¡Habla memoria!

1950. La regata crucero más antigua de la Argentina

Crónica de la reedición de una regata con particulares características, en la que prevalece la astucia del piloto en la elección de la mejor ruta, en un escenario complejo, por sobre la velocidad en sí de las embarcaciones.

Por Redacción EG ·

27 de marzo de 2019

Ahora que nos vanagloriamos con la regata crucero más larga del mundo, a excepción de la Honolulú, y una de las más importantes, por el número de yachts participantes y calidad de los mismos, donde estaban representados los mejores dibujantes mundiales, resulta interesante y hasta de justicia tener un recuerdo pare la regata crucero mis antigua de nuestro yachting, que todavía se corre. Fue originada hace cerca de medio siglo por el Tigre Sailing Club, y conmovía nuestros limitados ambientes de yachting de aquellos tiempos, como lo hacen hoy las regatas a Mar del Plata y Rio.

 

Imagen El "Teuco", del C. N. B., ganador de la regata a Carmelo. Al timón Mario Lloret, a su lado F. Smith y de pie N. Viola. Por reglamento el ancla debe llevarse armada y lista en cubierta.
El "Teuco", del C. N. B., ganador de la regata a Carmelo. Al timón Mario Lloret, a su lado F. Smith y de pie N. Viola. Por reglamento el ancla debe llevarse armada y lista en cubierta.
 

Ella tenía una característica propia, que solamente se puede aplicar en muy limitadas regiones del mundo. Se trataba de una regata mis bien de piloteada que de velocidad. La ruta era libre, pero entre el punto de largada, Puerto Pinto, en la boca del río Luján, y de llegada, muelle de Martín García, se interponen una serie de bancos que hacen dificultosa la navegación, y que exigen un conocimiento de los mismos pare sortearlos. La regata entonces era pare toda clase de barcos, sin handicap. Este lo determinaban los bancos. Salvo rarísimas casos, en que debido a una fuerte sudestada o viento sur se producía una marea extraordinaria, nunca se podía correr efectuando rumbo directo, aunque el viento lo permitiera. Se oponían a ello los bancos. A los grandes barcos que caminaban más que los chicos les obligaban a dar grandes rodeos y les vedaban las cortadas por los aguajes.

 

Imagen "Atuel", clasificado segundo. Lo timoneo Agustín Suárez. De pie Ricardo San Sebastián y sentado Carlos Cortesi.
"Atuel", clasificado segundo. Lo timoneo Agustín Suárez. De pie Ricardo San Sebastián y sentado Carlos Cortesi.
 

Así se compensaban las diferencias. Poco a poco los grandes se fueron retirando de la regata y ella ha quedado en la práctica reducida a los colleens, que son los que tienen mayores condiciones pare pasar sobre los bancos. La regata es una gran escuela de pilotaje. Obliga a un conocimiento de las cartas con los rumbos, etc. Pero en el rio se impone saber las profundidades de les aguas según la marea por medio de algunos puntos de referencia y tirarse la chance de cortar sobre los bancos, sin peligro de vararse y perder allí la regata. El escandallo era el principal instrumento de navegación. Le seguía el compás y por último las cartas. Cada piloto tenía sus secretitos, que guardaba rigurosamente. Él sabía que al lado de tal boya o baliza, si encontraba una determinada profundidad de agua podía cruzar el banco con seguridad. Otros partidarios de navegar sobre el Placer de las Palmas o de Martín García tenían varios puntos de referencia que situaban a compás con el faro de la isla y la sonda. Luego, a base de escandallo encontraban ciertos aguajes desconocidos pare los contrarios, los que seguían verilándolos hasta dar con el canal principal.

Había tres rutas y lo difícil era la elección. Eso dependía de las circunstancias y de un afortunado pálpito. Una era cortar sobre los bancos. Otra verilarlos por el sur y la tercera hacer el aguaje de los Pozos de la Barca.

 

Imagen Manuel Fernández y su hijo Oscar ganaron el tercer premio con el "Uruguay".
Manuel Fernández y su hijo Oscar ganaron el tercer premio con el "Uruguay".
 

Si había viento suficiente pare batir la fuerte correntada de estos, era el recorrido más seguro y posiblemente el más corto. También convenía prever los cambios del viento por el movimiento de las aguas y del barómetro. Por ejemplo: Si con un Norte calmando el rio crecía con fuerza y el barómetro subía, síntoma seguro de viento fresco del Sur. Por lo contrario, si el barómetro continuaba bajando y el río lo acompañaba, era muy probable qua el viento se mantuviera del cuadrante del Norte.

Hay que hacer una salvedad. Eso de predecir el tiempo es asunto serio, y muchas veces resulta juicioso no hacerlo, pero en la regata era fundamental y se imponía decidirse.

El Tigre Sailing Club persevera con su benemérita regata, que se corre ahora como antes en la semana del carnaval. Aprovechando la circunstancia que este año no hubo la de Mar del Plata, que absorbe la misma semana, pudimos consagrarnos a la del Tigre Sailing Club, que nos evoca tantos y gratos recuerdos. Desde hace muchos altos no se corre más a Martín García, sino hasta Carmelo, R. O. del U., perdiendo parte de su interés, pues ya no hay elección de ruta, y se impone hacer el canal de Pozos de to Barca, cuyo rumbo es más o menos en dirección a Carmelo.

En la de este año corrieron solamente seis barcos, dos del Tigre Sailing Club, "Pear", llevado por Daniel L. Verdier, y "Diamond", por Alberto Da Milano, y cuatro del C. N. Buchardo.

El tiempo dispuso que esta fuera una de las regatas más bravas. Un fuerte viento en popa o a un buen largo, y una marea excepcional que dejó bajo el agua las islas y algunos ranchos de la misma, anuló toda preocupación de los bancos. Los colleens largaron y dispararon como potros enfurecidos, caracoleando.

Se imponía cuidar las guiñadas y barrenadas. En cierto momento parecía que se iban por ojo. Al llegar al Paraná de las Palmas los representantes del Tigre Sailing Club abandonaron por avería, siguiendo los cuatro del Buchardo con don manos de rizos.

El "Uruguay", primero en rizar, había tomado la punta y parecía tener la regata asegurada, pero rifó la vela mayor y debió tomar tres manos de risos, perdiendo su colocación. Ocupó entonces la delantera el "Teuco", timoneado por Mario Lloret, secundado por N. Viola y F. Smith, llegando a Carmelo a las 4h. 10m. de la largada. Un tiempo record. Cinco minutos después lo hizo el "Atuel", con Agustin Suárez al timón, Ricardo San Sebastián y Carlos Cortesi de tripulantes. A 8 de éste, Manuel Fernández con su hijo Oscar en el "Uruguay", y a otro tanto de él, Juan de la Rosa con el "Limay".