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El inefable Raúl Gámez: de invitar a pelear a Carlos Monzón a la crítica para Riquelme

El reconocido dirigente que ya cumplió 80 años se convirtió en ejemplo para sus pares de todos los clubes tras una extensa e intachable trayectoria en Vélez.

Por Redacción EG ·

08 de octubre de 2024

RAÚL GÁMEZ es uno de los sinónimos más explícitos de Vélez y espejo de muchos dirigentes que toman como ejemplo su actuación en el club de Liniers como encargado del fútbol profesional en la etapa en que se gestó la historia más prolífica a nivel títulos del club y como presidente en épocas posteriores, incluso de complicaciones económicas como en su último mandato entre 2014 y 2017.

También se transformó en icónica aquella foto en plena tribuna del Estadio Azteca en la que se lo ve peleando con hinchas ingleses, en el Mundial 86. Hoy, con 80 años vividos y respirados por el Fortín, cuenta que "hace setenta que voy al club. Siempre viví cerca de Liniers. Un tío mío nos llevaba a ver a Vélez o a Ferro. Me enamoré de Vélez yendo a verlo jugar, no ganar. Yendo a alentar, a agarrarnos a trompadas por una bandera". 

 

Imagen Raúl Gámez y su pelea con hinchas ingleses en el Mundial '86.
Raúl Gámez y su pelea con hinchas ingleses en el Mundial '86.
 

En una larga entrevista en el programa de streaming El loco y el cuerdo, contó que a Vélez "le dediqué la vida, fui leal, lo defendí, fui honesto. Vivimos de la jubilación mi señora y yo, estoy bajo la línea de pobreza. Por culpa de estar en Vélez todo el día terminó trabajando ella cuando tenía que disfrutar. Voy siempre a la cancha y mi idilio con la gente es total. No tengo camisetas, me acuerdo de las cosas vividas. Pago las consecuencias en lo económico. Viví una vida intensa con emociones, tengo cuatro hijos y bisnietos, todos ligados a Vélez por el sentimiento".

Y hasta confesó que "Vélez me sacó del escolazo. Yo soy comerciante, es lo único que soy. No tengo estudios, apenas sexto grado por el esfuerzo de mi vieja. Soy un buen comerciante, con buenos recursos para defender una venta. Tenía inmobiliaria y era exitoso, pero Vélez me sacó del juego porque yo tenía caballos y me gustaba la ruleta. Dije basta cuando empecé como dirigente en el ochenta y pico". 

Es que Pistola, como se lo conoce gracias al apodo que le pusieron de chico en el barrio, confesó que podría haberse perdonado que el equipo se vaya al descenso, pero nunca dejar en la quiebra a su club. "Estuve a punto de pegarme un tiro", reconoció, pero lo salvó la millonaria venta del juvenil Hernán Toledo en 2016, que tuvo un fugaz y brillante momento con la V Azulada y nunca más volvió a ese nivel.

Cuando se quiso pelear con Carlos Monzón

A pesar de haberse trenzado con todas las barras en sus años de juventud, reconoció tener amigos en todos los equipos y contó que en un cumpleaños de Alfio Basile casi se agarra a trompadas con el mismísimo Carlos Monzón, el legendario campeón mundial de boxeo.

"Era el cumpleaños del Coco -relató- y estábamos en una reunión. Monzón empezó a hablar, me reclamaba y me metía la mano, estaba medio pesado. Cuando estaba un poquito picado era agresivo, y yo no tenía mucho que perder más que la cabeza. Él me preguntó: '¿Querés pelear?' Le contesté: 'Sí, la c... de tu madre'. Sólo se le puede ocurrir a alguien que no piensa; no controlé mi instinto. Por suerte todos lo fueron a parar a él".

Su visión sobre Riquelme

Consultado acerca de su parecer de la gestión de Juan Román Riquelme como presidente de Boca, Gámez consideró que "tendrá que aprender y acertar en las decisiones. Viéndolo de afuera hay cosas que uno no haría, pero hay que estar en la decisión final". Además, valoró la postura del ídolo Xeneize contraria a la sociedades anónimas en el fútbol.

Las polémicas históricas con Vélez

Luego lo llevaron al terreno de los fallos polémicos, como aquella definición con Huracán en 2009 en la que el Globo siempre reclamó falta de Joaquín Larrivey sobre el arquero Gastón Monzón que derivó en el gol de Maxi Moralez y el título para Vélez.

Al respecto manifestó que "Tuve charlas con Cappa (Ángel, DT de Huracán en ese momento) y lo invité a ver el partido juntos. Hay cosas que el hincha de un club las ve y el del otro club no las ve. Brazenas (Gabriel, el árbitro de ese partido) no era un tipo sin experiencia, pero ese día hasta cayeron piedras, mil quilombos soportamos. Ellos defendieron las cosas como pudieron. El que eligió a Brazenas fue Carlos Babington (por entonces presidente de Huracán) y eso me lo hicieron saber también en la AFA".

Y más atrás en el tiempo se encuentra la polémica mano del defensor velezano Luis Gallo, en 1968, que evitó un gol de River que hubiera significado un campeonato para el Millonario después de diez años. "El penal de Gallo me parece que fue -reconoció-. Pero River se pasó toda la vida ganando cosas con algunas ventajas, como todos".

 

Imagen La mano de Gallo en el '68: Gámez reconoce que fue penal.
La mano de Gallo en el '68: Gámez reconoce que fue penal.