La inusual medida que tomó Vélez tras la agresión al plantel

VÉLEZ está inmerso en una crisis que cada vez se profundiza más. Después de la derrota ante Huracán el domingo, que lo hundió en la dura lucha por el descenso, los jugadores fueron agredidos por la barrabrava cuando fueron a buscar sus vehículos a la Villa Olímpica.

Algunos futbolistas fueron golpeados, como ocurrió con Gianluca Prestianni, el joven de 17 años que asoma como la gran promesa del Fortín y de quien trascendió el deseo de ser transferido lo antes posible por el temor que le provocó a él y a sus compañeros la situación de violencia. 

El jugador confesó que "realmente tengo mucho miedo. Yo no veía venir algo así. El rol que cumplen los dirigentes no lo sé. Pero nosotros nos sentimos sin seguridad, no nos vemos ni un poco protegidos".

Ante tal situación, la decisión institucional fue que el plantel realice la pretemporada previa al inicio de la Copa de la Liga en la provincia de Córdoba, del 4 al 12 de agosto, en busca de ofrecerle garantías a los jugadores, aunque en el escueto comunicado no se haga explícita la razón de la medida. La parte final de la puesta a punto, entre el 12 y el 20 de este mes, sí tendrá lugar en el sitio habitual.

La preparación para el próximo torneo, en cuyas 14 fechas Vélez se jugará su continuidad en Primera, iba a realizarse como es habitual en el predio de Ituzaingó donde se produjeron los sucesos violentos.

En otro orden y aunque tampoco se comunicó de forma oficial, el presidente Sergio Rapisarda habría presentado el pedido de licencia en el ejercicio de su cargo, que de ese modo quedaría en manos del vicepresidente primero, Diego González.