UNA CALLE NOS SEPARA
Hace 25 años Claudio Paul Caniggia hacía su debut en Boca Juniors, en un partido amistoso ante San Lorenzo. Nacido en la otra vereda, cruzó la calle para jugar en el adversario de toda la vida. Breviario de aquellos que se animaron o se dieron el gusto de jugar su propio clásico, dentro del fútbol argentino.
Con el viento a otra parte.
Era otra fisonomía, era la vieja cancha de Boca. No estaban los nuevos palcos ni las plateas. La “Bombonera” del imaginario popular abrazaba a Claudio Caniggia.
Venía de jugar en Portugal, cuando Europa quedaba un poco más lejos que ahora.
Jugó 64 minutos en el amistoso frente a San Lorenzo 1-1, dando el puntapié a su amor con la gente de Boca.
El “Tigre” y el “Cabezón”.
Oscar Ruggeri y Ricardo Gareca hicieron el camino inverso. El defensor había venido de Corral de Bustos a La Candela. Fue producto de las inferiores de Boca. Pero claro, en esa época Boca Juniors no gozaba de la prosperidad de hoy. Cuenta Ruggeri: “Me llegaron a deber 8 meses”. Tras la huelga de jugadores, logró que Boca le diera el pase libre y se fue a River Plate junto con Ricardo Gareca.
En el Millonario, Oscar se convirtió en una de sus figuras, además de ganar la triple corona con Rodolfo Veira de DT: campeonato Local, Libertadores e Intercontinental.
El “flaco” Gareca siguió el mismo camino tras la huelga de jugadores, pero solo disputó 12 partidos en RIver y fue transferido al América de Cali.
Parecidos, distintos y únicos.
Jonatan Maidana y Nicolás Bertolo son los únicos jugadores que fueron campeones de América en River y en Boca. Con el xeneize lograron la sexta Libertadores en 2007 y ambos repitieron luego con River, ganando el trofeo sudamericano después de 19 años. Maidana lo revivió en 2018, jugando la final ante su ex club en Madrid.
En Avellaneda también se consigue.
Miguel Angel Ludeña era un volante central a lo “brasilero”. Después de ganar la Supercopa con Racing Club pasó a Independiente, generando un clima hostil que llegó al punto de recibir disparos en su automóvil. Integró el equipo de Jorge Solari, campeón del Torneo 88/89, uno de los tantos que ganó en los dos equipos.
Hugo “Perico” Pérez, también cruzó de vereda, previo paso por Ferro, sin revuelos de por medio, siendo respetado y querido por ambas parcialidades. Al igual que Ludueña, fue campeón en los dos.
En el último tiempo, Nery Domínguez fue el último caso de pasar desde Independiente a Racing. Vencido el préstamo en el equipo campeón de la Sudamericana 2017, se fue al rival de toda la vida, donde ganó la Superliga 2018/19 y el trofeo de campeones.
Leonel Miranda hizo las inferiores en Independiente. Debutó justamente contra Racing convirtiendo un gol. Luego emigró del “rojo” y volvió a Avellaneda, pero para vestirse de celeste y blanco.
El que llegó caminando.
Sebastián Beccacece tiene el extraño record, de dirigir a los dos de Avellaneda en el mismo torneo. El último partido que dirigio en Independiente fue por Copa Argentina, derrota: Lanús 2 vs. Independiente 0 el 27 de octubre de 2019.
Santos y Quemeros.
Hector Veira, quizás uno de los máximos ídolos de San Lorenzo tuvo su paso por Huracán.
Claudio Marangoni arrancó en Chacarita, jugó en San Lorenzo entre 1976 y 1979, para luego hacerlo en Huracán en 1981.
Bonus track: Hicieron la doble.
Existe un solo caso en la historia de una persona que jugó y dirigió en Boca y River. Se trata de José Manuel Moreno. En el “Millonario” jugó en las décadas del 30 y 40, con 323 partidos, 179 goles y logró 13 títulos en dos etapas. Como DT del club de Núñez, dirigió apenas 16 partidos en el año 1964.
En Boca Juniors, el “Charro” jugó apenas 23 partidos y marcó 7 goles en 1950. Más tarde, fue su entrenador entre 1958 y 1959 durante 28 partidos.
En el caso de los dos grandes de Avellaneda este privilegio lo tiene José Pastoriza. El “Pato”, muy identificado con el “rojo”, arribó luego de un paso por la Academia, equipo que también dirigió entre 1981 y 1982. Su historia desde la línea de cal con Independiente es más conocida: 5 ciclos como DT (1976-1979, 1983, 1985, 1990 y 2003-2004) y 9 títulos (4 como jugador y 5 como entrenador).
De toda la vida.
El futbol argentino esta lleno de historias de jugadores que se animan a jugar en la otra vereda. Los desafíos personales, pesan más que las rivalidades, al fin y al cabo es fútbol. Cuando solo una calle te separa, todo es posible.
Diseño y edición de fotografía
Matias Di Julio