Primera División

Del barro a la cima: Orsi y Gómez, contra viento y marea

La dupla técnica de Platense que llegó a su clímax con el triunfo ante River en el Monumental recorrió un largo camino de obstáculos para, al fin, poder gozar.

Por Redacción EG ·

21 de mayo de 2025

FAVIO ORSI Y SERGIO GÓMEZ son tal para cual: los dos saben lo que es "comer mierda", como se suele decir en la jerga de aquellos que, en el fútbol y en la vida", están acostumbrados a levantarse después de otra, la enésima, caída, y darle para adelante. No importa lo que pase. Siempre tienen algo por lo que luchar.

Este martes obtuvieron una recompensa después de tanto ponerle el pecho a las adversidades. Contra todos los pronósticos le hicieron vivir al general Marcelo Gallardo un verdadero Waterloo en su inexpugnable campo de batalla: Platense doblegó a River, lo aturdió durante noventa minutos y al final celebró un triunfo que el propio Muñeco reconoció con hidalguía.

 

Imagen El abrazo entre Orsi y Gómez: patearon el tablero en el Monumental.
El abrazo entre Orsi y Gómez: patearon el tablero en el Monumental.
 

Sus destinos se cruzaron en 2011, cuando Sergio, que a los 29 años había dejado el fútbol en Fénix, se sumó en el mismo equipo que por entonces estaba en la Primera C como asistente de Oscar Santángelo. Lo propio hizo Orsi, que era entrenador en la liga de Escobar tras un pasado como jugador que se truncó por una lesión en las inferiores de River.

 

Imagen La primera experiencia de la dupla: Fénix, en 2012.
La primera experiencia de la dupla: Fénix, en 2012.
 

Cuando Santángelo se fue del club, ambos quedaron al frente y obtuvieron en la temporada 2012/2013 el ascenso a la B Metropolitana. El siguiente paso fue en Deportivo Español durante 2014 y 2015, y en el tercero, en Flandria, lograron algo histórico para el Canario: el primer ascenso a la Primera B Nacional en 2016 al vencer en la final a Atlanta.

 

Imagen Con Flandria lograron el ascenso a la Primera B Nacional.
Con Flandria lograron el ascenso a la Primera B Nacional.
 

Se trató de un trayecto que comenzó con problemas por una inundación que anegó Jáuregui e hizo que el plantel tuviera que entrenarse en un colegio. La adversidad los fortaleció -algo que hicieron una filosofía de trabajo- y a partir de allí comenzó una racha de resultados que los depositó en la división superior.

También supieron de amargura al descender en 2018, lo que provocó su salida. Su siguiente parada fue Almagro, lo que inició un período de tres años como entrenadores en la segunda categoría que continuó en San Martín de Tucumán y Ferro.

 

Imagen Ferro: el paso previo al fútbol grande.
Ferro: el paso previo al fútbol grande.
 

La buena campaña con el Verde de Caballito les permitió dar el salto a Primera de la mano de Godoy Cruz, en 2022, donde llegaron con el objetivo de salvarse del descenso y redondearon una campaña que los puso en el radar de todos.

 

Imagen Con Godoy Cruz, Orsi y Gómez tuvieron su bautismo en Primera.
Con Godoy Cruz, Orsi y Gómez tuvieron su bautismo en Primera.
 

Y nunca más bajaron: en 2023 se hicieron cargo de Atlético Tucumán y en 2024 arribaron a Platense, su casa actual, donde ya experimentaron en la fase de octavos de final del significadode bajar a otro grande: batieron a Racing, nada menos que en el Cilindro de Avellaneda.

Gómez contó en TyC Sports alguna vez que "la relación es mucho más fácil de lo que parece. son esas casualidades del destino, soy muy agradecido a Dios y siempre tengo la suerte de cruzarme con gente que me mejora y me ayuda a cambiar mi vida. Favio fue como un hermano mayor, mis condiciones económicas no eran las mejores y él participó mucho de eso. La familia no se elije, pero los hermanos de la vida sí. Para mí es como un hermano de la vida".

Orsi por su parte evocó que "Llegar hasta acá nos parecía una utopía. Arrancábamos a la mañana y terminábamos a la madrugada. Nos costó mucho llegar hasta acá. Comenzamos en el último eslabón del fútbol argentino con el objetivo de dirigir en Primera. Nos permitimos disfrutar trabajando. El fútbol, como la vida, son momentos. Las categorías son circunstancias y tratamos de ser dignos en nuestro trabajo, entregarlo todo y quedarnos vacíos".

¿Se imaginan trabajando por separdo? "La verdad que no", confiesa Gómez. "Como toda pareja tenemos discusiones, pero siempre llegamos a un buen punto. Si tenés la misma esencia, las mismas ganas y creés en el otro, es mucho más fácil".

Ambos funcionan como un complemento del otro, no sólo en lo cotidiano sino también dentro de la cancha: "Yo soy más de romper, como en mi época de jugador, y a él le gusta más jugar", reconoce Gómez, que en la noche del martes se fundió en un gran abrazo con su mentor, con el que se permite soñar con lo máximo: llevar a Platense a dar la primera vuelta olímpica en la máxima categoría de toda su existencia.