(sin categoría)

La altura de La Paz, eje de dos visiones

Tras conseguir su primer triunfo en las Eliminatorias, El Gráfico conversó con el DT del seleccionado boliviano Julio César Baldivieso y con el histórico referente Milton Melgar, sobre los efectos y las consecuencias de jugar en la altura.

Por Alejandra Altamirano Halle ·

13 de noviembre de 2015
Imagen Rodrigo Ramallo celebra su gol ante Venezuela.
Rodrigo Ramallo celebra su gol ante Venezuela.
Bolivia cortó con la racha de cinco derrotas al hilo y logró su primera victoria en las Eliminatorias al derrotar a Venezuela por 4 a 2. Allí, en la temida altura de La Paz, donde según el ex arquero argentino -nacionalizado boliviano- Leo Fernández "muchos grandes futbolistas hasta han hecho el ridículo”. Para muchos jugadores, el estadio Hernando Siles es sinónimo del Cuco. La falta de oxigenación, el cansancio, la amplitud térmica y muchos factores más son considerados históricamente como ventajas para los que están acostumbrados a jugar en la altura. Sin embargo, el bajo nivel mostrado últimamente por la selección boliviana permitió que varios se animaran a plantarse allí.

El Gráfico entrevistó a dos expertos en el tema: Milton Melgar, ex jugador del seleccionado de Bolivia, integrante del equipo que logró derrotar a Brasil en 1993 por primera vez en las Eliminatorias, tras 40 años de invicto. También conversó con su actual DT, Julio César Baldivieso. Dos versiones distintas, sobre el mito de La Paz y los efectos de jugar a 3.637 metros sobre el nivel del mar.

Imagen Milton Melgar, ex jugador del seleccionado de Bolivia, en un partido ante Alemania.
Milton Melgar, ex jugador del seleccionado de Bolivia, en un partido ante Alemania.

LA VISION DE MELGAR

“Yo no nací en la altura", cuenta Melgar, que nació en Santa Cruz de la Sierra, a 416 metros sobre el nivel del mar. "Por eso, tuve que hacer un trabajo de preparación para jugar en la altura. En mi época no había cámaras hiperbáricas ni tanta tecnología como hoy. Nos daban algunos medicamentos, algunos preparados con azúcar o nos mandaban a hacer ejercicio anaeróbico con deuda de oxígeno, o debíamos aguantar debajo de una piscina. El cuerpo se tiene que preparar eso es una realidad”, contó Milton Melgar sobre su adaptación a jugar en la altitud.

“No hay vuelta en la altura para el que no está adaptado”, agregó el ex mediocampista de Boca, que formó parte del equipo que derrotó a Brasil por 2 a 0, en las Eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos 1994.

Según él, el secreto de ese grupo fue la preparación previa. “La verdad es que hay algo muy importante que destacar de esa época. Además de trabajar en La paz mucho tiempo, tuvimos mucho trabajo con amistosos en distintos lugares del mundo. Fue el producto de una preparación excelente. En esas eliminatorias, que Brasil estaba invicto para nosotros fue muy importante dar ese golpe anímico. La altura fue muy fundamental porque supimos aprovecharla. Eso se lo hicimos sentir a los rivales. Nosotros los exigíamos. Teníamos muy buenos jugadores. La altura no gana sola”, explicó Melgar sobre el histórico batacazo al seleccionado brasileño.

Además, fue crítico de la actualidad del seleccionado de su país. “Ahora tenemos momentos malos futbolísticamente. Se pierde cualquier partido con cualquier selección. En esa época, no se perdía así. Porque había mucha planificación y mucho trabajo. Teníamos un sistema de juego que nosotros lo sabíamos de memoria. Presionábamos en todo el campo y jugábamos rápido para ahogar al rival”, agregó.

Imagen Julio César Baldivieso, DT de Bolivia, asegura que "la altura no influye".
Julio César Baldivieso, DT de Bolivia, asegura que "la altura no influye".

LA VISION DE BALDIVIESO

De la vereda de enfrente, Julio César Baldivieso fue tajante y aseguró que no es un tema que cambie el desarrollo de un partido. “La altura no influye. Los jugadores deben ser profesionales para poder jugar en cualquier lugar. Si vienen y ganan, se olvidan de la altura; pero, si pierden, dicen que la culpa la tuvieron por jugar en La Paz. Se excusan”, argumentó el entrenador de la selección de  Bolivia.

A su vez, opinó que el calor sí es un factor más influyente en la salud y que perjudica mucho más que la altitud. “Nadie murió por jugar en la altura. Sí puede morir alguien por jugar a una temperatura de 50 grados. Cuando jugamos la Eliminatoria en Recife con 50 grados, no nos quejamos. Pero cuando le quitamos el invicto a Brasil la altura fue el tema de discusión. Ese fue un recuerdo imborrable para mí. Era el jugador más joven del plantel, con 21 años, fue algo que siempre recordaré”, también rememoró sobre el partido ante Brasil del ’93.

Hay dos posibilidades: "ganar con altura" o "ganar con la altura". Bolivia demostró ganar con altura en 1993. Y, hoy, ¿cómo gana?

Alejandra Altamirano Halle