Tenis

Falleció el hombre que apuñaló a Monica Seles y torció la historia del tenis

Günter Parche, el fanático de Steffi Graf que destrozó la carrera de la yugoslava hace casi 30 años, murió en agosto pasado, aunque la noticia vio la luz esta semana.

Por Pablo Amalfitano ·

25 de abril de 2023

30 DE ABRIL DE 1993. Rememorarlo resulta espeluznante. Aquel día el mundo del tenis cambiaría para siempre: Monica Seles, por entonces una prodigio de 19 años que dominaba el circuito desde la cima del ranking WTA, le ganaba 6-4 y 4-3 a la búlgara Magdalena Maleeva en el torneo de Hamburgo cuando, en un cambio de lado, sufrió una inesperada puñalada en el omoplato derecho por parte de Günter Parche, un fanático de la alemana Steffi Graf, a quien la yugoslava le había arrebatado el número uno del mundo.

Esta semana se conoció la muerte del atacante, quien falleció en agosto pasado a los 68 años, aunque el diario alemán Bild confirmó la noticia en las últimas horas. Parche había vivido en una residencia de ancianos en Nordhausen, Turingia, durante los últimos 14 años de su vida. Allí estuvo en una habitación individual.

Durante las últimas cuatro semanas antes de su muerte sólo se había acostado en la cama hasta que finalmente, una noche, no volvió a despertar. En las horas previas permanecía con cuidados paliativos.

El diario alemán brindó detalles: "Durante su estancia en la casa siempre pasaba desapercibido y participaba en las actividades de ocio: tardes de cine, manualidades y lectura del diario. El personal de enfermería lo vestía y lo bañaba. Cuando sólo podía acostarse en la cama hacía de 30 minutos de terapia individual. Su hermana Ina era su supervisora ​​oficial".

 

Imagen Monica Seles, la niña prodigio. (AFP).
Monica Seles, la niña prodigio. (AFP).
 

Aquel lejano 30 de abril que lo tuvo como protagonista marchaba con total normalidad en la cancha central del torneo de Hamburgo, durante uno de los partidos de los cuartos de final. La calma, de un segundo a otro, se desmoronó por completo: Parche burló los controles de seguridad durante el cambio de lado y apuñaló por la espalda a Seles, la estrella mundial nacida el 2 de diciembre de 1973 en Novi Sad, que hoy pertenece al territorio de Montenegro.

La transmisión oficial no captó las imágenes de aquel instante, pero sí se pudo ver cómo un guardia de seguridad tomó del cuello al agresor, que en ese momento tenía 38 años y cuya obsesión con Graf se conocería un tiempo más adelante. Seles se salvó de la muerte sólo por el acto reflejo de haber inclinado su cuerpo hacia el frente. Instantes después se levantó y se desplomó ante las personas que intentaban asistirla.

Seles estaba llamada a torcer la historia del tenis femenino. Lo había ganado todo y apenas contaba 19 diciembres. Aquella tarde le ganó a la muerte porque su veloz movimiento generó que el cuchillo penetrara apenas unos tres centímetros, lo que evitó que dañara algún músculo de relevancia. Su propio recuerdo es escalofriante: "Movía las piernas en el cambio de lado porque sentía frío y, de repente, ese frío entró por mi espalda".

Para el momento del horror Seles acumulaba 32 títulos del circuito y llevaba nada menos que 178 semanas al frente del ranking mundial de la WTA. El 11 de marzo de 1991, con apenas 17 años, había desplazado de la cúspide a Graf, quien había ocupado el puesto de privilegio durante 186 semanas al hilo desde el 17 de agosto de 1987. Seles era una elegida. Pero Parche, empeñado con que la alemana recuperara la cima, torció el devenir de la historia.

 

Imagen Günter Parche, años después del atentado a Seles. (AFP).
Günter Parche, años después del atentado a Seles. (AFP).
 

Con sólo 19 años había ganado 8 de los últimos 11 torneos de Grand Slam que había jugado: festejó en Roland Garros, en 1990, 1991 y 1992; en el Abierto de Australia, en 1991, 1992 y 1993; y en el US Open, en 1991 y 1992. Tres de aquellas finales se las había arrebatado a la propia Graf, quien a su vez le ganó la definición de 1992 en Wimbledon, el único Slam que Seles nunca podría conquistar.

Parche estuvo preso durante seis meses hasta que, en octubre de 1993, salió la sentencia definitiva por parte de un tribunal de Hamburgo: dos años de detención no efectiva, bajo libertad condicional. Seles estaba enardecida:  "Parche reconoció haberme acuchillado y volverá a su vida normal mientras yo aún me recupero de una agresión que me pudo haber matado".

Cuando la yugoslava regresó al circuito dos años después, en agosto de 1995, lo hizo con más de diez kilos de sobrepeso por los problemas alimenticios que le generó el atentado. Su talento era tan grande que ganó el primer torneo oficial que jugó: fue en Montreal, Canadá, con victorias incluidas ante la francesa Nathalie Tauziat (12ª), la alemana Anke Huber (7ª) y Gabriela Sabatini (6ª).

 

Imagen Monica Seles, durante una de sus conquistas en Roland Garros. (AFP).
Monica Seles, durante una de sus conquistas en Roland Garros. (AFP).
 

"Dolor, impotencia, miedo a todo. A salir a la calle, al trato con la gente, me parecía que en cualquier momento la situación horrible que pasé podría volver a repetirse. Me encerré en Sarasota y deambulaba por la casa. Anduve aburrida, de mal humor, ociosa, aislada, silenciosa... Tenía una gran ansiedad, me comía todo y engordé como doce  kilos. Todavía quedan algunos...", decía Seles, en un diálogo con la revista El Gráfico, durante el US Open de 1995.

En ese torneo cayó en la final ante Graf. Y al tercer certamen desde la reaparición ganaría su noveno y último Slam: el Abierto de Australia de 1996. La legendaria Martina Navratilova asumiría, mucho tiempo despúés, que Seles debió terminar su carrera con el récord de títulos de Grand Slam en singles, por encima de los 22 de Graf y de los 24 de la australiana Margaret Court: "No tengo dudas: este tipo modificó la historia del tenis".

Sobre el regreso Seles también expresó: "Fue como una gran lucha interior. De pronto me asaltaban ganas de volver al circuito inmediatamente, pero a la mañana siguiente me levantaba con las mismas dudas e incertidumbre. Fueron dos años horribles de mi vida. Sin embargo siempre supe que volvería. El gran interrogante era cuándo...".

El momento del atentado