Las Entrevistas de El Gráfico

1984. A este Islas usted no lo conoce

Luis Islas se entrevista con El Gráfico en el comienzo de su carrera, habla del sueño de ir al Mundial 86, su carácter difícil, algunos problemas en el vestuario y también de la comparación entre Maradona y Pelé.

Por Redacción EG ·

06 de noviembre de 2019

La historia es un resumen de anécdotas. Cada anécdota. Cada historia. Mayo de 1981, juegan en San Martín Chacarita y Banfield, en el equipo local debuta un arquero de quince años que se llama Luis Alberto Islas. Rumbo a la cancha los dos planteles se encuentran en el pasillo y el Bambino Veira, técnico de Banfield, suelta en voz alta la frase intencionada: "Muchachos, hay que patear de todos lados, pusieron un pibe que debe tener un susto bárbaro... ". La inesperada respuesta no demoró, terminante, irónica. "Estos no nos pueden ganar, ¿con esa cara nos van a ganar a nosotros?"

La historia es un resumen de anécdotas y ésta, una pintura de porvenir, la punta del camino, el comienzo de la fama contradictoria.

Después fue llegando todo lo demás.

Sí, me acuerdo de eso. Me tenía fe. La fe es algo que a mí me sale naturalmente, la tenía antes de debutar, siempre... Yo no hago trampas pero no concibo perder; si me toca la aguanto pero...

Soy medio atropellado, impaciente. Cuando estaba en tercera quería la primera, cuando llegué a primera quería la Selección, cuando llegué a la Selección quería que me vendieran y salió lo de Estudiantes...

—¿Y ahora?

—Ahora quiero jugar el Mundial '86 y después irme a Italia o España. Jugar o por lo menos estar ahí, aunque prefiero ser titular.

Imagen El vuelo y la atajada en la final del Mundial Juvenil, contra Brasil. Fue la figura del equipo.
El vuelo y la atajada en la final del Mundial Juvenil, contra Brasil. Fue la figura del equipo.

—Para eso hay que ser mejor que Fillol.

—Claro, ya lo sé. Y el Pato es el arquero que me sirvió de modelo. Por él y por mi viejo que jugó de arquero hasta la tercera de Huracán, mirando fotos, me entusiasmé con el arco. Yo era nueve o diez, con atajar nada que ver.

—¿Entonces? ¿Sos el mejor o no?

—Al Pato no lo discuto, no le pelearía el puesto. Si soy el mejor de los de acá no lo puedo decir yo, lo que digo es que no ando lejos. Está Gatti a pesar de sus 40 años, Pumpido... ¿Sabés a quién admiré al principio, también? A Carnevali. Estoy tranquilo, soy muy amigo de Amadeo Carrizo y siempre me dice que el arquero empieza a los 23 o 24 años, que estoy muy adelantado. Por eso hay que serenarse, no escuchar demasiado los elogios. No quiero que me pase como a Zubczuk, el pibe de Rulo, que entre la gente y el periodismo lo aj3uraron; no digo que lo quemaron, pero no juega.

—Entonces ya no estás tan ansioso.

—Digamos que estoy tratando.

Casa sencilla, barrio de calles ociosas y vecinos diligentes. Barrio de Caseros, entre El Palomar y Villa Bosch. Barrio de potrero que se va convirtiendo en plaza, de teléfono compartido, de saludo  infalible, de familia cercana... Acá vive, con la única "estridencia" visible de un Renault 18 y alguna ropa vistosa: padre, madre, abuela, hermano mayor, mellizos de cinco años que ocupan la franja superior de su tiempo y de su afecto. Como dice mamá Nilda, "Le digo Duende, es el duende de la casa, cuando se va queda como vacía. Y usted no me va a creer pero a los mellizos los tuvimos casi por él, por lo que insistía con tener un hermano. Por eso me dolió mucho que algunas veces le hayan inventado cosas, que salía con Noemí Alan, por ejemplo. Es un chiquilín, va a ver que es un chiquilín... ".

—¿De dónde sale la fama de rebelde, Luis?

—Yo puedo reconocer una cosa: que tengo un carácter imposible. Y empezó con el asunto del Sudamericano de Bolivia. El referí nos cobró dos penales que no fueron y encima el brasileño que metió el segundo lo cargó a Vanemerak. Se agarraron todos, yo fui uno más, y resulta que me marcaron a mí. Por un tiempo me pasó lo peor desde que juego al fútbol, salía a la cancha y me gritaban vendepatria ¿Sabés qué amargura? Si me agarré a piñas fue justamente por defender la camiseta.

—¿Pero entendés que está mal?

—Fenómeno, está mal... Lo mismo que en Paraguay con Estudiantes. Fui el último en llegar al lado del linesman, no le dije nada distinto y me echó a mí solo, me dijo que estaba acostumbrado a hacer lío.

Imagen Los tiempos de Chacarita, cuando aún no habla debutado. Luis Alberto nació el 22 de diciembre de 1965, su carrera es notable.
Los tiempos de Chacarita, cuando aún no habla debutado. Luis Alberto nació el 22 de diciembre de 1965, su carrera es notable.
 

¿Y la solución cuál es?

—Muy fácil, la próxima vez aunque me hagan cinco goles en offside tengo que morderme y cuando termine el partido llorar solo en el vestuario. Pero también le digo a la gente que cuando uno se siente robado y sobre todo representando a Argentina es difícil aguantarse. Es algo que sale de adentro.

—¿Quién te aconseja, Luis?

—Mis padres, los dos. Son el cincuenta por ciento de mi éxito hasta ahora. En el comedor ese nos hemos pasado horas hablando. Yo tengo reacciones pero soy menos rebelde de lo que dicen por ahí...

—Hay que ver si les das bolilla...

—A ellos sí. A la gente que me conoce y me critica de buena fe también. No le doy bolilla a los falsos, a los que hablan de atrás... Lo que no tengo del fútbol son amigos íntimos. Conocí a muy buenos muchachos como Borelli, Gaona, Prono y Graciani, pero son como yo, de mi edad, no me pueden aconsejar ni yo a ellos.

—¿ Y con tus compañeros mayores, por ejemplo en Estudiantes?

—Con los compañeros nunca tuve problemas.

—Con los técnicos si...

—A veces, por una cuestión de trato.

—¿Estás pensando en Pachamé?

—Sí... Ahora se arregló porque lo hablamos, pero chocamos un poco porque a él le gusta mandar y lo acepto, pero hay maneras. Un jugador de mi edad necesita ser muy bien tratado, con Pachamé lo conversamos y nos comprendimos. Ya pasó.

Bajó la vista después de cada respuesta, de todas. Dijo: "Pude ir a Argentinos. Fui a Chacarita. Quería empezar en un club de primera pero no de los más grandes, para llegar más pronto". Dijo: "No me van a complicar los negocios, ni las mujeres, ni las tentaciones que andan alrededor de los futbolistas".

¿Por qué no creerle? Delantero en los potreros, arquero en el baby de Coronel Mon, novena de Chacarita en 1978, cuarta y tercera dos años después, jugando a los catorce contra muchachos de dieciocho o diecinueve. Debut a los quince. Hincha de Huracán. Tercer año comercial y ganas de terminarlo, aunque, "Por ahí no sirve para nada". Dijo: "Me gustaría tener siempre a Passarella jugando para mí".

Imagen El grito de euforia, acompañado por Malvárez. Todo el temperamento y el físico generoso, la imagen ganadora que transmite en la cancha. Pero hay otro Islas...
El grito de euforia, acompañado por Malvárez. Todo el temperamento y el físico generoso, la imagen ganadora que transmite en la cancha. Pero hay otro Islas...

Dijo: "En casa hago bromas, en la concentración no. Leo libros que me pone mi mamá en el bolso para que el tiempo pase lo más pronto posible. La concentración es lo peor que hay, extraño mucho, pero sé que es necesaria. Ahora terminé de leer Juan Salvador Gaviota". Dijo: "Tengo el auto, con papá vamos a comprar una casa nueva acá cerca, invertí algo... La plata que gané la voy a cuidar".

Definíte como arquero. —Ando bien en el corte de pelotas aéreas al segundo palo, son difíciles pero me la juego. El otro día Ferro le hizo un gol así a Gatti. Salgo a tapar bien en el mano a mano. Y los reflejos. Eso se consigue con trabajo, como hace Fillol. Lo que más me critico es la salida del arco, ahí sí quisiera ser como el Loco, pero te aclaro que tengo que aprender de todo o mejorar lo que sé.

—¿Hablás, mandás?

—Sí, es fundamental. Lo de Cassé, que es sordomudo, es una excepción, el arquero tiene que hacerse escuchar todo el partido. Ahora si me preguntás por los rivales... Ahí no entro, a veces me buscan para hacerme entrar pero me cuido.

—Me nombraste a Fillol, a Passarella... ¿Maradona no?

—Maradona es un excelente jugador, pero compararlo con Pelé... Me gusta, claro que me gusta, como me gustaban Luque, Kempes... El que me encanta es Schuster, y del Mundial te digo Conti, Littbarski y el arquero ruso, Dasaev.

—¿Ves mucho fútbol?

—No, a la cancha habré ido tres o cuatro veces. Hay un partido en televisión, capaz que veo diez minutos y me voy a escuchar música. Jugar me enloquece, entrenar también, pero mirar... ¿Sabés qué pasa? No puedo estar quieto. El teatro ni lo piso, al cine voy solamente si hay alguna de terror. El ruido y la diversión sí, pero no soy de la noche como también dijeron.

—¿Y cómo sos?

—Por mi edad creo que bastante ubicado. Me gustan los boliches y apenas voy, eso es lo que vale. Otra cosa, digo siempre la verdad aunque eso me perjudique por la forma en que la digo, por mi carácter. Soy... frontal. Eso, frontal.

El potrero de la esquina amaga convertirse en plaza pero todavía sirve, y el pibe de 18 años aparece en cuanto aparece la pelota. Lo encontré luchando sobre una cama con los mellizos, dando vuelta la casa entre los tres.

Imagen Centro sobre el área de Islas, potrero y arco de latas. Varios que saltan a cabecear —sin camiseta Pablo, uno de sus hermanos mellizos—, las manos del arquero sobre la pelota. "No soy un estudioso del puesto y los rivales, soy intuitivo."
Centro sobre el área de Islas, potrero y arco de latas. Varios que saltan a cabecear —sin camiseta Pablo, uno de sus hermanos mellizos—, las manos del arquero sobre la pelota. "No soy un estudioso del puesto y los rivales, soy intuitivo."

—No es cómo dicen. A los trece o catorce todavía estaba en el patio jugando con autitos, quería tener hermanos menores y los adoro...Ya sé que parezco pedante, fanfarrón, agrandado... ¿Sabés la verdad? Es timidez. Por ahí no hablo, por ahí miro para otro lado, por ahí no entro en la casa de un conocido... Es por tímido, no sé si me creés pero es por tímido.

Lo encontré luchando con los mellizos, lo dejé en la vereda jugueteando con una azul, de plástico, y una número tres bastante desinflada. Ya lo ve, señor, a usted y a mí nos cambiaron el personaje. Me arriesgo: a usted y a mí nos gusta.

 

 

Por JOSE LUIS BARRIO (1984).

Fotos: GERARDO PREGO y ARCHIVO "EL GRAFICO".