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Balance Europeo 2011/2012: Moneyball en Montpellier

Con un presupuesto reducido, el club francés aprovechó bien a cada jugador para ganar el campeonato en Francia.

Por Redacción EG ·

03 de julio de 2012
   Nota publicada en la edición de junio de 2012 de El Gráfico  

Imagen LA CRESTA DEL presidente Nicollin, junto al técnico René Girard, en las celebraciones
LA CRESTA DEL presidente Nicollin, junto al técnico René Girard, en las celebraciones
 A los que aún creen que en el fútbol ya no quedan lindas historias, les proponemos leer la del Montpellier, el campeón de Francia que desbancó al Paris Saint-Germain qatarí y todos sus millones.

“Demostramos que en el fútbol el dinero tampoco es sinónimo de felicidad”, pronunció el técnico-mago René Girard, delante de la multitud que celebró en la plaza de la Comédie. Pocos le prestaban atención: todos miraban al presidente Louis Nicollin, que cumplió su promesa de teñirse el pelo si salía campeón.

El presupuesto anual del Montpellier es de 33 millones de euros. El PSG gastó 42 nada más en comprar a Pastore. A Ancelotti le paga 6 millones por año.

Lo del Montepellier es una historia alineada a Moneyball, la película protagonizada por Brad Pitt que cuenta la historia de Billy Beane, el hombre que revolucionó el baseball, cambió los métodos de scouting y las cifras que se pagaban en el mercado.

La virtud de Girard fue saber aprovechar las características de sus jugadores, en especial las de Olivier Giroud, un delantero como no se veía desde hace tiempo: 1,90 y 88 kilos, potencia, fuerza y técnica. Un punta así no necesitaba acompañante, sino abastecimiento, concluyó el DT.

Tuvo una defensa muy bien plantada (34 goles en contra) al ritmo del joven capitán centroafricano Yanga Mbiwa (23 años), más el toque de distinción de Younès Belhanda (22), un volante defensivo intrascendente al que Girard ubicó de enganche: ni Belhanda estaba convencido, pero la rompió. Ahora lo comparan con Pirès.

Las ofertas llueven por los tres, pero el presidente vuelve a desafiar al mercado, al no someterse a la lógica de que el chico vende barato: “Giroud vale entre 50 y 60 millones de euros, no lo venderé por menos”, desafía Nicollin. Y la cresta atestigua que no promete en vano.

Martín Mazur