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César R. Torres

El doctor en Filosofía e Historia del Deporte califica como positivo el debut del sistema en Primera y charla sobre la inclusión de tecnología en el fútbol. "Es probable que el uso del aerosol se expanda", aporta.

Por Redacción EG ·

11 de febrero de 2009

César R. Torres es doctor en Filosofía e Historia del Deporte por la Universidad del Estado de Pennsylvania. Desde 2001 desarrolla su tarea docente y de investigación en el Departamento de Educación Física y Deporte en la Universidad del Estado de Nueva York (Brockport). Además, publicó artículos en el diario Página/12. En diálogo con elgrafico.com.ar, Torres analiza la inclusión del Sistema de Señalización por Aerosol, que debutó en Primera División, y la incorporación de tecnología en el fútbol, como alguna vez fue un precario silbato y unas humildes tarjetas amarilla y roja.

-¿Qué conclusión surge del debut del aerosol en Primera División?
-Concluida la primera fecha del actual Torneo Clausura, la introducción del Sistema de Señalización por Aerosol, conocido simplemente como “aerosol”, parece haber sido positiva. Su aplicación fue correcta y produjo los efectos deseados: prevenir el adelantamiento de la barrera en los tiros libres y las frecuentes disputas al respecto, lo cual aumenta el tiempo efectivo de juego y preserva las condiciones de justicia propugnadas en el reglamento. Así, el aerosol parece ser no solo confiable sino también efectivo.

-¿Por qué cree que en la Argentina se necesitó de esta herramienta?
-Al igual que en muchos otros países, el “ethos”, concepto que refiere al conjunto de hábitos que regulan el comportamiento, predominante en el fútbol profesional argentino a menudo permite acciones que contradicen las reglas del deporte. En el caso de los tiros libres, era frecuente observar largas y tediosas disputas sobre el lugar en que debía colocarse la barrera. Esta irritante situación y la incapacidad de los árbitros para controlarla eficientemente crearon las condiciones para la introducción del aerosol.

-¿Se expandirá este sistema en contra del adelantamiento de la barrera?
-En la medida en que el “ethos” de las diferentes ligas de fútbol profesionales continué siendo permisivo y los jugadores que forman la barrera intenten obtener una ventaja competitiva ilícita adelantándose, probablemente la implementación del aerosol se expanda. También dependerá de los resultados de la iniciativa emprendida por la Asociación del Fútbol Argentino. En este sentido, la aprobación de la comunidad futbolística argentina sería importante. Hasta el momento no se han escuchado reprobaciones al uso del aerosol.

-¿Por qué consideró “sorprendente y sugestiva” la inclusión del aerosol en el fútbol argentino?
-Me pareció sorprendente por la reticencia que las autoridades futbolísticas, en Argentina así como en el resto del mundo, han demostrado hacia la utilización de tecnología que facilite y mejore el arbitraje. Sugestiva porque sugiere un cambio a esa tradicional reticencia.

-¿Cuál es el límite en la incorporación de tecnología en el fútbol?
-Este es un tema muy complejo. La aceptabilidad de nuevas tecnologías en el fútbol debe ser objeto de una amplia discusión en la que intervengan representantes de todos los sectores de la comunidad futbolística. Me parece adecuado que en esta discusión se discriminen no solo los diferentes aspectos del fútbol (entrenamiento, rendimiento, estructura del deporte, arbitraje, etc.) sino también que se clarifiquen las nociones de tecnología y “buen fútbol”; ésta última íntimamente relacionada con su lógica constitutiva y bienes internos. En principio, la incorporación o rechazo de nuevas tecnologías debe responder a esta noción de “buen fútbol”. Es de presumir que este
esfuerzo analítico haría del fútbol una práctica social más coherente.

-El mundo del fútbol, en general, ¿es reticente a la introducción de tecnología?
-En términos generales las autoridades futbolísticas han tenido una posición ambigua en cuanto a la implementación de nuevas tecnologías. Por ejemplo, mientras se aceptan pelotas, indumentaria y métodos de entrenamiento que utilizan los más novedosos conocimientos científicos, se han resistido tecnologías que facilitarían y mejorarían el arbitraje. De hecho, la International Football Association Board (IFAB), asociación encargada de estudiar y modificar las reglas del fútbol, ha rechazado el uso del video como prueba para sancionar la simulación de faltas una vez finalizado el partido y ha suspendido la aprobación de la Tecnología de Línea de Meta, que determina si la pelota traspasó la línea de meta. Ante la falta de una racionalidad que justifique estas decisiones, esta ambigüedad es incomprensible.

-¿Cuáles cree que son los cambios reglamentarios necesarios para el fútbol actual?
-Los cambios reglamentarios deberían ser discutidos en función de la articulación del “buen fútbol” mencionada anteriormente, ya que los mismos deberían estar claramente orientados a su promoción. De cualquier manera apunto cinco cambios ya sugeridos en otros foros, de ninguna manera como “necesidades” sino como posibilidades ha discutir (la generalidad ha sido mantenida con este propósito):

1- Implementación de tiempo neto de juego
2- Reducción del número de jugadores en el campo de juego
3- Suspensiones temporarias durante el partido
4- Agrandamiento del arco
5- Introducción de un segundo árbitro

-El uso de la televisión para corroborar si una pelota traspasó la línea de meta o no, ¿es posible?
-Desconozco las posibilidades técnicas de la televisión en este sentido. Sin embargo, la IFAB realizó múltiples pruebas exitosas con la Tecnología de Línea de Meta pero en marzo del año pasado decidió poner en suspenso su aprobación. La tecnología para evitar la sanción de goles “fantasmas” existe y es confiable.

-Pensando a futuro, ¿en qué momento se puede desvirtuar la esencia del juego por la tecnología?
-Creo que el fútbol podría verse comprometido si las tecnologías permitidas facilitaran el logro del objetivo del juego a punto tal de quitarle su atractivo, o si minimizaran o suplantaran el mérito, la habilidad y la creatividad de los jugadores. Asimismo, la introducción de tecnologías en el arbitraje que interrumpan continuamente la dinámica propia del juego podría tener efectos comprometedores.


Roberto Parrottino