La Selección

¿Agüero tenía razón?

Viendo los resultados y el rendimiento del Sub 20, vuelve a escena la frase del Kun sobre su generación: “Cuando no estemos más, nos van a extrañar”.

Por Juan Limansky ·

10 de febrero de 2017
Imagen La tapa con la polémica frase del Kun
La tapa con la polémica frase del Kun
Luego de la tercera final perdida en forma consecutiva (Mundial 2014, Copa América 2015 y Copa América Centenario 2016), tanto el público como el periodismo comenzó a perder su paciencia y empezaron a crecer las críticas para la Selección Argentina, acusando a los futbolistas de “perdedores” y sentenciando que “no pueden jugar más”. En ese contexto, Sergio Agüero dio una entrevista con el diario Olé y soltó una frase que generó mucha polémica: “Cuando no estemos más, nos van a extrañar”.

Cansado de los reproches, el Kun fue sincero y defendió a una generación que logró cosas importantes. Es cierto que desde 1993 la selección mayor no gana nada y la necesidad de levantar un título se está acercando cada vez más a una obsesión, pero sería injusto no reconocer lo meritorio que es llegar a la final de un Mundial y de dos Copas América.

Quizá no era el momento más oportuno para decirlo y por eso lo castigaron tanto, pero si uno se detiene a analizar esa oración, se percibe que el delantero puede llegar a tener razón. Viendo el resultado, el rendimiento y el proceso del seleccionado Sub 20 (y de los juveniles en los últimos años), cuesta encontrar motivos para ilusionarse con volver a definir torneos importantes en el futuro cercano.

Imagen La formación de Argentina en la Copa América 2015
La formación de Argentina en la Copa América 2015
Luego del Mundial de Rusia 2018, muchos futbolistas seguramente dejen de jugar en el conjunto nacional y allí aparecerá el tan temido vacío generacional. Salvo excepciones, no hay jugadores que tengan la proyección para lograr el reconocimiento internacional de la camada “perdedora de finales”. Con mayor o menor protagonismo, Argentina tiene representantes en los mejores equipos del mundo. Inter, Juventus, Barcelona, Manchester City, Manchester United, PSG y otras potencias, tienen a jugadores nacidos en este país como base de sus planteles.

Además de Agüero, también Gonzalo Higuain, Ángel Di María, Javier Mascherano y Nicolás Otamendi son estrellas de primer nivel mundial. Ni que hablar de Lionel Messi, el mejor de todos. Otros como Éver Banega, Nicolás Gaitán, Javier Pastore, Pablo Zabaleta, Martín Demichelis, Lucas Biglia, Marcos Rojo o Sergio Romero, si bien estar un escalón por debajo, también son reconocidos en el resto del planeta. En Argentina, enceguecidos por el exitismo, muchos no llegan a percibir su categoría.

Cómo se llegó a esta realidad



Para entender esta situación se tienen que tener en cuenta muchas cosas. No hay ningún motivo que, por sí solo, explique semejante retroceso, sino que es la suma de todos los factores la que termina clarificando la coyuntura. El desorden institucional tuvo su incidencia, sobretodo en la última etapa. Las falencias dirigenciales hicieron que las preparaciones no se den en las condiciones ideales, ya que los clubes no cedían a los jugadores para los entrenamientos ni para los torneos. Este síntoma llegó a su punto máximo antes de los Juegos Olímpicos de Río, provocando la renuncia de Gerardo Martino y el nombramiento a las apuradas de Julio Olarticoechea. Todos recuerdan cómo fue el desenlace de esta historia.

Imagen El Vasco, dirigiendo en Río 2016
El Vasco, dirigiendo en Río 2016
Por otro lado, cambiaron los tiempos y también las prioridades. Se dejó de lado la formación ética y profesional de los juveniles y, hoy en día, apenas un joven se destaca, su entorno no ayuda y lo principal pasa ser tener el mejor auto, la mejor ropa y los lujos más extravagantes. El cambio generacional, con la aparición de la PlayStation y el crecimiento de las redes sociales, no pueden servir como excusa. En el resto del mundo también se evolucionó en ese sentido y muchos países pudieron seguir desarrollando procesos fructíferos.

Por último, no hay que descartar a la genética, el azar y el talento innato. Durante muchos años, Argentina quizá tuvo la fortuna de contar con muchos jugadores con prodigiosas condiciones naturales al mismo tiempo. Sin menospreciar la importancia del aprendizaje y la formación, puede ser que, desde hace un tiempo, no surgen tantos valores que traigan aptitudes sobresalientes desde la cuna.

 

¿Qué pasó en los últimos años?



Luego de los exitosos ciclos de José Pekerman, Francisco Ferraro y Hugo Tocalli, donde además de los resultados deportivos se formaron futbolistas que luego alimentaron a la mayor, llegó una serie de procesos donde, además de bajar el nivel futbolístico, fueron muy pocos los jugadores que pudieron asentarse y ganarse un lugar con el primer equipo.

El último Mundial Sub 20 que ganó Argentina fue el de Canadá 2007. Allí estuvieron Agüero, Di María, Banega, Romero y Gabriel Mercado. Además, ese plantel estaba integrado por otros que, si bien no pudieron establecerse en la mayor, tuvieron (o tienen) una muy buena carrera en Europa, como Federico Fazio, Alejandro Gómez, Mauro Zárate, Maxi Moralez, Claudio Yacob o Pablo Piatti.

Imagen Aguero, encabezando los festejos en Canadá 2007
Aguero, encabezando los festejos en Canadá 2007
Después de allí, llegaron los ciclos de Sergio Batista, Walter Perazzo, Marcelo Trobbiani y Humbertito Grondona. En dos casos, ni se logró clasificar al Mundial de la categoría. En otro, se quedó afuera en la fase de grupos y en el restante, se llegó a cuartos de final. Pero lo más importante es que, en todo ese período (2009-2015), no surgió ningún jugador que haya logrado continuidad en la Selección. Apenas tuvieron cierta participación Erik Lamela, Roberto Pereyra, Matías Kranevitter y Ángel Correa.

Y así se llegó a este Sudamericano de Ecuador, donde Argentina nuevamente está muy cerca de no meterse en el Mundial. El nombramiento de Claudio Úbeda fue al menos desprolijo, ya que se pidió que se presenten carpetas, aparecieron 44 postulantes (entre los que estaban Cesar Luis Menotti, Claudio Vivas o el propio Pancho Ferraro) y terminaron eligiendo al Sifón, que no estaba en ninguno de los proyectos.

Acompañado por Gerardo Salorio y Fernando Batista, dos hombres con experiencia en el asunto, no tuvieron la mejor preparación y el equipo no solo no encontró el funcionamiento en todo el torneo sino que tampoco tuvo jugadores que se destacaran claramente por sobre el resto. Necesita casi un milagro en la última fecha para lograr el objetivo y, aunque lo consiga, el análisis no cambiaría. Así las cosas, todo hace parecer que Agüero finalmente tendrá razón y todos terminaremos extrañando a esta respetable generación.