Por qué apareciste en el Mérida? Se ve que fue lo que consiguió mi representante. Después me arrepentí. Era un equipo que estaba de paso por la Primera. Yo no sabía ni dónde quedaba Mérida. Me habían dicho que iba a jugar, me recibieron como regalo de reyes y al final terminé jugando menos que en Sampdoria, dos partidos.

54 ¿Qué te genera ver a Messi? Una cosa cuando está en el Barcelona y otra en la Selección. Ahí se nota, para mí, que las ideas de los técnicos están por encima de los jugadores. Messi allá gambetea de a cinco, y cuando tiene que tocar, toca, y juega en función de equipo. Acá le cuesta y se convierte en uno más. Por algo el mismo Messi dijo que Guardiola era más importante que él para el Barcelona.

55 ¿Messi o Maradona? Maradona. Diego se arreglaba con 10 compañeros; Messi necesita un equipo detrás de él.

56 Tu día más feliz en el fútbol y tu día más triste. En el fútbol tenés muchos más días tristes que felices, eso vale para todos. Los felices tienen que ver con los títulos. Lo peor son las lesiones. Recuerdo como un día terrible cuando en México un médico me dijo que no iba a poder jugar más al fútbol por la hernia de disco que tenía en la espalda.

57 ¿Qué hiciste? Seguí buscando alternativas hasta que encontré a otro médico en Houston que me dijo otra cosa. Me operaron de una doble hernia de disco y volví a jugar.

58 ¿Cómo te hiciste esa hernia? Fue en mi mejor momento en México. No se sabe por qué se produjo, yo de golpe empecé a sentir que se me dormían las piernas, no podía estar parado. Tenía desplazada la columna y eso me presionaba los nervios y se me dormían las piernas.

59 ¿En cuánto te recuperaste? Estuve casi ocho meses sin jugar. El problema es que a los dos días de operarme empecé a caminar, me apuré, un error gravísimo. Cuando el profe me preguntaba si me dolía yo le decía que no, para jugar; por eso, uno de los cuatro clavos que me pusieron está quebrado. En fin, cada tanto me vienen dolores de cintura.

60 Tus mejores amigos del fútbol. Juan Zandoná, el hermano de Flavio, Leonardo Cauterucci, el Dany Garnero; poquitos…

61 La persona con la que mejor te entendiste. Con Latorre y con el Chelo Delgado.

62 ¿Hay mucha sanata en el fútbol? Sí, pero como en todo. Hay que llenar espacios y se buscan cosas donde no las hay.

63 ¿Lloraste por una derrota? Sí, muchas veces. En la final de la Libertadores con Boca lloré, estuve dos días encerrado en casa.

64 Hubiera apostado que te daba lo mismo perder que ganar, que no te mortificaban las derrotas… Me importaba ganar, obviamente, pero el hecho de seguirla después no vale la pena. Lo que no hiciste en la cancha, ya está, después de los partidos son todos goles.

Imagen Muy pibe, con la campera de la Selección. Integró las juveniles de la AFA:
Muy pibe, con la campera de la Selección. Integró las juveniles de la AFA:
65 ¿Te gusta cómo se juega en la Argentina? Noooooooooo. Hay una mediocridad que hace que no haya favorito antes de empezar un partido. El miedo a perder empujó a eso, hay mucho miedo por la presión que ejerce la gente, el periodismo, todos. El jugador, al final, termina viendo la pelota como una enemiga, la querés lo más lejos posible para no tener problemas. Así es difícil ver buen fútbol.

66 ¿Se juega mejor en la B? Se juega mejor en los lugares donde dan tiempo para constituir un estilo de juego y ese estilo se respeta. Una idea no se desarrolla en cuatro partidos, como se exige acá. El club cambia de técnico y entonces lo que aprendiste con ese, ahora te lo tenés que olvidar, porque cada maestrito con su librito, viste, y al final el jugador termina el año con cinco técnicos distintos sin saber qué hacer.

67 ¿Qué proponés para mejorar el fútbol argentino? Darles más tiempo a los técnicos, a los refuerzos, a los juveniles, que los clubes hagan el esfuerzo por mantener un equipo, como Vélez, que tiene una base hace mucho tiempo y está siempre peleando cosas importantes.

68 ¿En qué país de los que estuviste se juega mejor? En México se intenta jugar bien, la mayoría de los equipos lo busca.

69 El tipo más divertido con el que compartiste un plantel. El Loco Abreu, un personaje. Tenía como 30 o 40 estampitas pegadas en todos lados y antes de salir a la cancha le daba un beso a cada una. Había que esperarlo...

70 ¿En Veracruz te hiciste la permanente que de repente apareciste con rulos? Ya no sabía más qué hacer con mi pelo, teníamos mucho tiempo libre, entonces me propuse dejármelo largo, algo que nunca hacía. Y me empezaron a salir rulos, después me teñí de rubio, me hice rastas… Tenía un peluquero personal al que visitaba todos los días después del entrenamiento. Se debe haber hecho rico.

71 ¿Te agarraste a piñas con algún compañero? A piñas no, porque cuando sabés que vas a perder, mejor no pelearse. Una vez, con el Coco Capria en un Racing-Huracán, la pelota iba de un lado a otro por arriba, estuve como veinte minutos sin poder agarrarla; entonces le dije “Dame una”, no sé qué me contestó, y ahí le subí la apuesta: “¡Pero dame una, burro!”, y se puso loco. Me fue a buscar al vestuario para pegarme, decí que lo pararon.

72 ¿Cómo explicás a este Barcelona? Es fácil entender el modelo Guardiola, lo difícil es llevarlo a cabo. Tener la pelota, por ahí pasa. Lo que menos le importa al Barcelona es el gol, le llega naturalmente, sin buscarlo. Fijate que primero te ganan psicológicamente, porque tienen el 80% de posesión, a los cinco minutos ya te llegaron diez veces. Eso es mucho más importante que el gol, porque el gol cae solo, hasta sin querer lo hacen a veces. No se obsesionan por el gol. Muchos equipos se obsesionan por el gol, lo meten y después no saben qué hacer.

73 ¿Hablaste de eso con Pep? Sí, él me contó que Cruyff lo marcó mucho. Cruyff les decía que si llegaban cansados al entretiempo era porque estaban jugando mal. “Están corriendo de más”, les decía. Eso le quedó grabado.

74 ¿Qué otra cosa hablaste de fútbol con él? Muchísimas. A mí me dicen de ir a jugar a Dorados de Culiacán por recomendación del Loco Abreu, que había sido compañero mío en Cruz Azul, y al toque me avisan que estaba por arreglar Guardiola. Ni lo pensé, porque Pep era un referente para mí. Apenas llegó le dieron un auto, y como yo no tenía, lo usaba de chofer: me pasaba a buscar y hablábamos mucho de fútbol, salíamos también a comer con el grupo de los solteros. Una vez me preguntó cuál era el gol ideal para mí. Y le contesté que era gambetearme a todos, después le metía un caño al arquero y la definía de taco. El me contestó que su gol ideal era que se la pasaran todos los jugadores del equipo a un toque. Ahí me dio la pauta de que el tipo ya tenía todo pensado.

75 ¿Cómo era jugar en los Dorados de Culiacán? Vivíamos en una ciudad difícil, en medio del desierto, al norte, con muchísimo calor. Nos entrenábamos en una montaña y por arriba pasaban las avionetas. Decían que eran de los narcos. Andaban todos armados. Escuchábamos tiroteos bastante seguido.

76 ¿No tenías miedo? Un poco sí. “No se les ocurra mirar ni decirles nada a las mujeres, porque puede ser la esposa o la novia de un narco y se te acaba el partido”, nos aconsejaban. Ibamos a un shopping pero siempre mirando la vidriera, contra la pared, sin sacar la vista de ahí..

77 ¿Qué hacía Guardiola ahí? Ya estaba terminando su carrera, venía con la idea de ser técnico y como tenía gran afinidad con el entrenador español Juan Manuel Lillo, fue para allá. De hecho, hubo como cinco partidos en los que estuvo lesionado y daba instrucciones a los jugadores y hacía algunos ejercicios. Ya era técnico.

78 ¿Mantenés contacto con él? Por mensaje más que nada, pero trato de no joderlo. La última vez fue antes de fin de año: el Turco Mohamed viajaba a Barcelona y quería charlar con él, entonces me pidió que le hiciera la conexión. Fue y se juntó con Pep, que lo recibió muy bien y hablaron de fútbol largo y tendido.

79 ¿Guardiola sabe quién es Mohamed? Guardiola conoce todo del fútbol. De hecho, después de terminar la carrera, vino a verme a un partido de Banfield. Estaba escribiendo cosas sobre el fútbol con su amigo David Trueba y quería saber cómo se vivía el fútbol en distintos lugares. Fue a la cancha de Vélez a un partido que jugaban contra nosotros. Hizo la cola para entrar a la popular visitante, cumplió con todo el rigor del cacheo, vio el partido desde la popular y conoció el fútbol argentino desde adentro. No tuvo ningún beneficio por ser Guardiola, no dijo “No me palpen, soy Guardiola”.

80 ¿Para qué otras cosas mensajeás a Pep? Lo que te contaba antes: el año pasado yo estaba dejando el fútbol y no tenía muy claro para dónde agarrar, entonces le pregunté cómo era ser técnico. “Este curro es una mierda”, me contestó, porque los españoles le dicen “curro” al trabajo. Ahí me saqué las dudas: si Guardiola, que ganó todo, dice que es un mierda, ¿qué queda para el resto? Lo decía por la presión por ganar siempre, por hacer todo bien.

81 ¿Vos creés que se va a ir del Barcelona? Para mí, sí. Y si en su momento fue a Culiacán a jugar, es capaz de hacer cualquier cosa, puede terminar dirigiendo en Vietnam, qué sé yo, sólo por el desafío. Por lo que vivimos en México, se nota que es un tipo al que le gustan los desafíos y se veía que iba a cambiar la historia del Barcelona. Ya cumplió, ya ganó todo lo que había por ganar, no tiene nada más por ganar. Además, lo escuché cuando dijo que no se sentía el mejor porque solamente había dirigido buenos jugadores, se debe querer probar con otros jugadores no tan buenos. Me parece...

82 ¿No te llamó para ser su ayudante? Ya tiene su grupo, pero por supuesto que si me llama, salgo corriendo, lo veo como un modelo a seguir en todo. El otro día veía en la tele que les enseñaba a los pibes, y mediante el fútbol enseñás mucho lo que es la vida. Ves a los jugadores del Barcelona, que son multimillonarios, cómo se manejan, la humildad que tienen, y en eso tiene mucho que ver el técnico.

83 Si tuvieras que armar una sobremesa de fútbol, ¿a quiénes invitás? A Menotti, Cappa, Guardiola y sumaría a los que piensan de otra manera, así se hace más divertido. Me encantaría escuchar a Menotti y a Bilardo debatiendo de fútbol. Sería un gran aporte.

84 ¿Fuiste un rebelde del fútbol? Sí, sí, porque quería que todo el mundo se adaptara a mí. Era lo que yo pensaba y se tenía que jugar como yo creía, y cuando vos llegás a un país y a un club nuevo, tenés que poner lo tuyo pero ser más abierto y adaptarte a lo que te piden.

85 ¿Quiénes otros están en esa línea? En Cruz Azul jugué con Camoranesi, que también era más o menos como yo.

86 ¿Cuál fue tu mayor locura en el fútbol? Uffff, hay unas cuantas. A ver, dejame pensar… Una de las últimas fue en Nacional. Nos dieron un penal y yo era el encargado de patearlo pero el 9 nuestro, Balzas, no había hecho goles y la gente lo puteaba. Perdíamos 1-0 contra Racing. “¿Querés patearlo, Flaco?”, le pregunté. Cuando agarró la pelota, saltó el técnico desde el banco, Acevedo, el que hoy está en Banfield, haciendo señas de que lo pateara yo. Incluso, cuando ya se veía que lo pateaba Balzas, un rival se me acercó y me dijo: “¿Lo vas a dejar patear a él?”. Nadie entendía nada, pero yo quería darle un respaldo a mi compañero.

87 ¿Y cómo terminó la historia? El penal lo metió, y después metió otro en el segundo tiempo y ganamos 2-1, pero no te imginás el quilombo que me hizo el técnico en el entretiempo. Me dijo de todo, a los gritos.

88 Alguna otra perlita. En Huracán, antes de dejar. El técnico me mandó a seguir al 4 de Argentinos todo el partido. No daba más, así que llegamos al entretiempo y le dije: “No juego más”. Me saqué del equipo, no era para mí.

89 Venías de varios clubes sin destacarte y de golpe en Nacional volviste a ser el que eras, ¿por qué? Venía de varios fracasos, el Loco me dio una mano para ir a Nacional, y Pelusso casi no me ponía. Después vino Acevedo y cambió todo porque supo aprovechar mis características y me empezó a poner con Lodeiro. Antes era uno o el otro. Fuimos campeones.

90 ¿Vos lo recomendaste a Banfield? Tengo un amigo que está en la Comisión de Banfield, me preguntó por él y yo les dije que me parecía un gran técnico. Nada más.

91 ¿Te dolió cerrar tu carrera con un descenso? Me dolió que se hubiera terminado mi carrera, como todo lo que uno quiere y se termina; que fuera con un descenso no fue un drama para mí. Por supuesto que hubiera preferido retirarme campeón y con la cancha llena, pero es lo que me tocó.

Imagen Con la camiseta de la Selección Argentina ante Francia intentando habilitar a Martín Cardetti.
Con la camiseta de la Selección Argentina ante Francia intentando habilitar a Martín Cardetti.
92 ¿Te identificás con algún jugador de la actualidad? Con Riquelme. Es el abanderado de los enganches.

93 ¿Es muy sucio el ambiente del fútbol? Viste que Diego dijo que la pelota no se mancha, bueno, para mí sí se mancha a veces. Tener que salir escondido cuando te toca perder, escuchar que te gritan que robás la plata. Cada vez la violencia es mayor.

94 ¿Se puede ir contra el sistema o tenés que transar? Si querés que el sistema vaya para otro lado, salís vos. O te adaptás o te vas. El fútbol es un negocio muy grande, mueve mucho dinero.

95 ¿Te falló algún representante? Y… (piensa) muy contento no quedé. Cuando uno es jugador delega muchas cosas en el representante, supuestamente es tu compañero, tu amigo, y con el tiempo te das cuenta de que hubo cosas que estuvieron mal. Y no hablo solo de la guita sino que no te beneficiaron deportivamente porque por ahí le convenía a él, como me pasó en Mérida. Por eso estoy empezando a trabajar en estas cosas. El representante está para cuidar al jugador y muchas veces hace lo contrario.

96 ¿Por qué te limpiaron de Nacional, si te había ido tan bien y fuiste campeón? Hubo una depuración de gente grande por un lado, pero también ayudó que yo aconsejaba a mis compañeros para que no les cagaran la plata. Y eso va en contra del club. A Lodeiro, por ejemplo, lo vendieron al Ajax y no le querían dar el 15%, que allá encima es el 20. “Es plata tuya, reclamala”, le dije. Eso cayó mal en el club, de hecho hace unos días fui a Uruguay y me encontré con un dirigente. “¿Cómo andás, Angel ‘Reclamo’ Morales?”, me dijo, porque a mí me quedaron debiendo también. “Bien, ¿y a vos cómo te va, Luis ‘No querés pagar’ Bruno?”. Quedó un poco en broma, pero es la realidad. Lo cierto es que al poco tiempo de aquel tema de Lodeiro empezó a salir en los medios que yo tenía problemas con el plantel, que no concentraba, y bla bla bla. Todas mentiras.

97 ¿Tuviste que dejar muchas veces el 15% de tu pase? El de Independiente a la Sampdoria lo dejé, por ejemplo; si no, te corren con que el pase no se hace o te dicen “Tu plata está en el contrato”. Es una costumbre, lamentablemente.

98 ¿Y esa plata queda en el club? No sé, no sé, espero que sí, pero eso nunca lo sabés.

99 ¿Te ofrecieron ir para atrás en algún partido? Para atrás, no, pero para ganar, incentivación, sí, muchas veces.

100 ¿Y esa plata se cobra? Olvidate que sí. Eso se cumple. Es palabra. Y no me pidas más detalles, que no te puedo dar.
 

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