Selección Argentina

La Scaloneta fue visitante en serio, pero algo ocurrió al final...

La fiebre china no se repitió en Indonesia y la gente fue al estadio a alentar a su equipo para lograr un resultado histórico. Sin embargo, en el cierre hubo una sorpresa.

Por Adrián Wowczuk ·

19 de junio de 2023

LA SELECCIÓN ARGENTINA se acostumbró a ser local en todas partes, porque la atracción que generan Messi y los demás integrantes del plantel Campeón del Mundo es un verdadero fenómeno en muchos países que adoptaron como propia la pasión por la Albiceleste.

Después del fenómeno que causaron Scaloni y sus muchachos en China, donde se vivieron verdaderas imágenes de histeria y las muchedumbres se agolpaban en la puerta del hotel para ver a algún jugador como si se tratara de estrellas de rock, todo cambió. 

A tal punto que hubo abucheos hacia la Selección cuando salió a hacer el calentamiento previo al partido de este lunes en Yakarta. Eso sí: el himno fue respetado e incluso se escucharon aplausos al terminar.

En el estadio Gelora Bung Karno las 80 mil personas querían ver un triunfo de su equipo, que nunca se enfrentó con Argentina, salvo el antecedente del Mundial juvenil de 1979, en Japón, donde el equipo de César Luis Menotti, con Diego Maradona a la cabeza, se floreó y goléo 5 a 0.

Cada quite de un defensor indonesio era celebrado como un gol por los aficionados, y cuando Argentina pisaba el área con peligro, atronaban los gritos agudos, como presagiando lo peor. Si un argentino cometía una falta, el reclamo era airado y masivo.

Hasta se escucharon melodías habituales en las canchas argentinas. Traducido al lenguaje del futbolero, podrían haber sonado con esta letra: "Vamos, vamos Indonesia, que esta noche tenemos que ganar".

Cada intervención del arquero Ari, que tuvo acciones importantes en el primer tiempo, fue celebrada como un título. En la etapa inicial, a los 34 minutos, hubo un córner a favor de Indonesia y el grito fue ensordecedor, arengando además por uno de los jugadores locales.

Ya en el segundo tiempo, el conjunto rojo buscó generar peligro por medio de potentes laterales al área que se aprobaron con la misma intensidad con la que se disfruta una gambeta o un caño. De todos modos, le provocaron algún revolcón a Dibu Martínez.

Y con la historia casi sentenciada, los fanáticos indonesios mitigaron su decepción por el milagro que no fue festejando una maniobra vintage: la ola nacida en México '86.

Ni hace falta decir que el golazo tremendo de Leandro Paredes y el cabezazo de Cuti Romero que sentenció el 2 a 0 final del amistoso disputado este lunes, lo festejaron sólo los compatriotas desperdigados por las tribunas. El resto, contempló con respeto.

 

Imagen Aunque no lo veamos, Messi siempre está.
Aunque no lo veamos, Messi siempre está.
 

Es cierto que Lionel Messi ya comenzó sus vacaciones y vio el partido en su Rosario natal tomando mate y en familia. Aunque sí estuvo presente de alguna forma: en las gradas apareció una gigantografía del mejor jugador del mundo ataviado con una vincha de color rojo con la leyenda "Indonesia".

Además, cuando los jugadores de la Scaloneta se retiraban del campo tras la victoria consumada, se escuchó un grito unámime que se entiende en todos los idiomas: "Messi, Messi, Messi".