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Rinus Michels: cuando el mejor resultado es una idea
En los últimos años de su vida, el padre de la Naranja Mecánica mantuvo una amistad con un entrenador argentino. Héctor Chavero recuerda anécdotas y sensaciones de aquel vínculo que lo marcó para siempre.
CHAVERO junto a Van Gaal. El argentino, que conoció a Menotti cuando dirigía a Douglas Haig de Pergamino, compartió charlas y cafés junto a los cultores de la Escuela holandesa.
Por iniciativa y recomendación del Flaco (César Luis Menotti), tuve la suerte de disfrutar durante los años 98, 99 y 2000 de casi todos los entrenamientos de la Academia Toekmost (futuro en español), la cantera del Ajax. Principalmente los de las categorías de chicos de entre 14 y 19 años.
-¿Cómo llega al Ajax?
-Yo dirigía a Douglas Haig de Pergamino, y nos tocó enfrentar a la Selección argentina Sub 20 de Maradona y compañía. Ellos se preparaban para jugar la Copa del Mundo de Japón, en 1979. Unos días antes del partido me llamó Menotti, el técnico de aquel equipo, y me pidió por favor que no le hiciéramos marca personal a Maradona porque venía con una molestia, no me acuerdo qué. Le dije que se quedara tranquilo, que yo era amante de la zona tanto como lo era él. Empatamos 3 a 3. Desde ese partido entablé un vínculo especial con César que se mantiene hasta la actualidad en forma de amistad. Un vínculo no solamente forjado por nuestras coincidencias futbolísticas.
-¿Y cómo fue presentarse ante semejante estrella?
El día que llegué a Holanda habíamos quedado en que me pasaría a buscar por una confitería de un hotel de Amsterdam. Cuando llegó me pidió disculpas por haberse demorado quince minutos, dijo que el tráfico estaba muy complicado, ja, ja. Mirá vos lo humilde que era. Llegamos al Ajax y estaba lleno de gente. ´Aquí les presente a mi gran amigo argentino´, dijo cuando entremos a la confitería del club, y me había conocido hacía quince minutos.
-¿Cómo era en el día a día?
-Mirá, jamás conocí persona tan grande y tan humilde al mismo tiempo. Tenía dos autos importados, y tenía dinero para manejarse como él quisiera, pero el tipo prefería andar en bicleta. Llegaba a la confitería y vos lo veías dejar la bicicleta a un costado y entrar como si fuera un total desconocido, increíble. Un hombre muy familiero además. Una vez me dijo, casi indignado, que no podía entender cómo nosotros los argentinos pedíamos comida al delívery. ´Yo, si quiero comer una pizza, le pido a mi señora que la cocine y se come en casa, con la familia, pero ¿qué es eso de ir a comerla afuera de la casa de uno´. El amaba estar en la cofitería tomando té con scons y hablando de su Ajax, hablando de fútbol. Amaba conversar sobre fútbol, escuchar lo que decían los otros. Me acuerdo otra: estábamos también en la confitería del Ajax, que al domingo siguiente jugaba contra el Feyenoord, y se le acercó un asistente técnico con cara de preocupado. ´Sabe, Rinus, el partido pasado el 9 de ellos corrió 13 kilómetros´. Se hizo un silencio, Rinus lo miró y le contestó: ´Qué mal debe haber jugado para correr tanto´.
-El fútbol total revolucionó el modo de jugar y mirar al fútbol, pero La Naranja Mecánica no pudo consagrarse campeón. Más allá de lo que significó esa selección para Michels, ¿cómo recordaba la final perdida ante Alemania?
- Cuando ese equipo llegó a Holanda, miles de personas los recibieron como ídolos. El diario más famoso de allá tituló algo así como que los recibían como héroes por haber respetado la idea de juego holandesa. Para Rinus, haber perdido fue doloroso, claro que sí, pero siempre repetía que más doloroso hubiera sido ganar la copa sin respetar la idea que él trataba de inculcarles a sus jugadores. Si escuchara a algunos entrenadores argentinos que dicen que hay ganar como sea… Para que te des una idea, en la final de Eurocopa 1988, a cinco minutos de que Holanda fuera campeón, la pelota se fue afuera. ¿Sabés lo que hizo? Corrió a buscarla para alcanzársela a un rival y que hiciera rápido el lateral.
- Siempre fiel a la idea
- Claro. Hay miles de anécdotas que me alcanzaría el tiempo para contártelas todas. Una vez estábamos viendo un partido de un equipo juvenil del Ajax. Cuando terminó el primer tiempo fuimos al vestuario para observar la charla técnica. El entrenador era Aron Winter, un exlateral de la selección holandesa. Cuando terminó de dar la charla se le acercó a Rinus y le preguntó qué le había parecido. Le dijo que había estado bien en los conceptos técnicos y en la forma de tratar al jugador, pero que debió haberles recordado que en el Ajax se defiende hacia adelante, y que sus jugadores, cuando perdían la pelota, retrocedían. ´Eso era lo más importante y no se los dijiste, tenelo en cuento para la próxima vez´, lo aconsejó.
-¿Qué opinaba de los entrenadores que priorizaban la cuestión física por sobre la técnica?
-El no lo compartía, pero lo respetaba. Es cierto que se quejaba del fútbol italiano por ejemplo. Decía que si un entrenador le enseña a pensar y defender una idea a los jugadores, ese club, ese equipo, ya no depende del entrenador porque cuando ese entrenador se va el jugador sabe cómo seguir trabajando. Y tampoco el club depende de los jugadores actuales, porque si tiene que vender uno, el suplente sabe lo que tiene que hacer. Cuando yo estuve junto a él, esos tres años, él ocupaba la función de asistente técnico de todas las categorías del Ajax. Era detallista en que cada uno de esos equipos trabajara del mismo modo para que cuando los jóvenes llegaran a Primera supieran lo que tenían que hacer, sin necesidad de adaptación.
PATRICK KLUIVERT, producto genuino de la cantera del Ajax, uno de los tantos jugadores con quien Chavero aún hoy intercambia mails. "Es un enamorado de Riquelme", asegura el argentino..
UN MAESTRO QUE SIEMPRE HABLABA DE FUTBOL
Chavero, sobrino y homónimo del cantautor argentino Atahualpa Yupanqui, sonríe inercialmente cada vez que conecta un recuerdo de quien fuera su amigo. Utiliza la palabra maestro cuando advierte que ha repetido bastante Rinus o Michels. Justifica semejante concepto con anécdotas consecuentes. Una mañana el holandés lo encontró en la confitería del Ajax y le pidió que lo acompañara a Bruselas a “hacer un trámite”. El argentino aprovechó las dos horas y media de viaje hasta la capital de Bélgica para interrogar a su compañero. “Lo esperé en un bar. Terminó de hacer el trámite y cuando volvió guardó un sobre en la guantera como si fuera un asunto común y corriente. Cuando llegamos al Ajax me enteré por la secretaria del club que habíamos ido a buscar la terna para mejor entrenador del siglo. Y el tipo ni me lo había mencionado, ja, ja,”, rememora. Y resume: “Para que te des cuenta, entraba a la confitería del Ajax y se hacía un silencio increíble, literal, la gente se callaba, lo saludaba y recién ahí continuaban conversando”.
Michels no llegó a ver el dictamen del jurado. Murió el 3 de marzo del 2005, dos años antes de que el diario TheTimes y la FIFA lo eligieran el mejor entrenador del siglo XX y la historia respectivamente, por delante de nombres como Matthew Busby y Helenio Herrera . “Mantuve relación con él hasta muy poco antes de su muerte. Se había operado del corazón, debían reemplazarle una válvula. Yo estaba en España dirigiendo al Molareño. Lo llamé a la clínica y me dijeron que estaba en terapia intensiva. Insistí, el 28 de febrero de 2005, y logré que me pasaran con él. No me olvido más, le pasaron el teléfono y conversamos un largo rato sobre fútbol. Analizó el desempeño de Frank Rijkaard en el Barcelona. Estaba contento porque decía que Rijkaard respetaba la idea del juego holandés, que era consecuente”. Inseparable de su gran amor el Ajax, vivió sus últimos años en un piso de una torre muy alta desde donde se veía el estadio Amsterdam Arena.
“LA NUESTRA” EN TIERRAS HOLANDESAS
“En Argentina tirás una semilla al piso y a la media hora un árbol te hace sombra”. Louis van Gaal, uno de los mejores entrenadores de los últimos veinte años, respondió con ingenio ante la pregunta de Leo Beenhakker, colega de mérito similar, acerca de la riqueza del suelo criollo. Fue en uno de los tantos cafés que Chavero se dio el lujo de compartir con las perlas más valiosas del fútbol holandés y europeo. Como único argentino de esas reuniones, su país no era tema menor. “Conocen mucho acerca de la Argentina, el holandés es un tipo con muchas inquietudes. Por supuesto reconocían a Maradona como un fenómeno, pero Rinus, aunque no le gustaba comparar, tenía como preferido a Cruyff. Decía que Cruyff era el jugador más comprometido con el concepto de equipo, el más consecuente en virtud de una idea de juego”.
La valía del jugador argentino en el resto del mundo es innegable. Cuesta encontrar planteles en cualquier punto del globo sin integrantes aficionados al dulce de leche. Sin embargo la frase no deja de sorprender. Chavero la dice con naturalidad, como quien arroja una menudencia: “Rinus era un enamorado del jugador argentino, prefería a los jugadores argentinos antes que los brasileños”. Es que la genética del futbolista criollo compatibiliza con las exigencias de su ideario. En esa enciclopedia virtual la técnica y el carácter eran los requisitos fundamentales. Y los nuestros, creía Michels, garantizaban ambas virtudes. “Siempre repetía que el jugador argentino era el más valioso, y eso que nunca había dirigido a uno. 'Héctor, el argentino deja la vida por él, por el entrenador, pero sobre todo por el equipo. Y encima es el único al que hace falta decirle las cosas una sola vez. Le marcas un error y nunca más necesitas trabajar sobre eso'". El legado de César Luis Menotti es fundamental. La prédica simplista del Flaco se influenció pero a su vez conquistó el acervo de la Escuela holandesa.
La fidelidad, y la trasmisión de ese valor, fue la semilla del fruto que hoy recogen las estrellas del Barcelona. Es eso que el equipo español expresó durante cuatro años de paredes y goles increíbles. Eso que alguien, o el mismo Barcelona, deberá seguir cultivando en virtud del espectáculo y la historia. De Rinus Michels a Guardiola, de Holanda del 74 al Barça de este siglo XXI pasando por otros tantos casos similares e intermedios. Un pedazo de tiempo en el que siempre hubo intérpretes de un legado cuyo mejor resultado es respetar una idea.
EL MAESTRO HABLA, los cronistas anotan. Rinus Michels, elegido por la FIFA como el mejor entrenador de la historia, dirigió al Ajax, al Barcelona, Bayer Leverkusen, entre otros grandes equipos. Fue el gestor del llamado "Fútbol Total".
Por Alfredo Merlo