¡Habla memoria!

1959. Era un juego de italianos bigotudos

Las bochas, ese entretenimiento para todas las edades que en las décadas del 40 y del 50 supo ser furor. Jugado por hombres y mujeres. Esta nota contiene fotos de archivo increíbles.

Por Redacción EG ·

16 de abril de 2019

El juego de las bochas es sumamente sencillo. Todo consiste en colocar la bocha lo más cerca del chico, con respecto a la del rival.

 

Imagen 1946. Midiendo un ¨arrime¨ en el match entre parejas.
1946. Midiendo un ¨arrime¨ en el match entre parejas.
 

Naturalmente que el mecanismo del juego está regido por una serie de reglas y convencionalismos que lo hacen más interesante. Pero esas mismas reglas son elásticas y, con ciertas licencias, se puede jugar a las bochas en cualquier terreno más o menos liso. Las disposiciones elementales que deben respetarse son muy simples: colocar la bocha lo más cerca posible del chico. Todo lo demás es accesorio. También para los jugadores hay una generosidad absoluta. Pueden hacerlo desde un niño o una señorita hasta el personaje típico de cualquier barrio ciudadano, generalmente italiano, eventual fumador de pipa, refranero y locuaz.

 

Imagen 1954. Sesión de entrenamiento de mujeres en Inglaterra.
1954. Sesión de entrenamiento de mujeres en Inglaterra.
 

El juego de las bochas es muy tranquilo en su desarrollo, ya que no enfrenta fuerza física ni disputa la posesión de ningún elemento por la fuerza ni por la velocidad. Todo depende de la habilidad de cada uno para jugar sus bochas.

 

Imagen Partido con muchos espectadores.
Partido con muchos espectadores.
 

Los partidos pueden concertarse uno contra uno, parejas contra parejas o tercetos contra tercetos. En el primer caso —mano a mano— cada jugador dispondrá de cuatro bochas. En los restantes cada uno jugará dos bochas. La diferencia entre las de un bando y otro es que unas serán lisas y otras rayadas, o sea cruzadas en ángulos rectos por dos líneas que abarcan todo su perímetro. Cuando son de plástico se diferencian además por los colores, ya que las lisas son verdes y las rayadas rojas.

Imagen Atilio Franzini y José Braga (Defensores de Santos Lugares) Vs. Paulino Barreiro y José Machado (Guayaqui - Uruguay)
Atilio Franzini y José Braga (Defensores de Santos Lugares) Vs. Paulino Barreiro y José Machado (Guayaqui - Uruguay)

Al comienzo del juego se sortea la salida y el ganador arroja el chico, que debe quedar en un campo distante 20 centímetros de las tablas laterales. El bochín deberá pasar un metro de la mitad de la cancha, y como límite máximo permitido a 1,20 m. de la tabla del fondo. De allí en más lo arrojará en cada caso el bando ganador de "la mano". Una vez detenido el bochín en el campo de juego, el bando que lo arrojó juega la primera bocha. Y una vez detenida, el adversario arrima la suya. En la acción de arrimar pueden avanzarse dos pasos, hasta 4.20 m. de la tabla de salida, para lo cual se han marcado previamente con tiza las medidas necesarias. Jugadas las dos primeras bochas, uno de los bandos estará en ganancia. En consecuencia, el perdedor deberá continuar gastando sus bochas hasta que una de ellas quede más cerca del chico, es decir, que quite el tanto. Cuando todos los jugadores hayan jugado sus bochas el bando ganador se anotará tantos puntos como bochas más cerca del chico tenga, con respecto a la más cercana del rival.

 

Imagen 1944. Julio Monayer (Defensores de Santos Lugares).
1944. Julio Monayer (Defensores de Santos Lugares).
 

Todo esto tiene directa relación con el arrime. Pero en el juego de las bochas se apela en muchos casos al bochazo, o sea el desplazamiento del tanto difícil de quitar con el arrime, mediante un golpe del implemento arrojado por el aire. En este caso el jugador que tira puede hacer tres pasos con la bocha en la mano y debe arrojarla por elevación. Pero el bochazo es válido si pega directamente en la bocha o hasta 50 centímetros antes, teniendo en cuenta la marca que deja en el piso y la que se ha hecho con tiza para determinar la ubicación de la bocha.

 

Imagen 1946. Francisco Marra (Centro Social Renacimiento).
1946. Francisco Marra (Centro Social Renacimiento).
 

Las canchas reglamentarias deben tener, como medidas máximas, 24 metros de largo por 4 de ancho y como mínimo 21,50 por 3. Los partidos se disputan a 18 tantos, pero cuando no son oficiales suelen acortarse a 12 ó 15. En las canchas cubiertas el techo debe estar a 5,50 en el centro y por lo menos a 3 metros en las cabeceras. En los costados se colocan tablas de unos cinco centímetros de espesor por unos treinta de altura, que en las cabeceras se multiplica por cinco en lo que respecta a la altura. Las bochas son macizas de un peso uniforme que deberá estar entre los 1.250 y los 1.400 gramos. Para el juego oficial deben ser proporcionadas por el club local. El bochín será de cinco centímetros de diámetro como mínimo y de seis como máximo.

 

Imagen 1945. Remo Poccioni, Juan Perrone y Rubén.
1945. Remo Poccioni, Juan Perrone y Rubén.
 

Cuando sea imposible definir con exactitud la bocha que se halla en ganancia por estar en idéntica distancia, o bien porque las dos tocaran el bochín, quedará la que primeramente estaba en ventaja. Pero una vez que se hayan jugado todas las bochas, si la situación fuera insoluble, se anulará "la mano".

Si la bocha es arrojada en arrime excesivamente fuerte y en su avance arrastra el bochín o alguna bocha contraria más de un metro será anulada y retirada de la cancha, y sus efectos no tendrán valor. Para medir el metro de arrastre será tomada como punto de partida la marca indicadora del sitio que ocupaba la bocha o el bochín, y en línea recta, hasta donde haya ido a detenerse, sin tener en cuenta la trayectoria cumplida en su recorrido, aun si hubiera golpeado en las bandas laterales, cabeceras o bochas.

Imagen 1942. Partido entre Primo Rossi (Morón) y Rodrigo Illescas (La Rana), donde ganó Rossi por 18 a 14. Notari es el juez que está midiendo.
1942. Partido entre Primo Rossi (Morón) y Rodrigo Illescas (La Rana), donde ganó Rossi por 18 a 14. Notari es el juez que está midiendo.

Toda bocha que al ir de arrime suave o violento contra la cabecera volviera más de un metro será descalificada, siempre que no toque otra bocha en el trayecto. Las cabeceras de las canchas deben construirse de manera que eviten el retroceso de las bochas.

 

Imagen Pedro Caballé y David Noriega.
Pedro Caballé y David Noriega.
 

Todo partido oficial deberá ser fiscalizado por un juez, que podrá tener dos ayudantes, uno de salida y un tanteador.

Los fallos de los jueces son inapelables.

Imagen El sábado último, en la cancha del Club Palermo, se llevó a cabo el partido final del campeonato de bochas de primera división. Fueron rivales los teams de Colombres, que aparece a la izquierda, y de Villa Ballester, correspondiendo el triunfo al primero de ellos por 18 a 15. Formaron el equipo vencedor: G. B Torres, N. Visca y L. Córdoba, a quienes acompaña el delegado P. Aguilar. Por Ballester jugaron T. Nain, F. Villarino y Maida. Delegado, A. Maida.
El sábado último, en la cancha del Club Palermo, se llevó a cabo el partido final del campeonato de bochas de primera división. Fueron rivales los teams de Colombres, que aparece a la izquierda, y de Villa Ballester, correspondiendo el triunfo al primero de ellos por 18 a 15. Formaron el equipo vencedor: G. B Torres, N. Visca y L. Córdoba, a quienes acompaña el delegado P. Aguilar. Por Ballester jugaron T. Nain, F. Villarino y Maida. Delegado, A. Maida.

El plazo máximo de tiempo entre cada bocha a jugarse no puede exceder de dos minutos, tiempo que será observado por el juez de tanteador, y a falta de éste, por el juez absoluto.

 

Por AMPELIO LIBERALI.