(sin categoría)

El restaurante de Pep y su fútbol molecular

La pausa de elBulli, el eje gastronómico que revolucionó a la gastronomía mundial, y algunos apuntes para entender el descanso de Guardiola.

Por Martín Mazur ·

27 de abril de 2012
Ferran Adrià (L'Hospitalet de Llobregat, 1962) y Josep Guardiola (Santpedor, 1971) comparten algo más que haber nacido en Catalunya. Los dos lograron, casi sin proponérselo, poner al mundo entero a hablar de sus respectivas revoluciones.

Adrià transformó a elBulli en el mejor restaurante del planeta y quizás el más famoso de la era moderna. Con un objetivo lúdico muy marcado, este cocinero provocó un torbellino inspirador en la gastronomía mundial. Pocos quizás hayan tenido la oportunidad de ir a comer a elBulli, pero su trascendencia fue igualmente tan grande que su creador llegó a las portadas de todos los medios del mundo, medios que aparecían dispuestos a intentar desnudar los secretos, las motivaciones y el pensamiento de uno de los 10 personajes más influyentes de la Tierra, según la elección de la revista Time en 2004.

Imagen REFLEJO DE UNA ERA. El dibujo de Guardiola exclusivo para El Gráfico, de Gonza Rodríguez.
REFLEJO DE UNA ERA. El dibujo de Guardiola exclusivo para El Gráfico, de Gonza Rodríguez.
Desde su irrupción con el saco de entrenador, Guardiola provocó reacciones parecidas en el mundo del fútbol. Al igual que Adrià, Pep le quitó la aspereza al fútbol moderno, deconstruyó al Barcelona de Cruyff y lo volvió a construir, dándole una textura totalmente diferente, propia de un tiempo pasado, pero con toda la intensidad del fútbol moderno. El Barcelona cambió el fútbol total por el fútbol molecular. Los títulos, al igual que las estrellas Michelin de Adrià, aceleraron la construcción de Guardiola como el entrenador más influyente de este tiempo, creador de la máquina de fútbol más bella de todos los tiempos.

Mientras los hinchas de todo el mundo seguían con atención lo que ofrecía el osado menú futbolístico de su restaurante Barça, se popularizaba también un modelo que valía la pena intentar imitar en pequeñas dosis, aunque en realidad se supiera de antemano que el producto final era inimitable.

A elBulli de Adrià llegaban pedidos de reserva antes de que los platos estuvieran inventados. La situación se estaba saliendo de control. En 2010, Adrià decidió que había llegado el momento de que elBulli cerrara sus puertas y se tomara un respiro. La entrevista que le hicieron en La Vanguardia es interesantísima y explica, en parte, los motivos por los que alguien que está en la cresta de la ola entiende que quizás sea el momento de un cambio. Reproducimos cinco fragmentos salientes:

1) “Es cerrar una etapa, no cerrar la etapa. Hay un poco una exageración alrededor de los que es elBulli. ¡¿Estamos locos?!”

2) “elBulli para nosotros es algo más que un restaurante: es un espíritu de cómo entender la cocina, la vida... Y esto continúa, lo que cambia es el formato.”

3) “En elBulli siempre ha habido etapas y cosas para reinventarnos y ahora tocaba esto, algo muy radical porque o lo hacíamos o seguramente no había bastante motivación para continuar. Ya hemos conseguido mil veces lo que podíamos soñar.”

4) “El sistema, el entorno, no aceptaba más el triunfo de elBulli. Es normal: hemos ganado 15 Champions en 15 años ¡Esto no hay quien lo acepte! Y todas las polémicas que ha habido en los últimos dos o tres años han sido por esto. Hay que saber dejar un sitio para los demás. Sabíamos que teníamos que crear un nuevo escenario amable con el sistema y una Fundación lo es. Además, ya era todo demasiado previsible, muy monótono: sabíamos lo que iba a pasar al día siguiente y esto para la creatividad es muy malo.

5) El que arriesga se equivoca y seguramente hemos influido en 100.000 chicos y seguramente hay 90.000 que arriesgan y no les sale bien, pero hay otros 10.000 que han arriesgado y que ahora son los cocineros influyentes del mundo. El espíritu de elBulli no va a morir en muchos años porque ya no lo hacemos nosotros, son los cocineros. José Andrés está en Estados Unidos y tiene nuestro espíritu al 90%. Esto es lo bonito, que elBulli está por encima de Ferran Adrià. Su influencia es algo hecho entre todos, un poso de miles de personas que han pasado por aquí, del esfuerzo de mucha gente y también de la gente que viene a comer. elBulli se ha convertido ya en una marca. Fabricamos mucho talento con pocos recursos.

Leyendo estos cinco puntos, es muy factible que entendamos por qué Pep también cerró las puertas de su restaurante (el que sirvió los mejores manjares futbolísticos de siempre) al público. No termina una escuela ni una era, es apenas una etapa, un paso camino a la reinvención. La victoria de estos años no es la vitrina de los 13 trofeos; la victoria es todo lo demás. 

El equipo no se desmantela ni deja de existir, pero incluso si lo hiciera, su espíritu seguirá vigente en el fútbol por muchos años. Y la frase “jugar como el Barcelona de Pep” quedará instalada en distintas lenguas, como sinónimo de excelencia, deportividad y creatividad. Son los valores que supo transmitir este Guardiola que necesita un merecido respiro.

Twitter: @martinmazur

Más sobre el Barcelona de Guardiola
Guardiola, camino a la cima (2009)
Barcelona y los torneos imaginarios (2011)
Maldito Barcelona (2011)
Pep, genio trabajando (2012)