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Ángel Cappa, un técnico de trayectoria

Fue ayudante de Menotti en Boca y Barcelona. A su vez, dirigió a River y Real Madrid, en dupla con Valdano. Ahora, se sumó al proyecto de Gimnasia LP. Paso a paso, recorremos sus etapas como entrenador.

Por Redacción EG ·

05 de enero de 2011
Imagen PLAZA de mayo, símbolo de la resistencia. Por su militancia debió exiliarse en 1976. Según él, el fútbol le salvó la vida.
PLAZA de mayo, símbolo de la resistencia. Por su militancia debió exiliarse en 1976. Según él, el fútbol le salvó la vida.
Gimnasia fue un de los equipos que movió el mercado de entrenadores y contrató a Ángel Cappa. Tras el paso en falso en River, Cappa se alista a una misión compleja: engrosar el promedio del Lobo. “Siempre me llaman después de la bomba de Hiroshima. Llego a un club de mucha tradición y fueron muy generosos en darme esta posibilidad. Cuando asumo una responsabilidad en el fútbol, lo hago con mucho entusiasmo y con las ganas de hacer las cosas bien”, distendió en sus primeras palabras como técnico platense.

Don Ángel se inició bajo la cápsula de César Luis Menotti. Fue su espía en la previa al mundial España1982. Luego, le siguió los pasos en Barcelona, Peñarol y Boca. Después, puso primera y arrancó como solista.

En nuestro país, tiene una efectividad del 51, 3 por ciento. Se sentó 284 en los bancos locales: sus equipos ganaros 114, empataron 88 y perdieron 82 partidos. Peldaño a peldaño, todas las escalas de Ángel Cappa como entrenador.

Imagen BANFIELD marcó su inicio como DT solista, por recomendación de Cesar Menotti.
BANFIELD marcó su inicio como DT solista, por recomendación de Cesar Menotti.
Banfield (1985-1986 / 1987-1988)
Lo recomendó Menotti y desembarcó en enero de 1986, cuando el Taladro estaba en la B. “Me llamó Banfield y aquí estoy. No cuento con antecedentes en Argentina pero no me preocupa. Creo tener claro el tipo de fútbol que voy a inculcar: el de Sastre, De la Mata, Di Stéfano, el fútbol que quiere la gente. Me interesó mucho la propuesta y además se trata de un desafío”, argumentó.

El debut dejó una sonrisa; fue victoria 1-0 con Deportivo Armenio. Pero luego de algunas diferencias con la cúpula directiva, se alejó: “Fue un trabajo que no se pudo terminar por la incapacidad de algún dirigente. Formamos un equipo que podía haber sido brillante y que hubiera cambiado la historia del club. Siento una gran frustración”. Sin embargo, el entrenador diagramó la base (Héctor Clide Díaz, José Luis Zuttión, Félix Lorenzo Orte) del plante que se consagró en el octogonal de ascenso de 1987, en la incipiente B Nacional.

Banfield volvía a Primera y Cappa se sentó por segunda vez en el banco de los del Sur. Llegó para encauzar la producción del equipo en la segunda rueda del campeonato y no hubo caso: apenas alcanzó la módica cifra de 28 puntos (7PG, 14PE, 17PP) y junto con  Ángel Félix, ayudante de campo y Héctor Galeano, preparador físico, Ángel abandonó el cargo.

Boca (1987)
Apareció una vez más de la mano de Menotti. Trabajó con las inferiores pero tuvo que dirigir al plantel profesional cuatro partidos de urgencia. Boca había clasificado para jugar la Liguilla y el ex DT campeón con la Selección Argentina fue intervenido por una obstrucción intestinal. Junto a Rogelio Poncini, Cappa se hizo cargo del equipo. Ganó tres (4-2 a Armenio y 1-0 y 5-2 a Newell´s), empató uno (2-2 con Armenio) y le devolvió el equipo al Flaco en la final con Independiente.

Imagen PRIMERA VEZ en Huracán. Hizo una campaña óptima, pero lo echaron.
PRIMERA VEZ en Huracán. Hizo una campaña óptima, pero lo echaron.
Huracán (1988/1989)
Por el Globo tuvo dos pasos: uno que dejó huella (el subcampeonato del Clausura 2009) y este en la B Nacional, que el mismo Cappa explicó en el 100x100 en la edición marzo 2009 de El Gráfico. “Al equipo le fue bien pero no terminé el torneo porque Peña me echó tras un empate con Chacarita. Yo era un tipo incómodo, me peleaba con todo el mundo”, reedita. Huracán terminó cuarto junto a Almirante Brown con 51 puntos, a tres del campeón Chaco For Ever.

Tenerife (España, 1992/1994)
Eduardo Solari, por entonces técnico del Tenerife, no daba pié con bola. El equipo estaba peleando por no descender y, a ocho jornadas de la finalización de la Liga, prescindieron de sus servicios. Y allí, aparecieron en escena Cappa y Valdano.

La sociedad hizo furor en la isla: salvó al equipo de la zona roja en la primera temporada, le postergó dos campeonatos consecutivos al Real Madrid, consiguió un histórico quinto puesto (44 puntos) y clasificó al equipo a la Copa UEFA. Ramón Mendoza Fontelo, por entonces presidente del Madrid, fue por los servicios de la incipiente y exitosa dupla…     

Imagen DUPLA con Valdano en el Real Madrid: fueron campeones. Primero dirigieron al Tenerife.
DUPLA con Valdano en el Real Madrid: fueron campeones. Primero dirigieron al Tenerife.
Real Madrid (1994/1996)
“Cuando dije una vez que Jorge Valdano y yo teníamos una relación particular, que yo me consideraba un segundo entrenador al estilo clásico, me tomaron para la joda. Como si yo estuviera agrandado, como si hubiera querido competir con Jorge. Nuestra relación en la conducción del Real Madrid era tal cual yo la expresé”, manifestó por esos días. Campeón en la primera temporada y sin completar la segunda (se fueron el 21 de enero de 1996, luego de perder 2-1 en el Bernabeu con Rayo vallecano), cortaron cuatro años de supremacía del Dream Team de Cruyff. 

Las Palmas (España, 1996/1997)
“Son ciclos. Y los ciclos se agotan. Aparte, con Jorge no éramos un matrimonio. Cuando él arrancó, no tenía la experiencia necesaria para ponerse al frente de un grupo de jugadores. Y yo le acorté los plazos de aprendizaje formal. Una vez que hizo su experiencia, se desintegró la sociedad”, dijo cuando cesó la relación profesional con Valdano. Inició un nuevo camino solo y arribó a Las Palmas, que deambulaba en la segunda división.

Llegó en reemplazo de Pacuco Rosales, luego de la derrota del equipo 4-3 en la sexta jornada en el Estadio Insular frente al filial del Real Madrid, y no logró terminar la temporada al frente del equipo. La derrota de Valencia 2-0 en el partido de ida de Copa del Rey más los pobres resultados en la Liga, lo apartaron del cargo. Lo suplantó Paco Castellano, que llevó al equipo a la semifinal de la Copa, donde perdió con Barcelona. Allí, compartió plantel con Walter Pico  y el Turu Flores.

Racing (1998)
Dirigió a Racing entre el 5 de enero y el 13 de diciembre. La campaña, resumida en números, fue buena: 18 ganados, 15 empatados y 13 perdidos. Su equipo finalizó 3° en el Apertura de ese año (9PG, 6PE y 4PP), 15° en el Clausura (5PG, 5PE y 9PP). A su vez, llegó hasta los cuartos del final en la Copa Mercosur. En esa competencia, cayó a manos de San Lorenzo en la tanda de penales. Pero habría segundo ciclo…

Atlante (México, 1999)
“Me fue pésimo, tengo que aceptar que sufrí una derrota personal muy grande. Los demás no tienen la culpa. Anduvimos peor de lo que debimos”, expresó cuando se desvinculó. Y los números avalan el planteo: en el Torneo de invierno, su equipo sacó 16 puntos sobre 39 posibles. Además, perdió los últimos cuatro partidos en serie.

El Atlante pertenecía hasta fines de ese 1999 a la empresa Televisa, que también era dueña de los poderosos América y Necaxa. Y los Potros de Hierro eran la última opción a la hora de priorizar lo económico; recibían las migajas de los otros conjuntos. Tal situación, eyectó a Ángel del cargo.

Tenerife (España, 1999/2000)
Después del ciclo exitoso con Valdano, llegaba la segunda etapa. Pasó México y aterrizó en la isla Canaria. El equipo estaban peleando un puesto por volver a primera (se ubicaban a cuatro puntos del último lugar que otorgaba el ascenso). “Arreglamos todo de golpe. El acuerdo era por las cinco fechas que quedan de este torneo y por todo el campeonato que viene”, dijo cuando llegó. Empató tres y perdió dos y el ciclo aceleró pasos. El pobre pasar económica del club y la falta de refuerzos, lo obligaron a pegar un nuevo portazo.

Universitario (Perú, 2002)
Venía de un mal paso por Racing y Tenerife. Se tomó dos años y redobló la apuesta: agarró un fierro más que caliente. Pero no fue solo; se llevó a Martín Vilallonga, pupilo suyo en la Academia.

La U, uno de los grandes de Perú, había finalizado 6° en el Clausura y el ambiente estaba complicado. Antes de la asunción del argentino, ya habían pasado por ese cargo, en el 2001, Roberto Challe, Teddy Carrama y Javier Chirinos. “Este es un triunfo que se lo debo a los jugadores porque de los dirigentes nunca tuvimos el apoyo que buscábamos”, disparó luego del empate en cero con Alianza Lima que le dio el Apertura. En la primera final, Universitario había ganado 1-0. Sumó 47 puntos, producto de 15 triunfos, 2 empates y 5 derrotas. Era el primer título para Cappa.

Imagen PENSATIVO. En Racing tuvo dos pasos: dejó un gran recuerdo con el equipo de Latorre y el Chelo, en la primera etapa, y se fue insultado en la segunda.
PENSATIVO. En Racing tuvo dos pasos: dejó un gran recuerdo con el equipo de Latorre y el Chelo, en la primera etapa, y se fue insultado en la segunda.
Racing (2003)
“Vuelvo a Racing porque tengo una deuda pendiente con la gente. Tenemos la obligación de pelear bien arriba. Es un gusto volver a un lugar en el que fui feliz. Por eso, quiero armar un equipo para salir campeón”, expuso ni bien bajó del avión, procedente de Madrid, España. Es que la temporada que estuvo en la Academia, había sido satisfactoria (ver arriba).

Pero la segunda etapa sería bien distinta. “En este momento parece un milagro que Racing gane. Es la primera vez en mi vida que tengo una racha tan negativa de resultados. Lamentablemente, se rompió el idilio con la gente”, decía Cappa, luego de ocho partidos sin ganar. Y la seguía: “Fernando (NdeR: por Marín, el gerenciador) me habló de tres escenarios: el bueno, el regular y el malo. Me pidió que no me fuera si las cosas no se daban. Tampoco pretendo ser un obstáculo para el proyecto futbolístico del club, si no encajo me voy”.

A pesar de intentar torcer el rumbo, había olor a capítulo cerrado. Y así fue nomás. Antes de irse, justificó sus motivos: “El entorno del fútbol es infame entre lo mediático y la histeria que hay en la gente. Todo eso influye en los jugadores, que parecen autitos chocadores por tantas presiones. Me voy porque no soy feliz en este fútbol argentino”. En ese Apertura, dirigió 17 partidos (no estuvo la primera fecha con Colón, lo miró desde un palco): Racing ganó cuatro, empató diez y perdió tres. Le cedió la posta a Miguel Angel Colombatti, por entonces entrenador de la reserva.

Mamelodi Sundowns FC (Sudáfrica, 2005)
Firmó contrato por dos años y permaneció uno. De entrada, dejó algunos conceptos de los jugadores de la liga: “Tienen buena técnica y les gusta jugar. Para ellos el fútbol es un juego. Y hoy es difícil encontrar jugadores que les guste jugar. El fútbol pasó a ser una obligación, un trabajo. A ellos, sin embargo, todavía no les llegó la contaminación de las presiones exteriores. A veces, en el área chica rival, los jugadores siguen tirando paredes antes de priorizar la posibilidad de hacer un gol”. Después, habló de su plantel: “Tengo un equipo que juega, que toca, que es bastante dinámico y que también tiene un gran poder físico, no de fuerza, sino de velocidad”.

Ganó la Copa Charity 2005 en el mismísimo Soccer City, sede de la final de la última Copa del Mundo. Pese a la obtención del título, abandonó porque “la falta de organización era total, el profesionalismo recién estaba empezando. Aparte, a las 6 de la tarde tenía que estar adentro porque Johannesburgo es muy peligroso”.

Imagen SU PEQUEÑA criatura. Polémico como siempre, reconoció alguna vez: "Este equipo fue la tumba de Niembro y Bilardo".
SU PEQUEÑA criatura. Polémico como siempre, reconoció alguna vez: "Este equipo fue la tumba de Niembro y Bilardo".
Huracán (2008/2009)
“Yo sólo le temo a los aviones. Venimos a un refugio del buen fútbol”, aclaró en su presentación. Estuvo cuarenta partidos: ganó 15, empató 8 y perdió 17, totalizando una efectividad del 44.16 por ciento.

El subcampeonato del Clausura 2009 fue único. Huracán practicó un fútbol de alto vuelo y se le escapó el título en la última fecha, en un mano a mano con Vélez. Con un polémico gol de Maxi Moralez, el Globo finalizó segundo, a dos puntos del Fortín. En ese torneo, los de Cappa ganaron doce, empataron dos y perdieron cinco encuentros.

Pero le desmantelaron el plantel y, en el Apertura, la historia pasó de comedia a thriller. Se fueron: Javier Pastore, Matías Defederico, Carlos Arano, Carlos Araujo y César González, todos titulares. Y los refuerzos no llegaban. “Si sigo confiando me van a hacer el monumento al idiota”, disparó con munición pesada contra Babington.

Y llegó el final anunciado. “Quiero despedirme de todos con la esperanza de volver a dirigir algún día. Dije y repito que a este club llegué como director técnico y me voy como un quemero más. Lo importante que dejamos fue la alegría de saber que la identidad futbolística de Huracán está más viva que nunca”, enunció. Y cerró la idea en su blog: “Se llegó al límite hace mucho, fue una decisión postergada excesivamente. El cariño de toda la gente y el compromiso con los jugadores hicieron que retrasara la decisión. Me hubiera gustado irme con otro final”.

Pocas horas antes de la derrota 2-0 en el clásico con San Lorenzo por la fecha 15°, Cappa había remarcado que se quedaba hasta el final del campeonato y después se iba, “para que los dirigentes piensen en un nuevo proyecto con tiempo”. El equipo marchaba antepenúltimo y la relación con Babington y compañía no era la mismo. Se intentó retenerlo con una junta de firmas, pero no hubo caso.

River (2010)
Daniel Passarella, flamante presidente millonario, le bajó el pulgar a Leonardo Astrada y se jugó una carta brava para encarar la temporada más difícil de la historia de River: cuando sonaban Tolo Gallego o Ramón Díaz para ocupar el cargo vacante, se decidió por Cappa.

Las 18 fechas que condujo a River -5 del Clausura y 13 del Apertura-, los de Núñez cosecharon 27 puntos sobre 54 posibles (50 por ciento de efectividad, con 7 victorias en 18 partidos). Un buen andar en el amanecer del Apertura ilusionó. Pero la Banda acumuló siete partidos sin triunfos y el descontento aumentó notoriamente. La derrota 1-0 con All Boys en Floresta significó el principio del fin. “De ninguna manera renuncié. Ojo, que no se diga que fue algo consensuado. Pero tampoco pedí explicaciones. Estaré mal algunos días, lógico. Igual, tengo ganas de volver a trabajar pronto”, declaró.

Lo avisó, le cayó la propuesta, la maduró y estará de nuevo en el fango con Gimnasia. Sin dejar de lado su filosofía de juego, intentará aullar con el Lobo y hacerse fuerte en el Bosque.

Mauro Gurevich / Fotos: Archivo El Gráfico