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Los pensamientos suicidas de un medallista olímpico: el crudo relato de Luciano De Cecco

El capitán de la Selección Argentina de vóley reveló que pensó en quitarse la vida luego del podio en los Juegos de Tokio.

Por Redacción EG ·

02 de julio de 2024

LUCIANO DE CECCO quedó en la historia del deporte argentino gracias a un logro colectivo que marcó una época: la medalla de bronce que consiguió con la Selección Argentina de vóley en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, desarrollados en 2021 por la pandemia.

El armador y capitán del seleccionado albiceleste buscará defender el podio en París 2024, los Juegos a los que Argentina ya se clasificó a través de su papel en la Volleyball Nations League.

El histórico jugador de 36 años, que podría dejar la Selección luego de París 2024, hizo una cruda revelación pública: sufrió depresión luego de la conquista de Tokio y llegó a tener pensamientos suicidas.

El relato estremece: "Quería ser perfecto dentro de lo imperfecto y después de Tokio exploté. Estrés postraumático derivado en depresión, no me acuerdo bien el diagnóstico. Durante ocho meses vi negro".

Y continuó: "Volvimos de Tokio, hicimos la cuarentena y volví a Europa, a jugar al club. Pasé una semana bien y empecé a soñar raro, que me comían cocodrilos, cosas así. Me despertaba con taquicardia. Pasó una, dos, tres veces hasta que me daba miedo dormir. Me empecé a dormir a las seis; después no me dormía. Tenía miedo de dormir con la luz apagada".

En aquel momento De Cecco jugaba en Lube Civitanova de Italia y sufrió tanto que comenzó un tratamiento con un psicoanalista, aunque no llegó a buen puerto.

"Terminaba de hablar y me sentía peor. No lo sabía nadie. Iba a entrenarme, jugábamos, ganábamos partidos, pero volvía a mi casa y me quedaba encerrado. Mi técnico se dio cuenta y me invito a cenar para preguntarme qué me pasaba. No sabía se decirle o no, no quería que se enterara mi familia porque todos estaban a miles de kilómetros. Se lo dije pero le pedí que no le contara a nadie",profundizó.

Pero no quedó ahí su relato:"En ese momento sentís que te estás muriendo y los demás no existen. Después conocí a una chica, jugadora de vóley, y empecé a sentirme mejor, pero lo que mejor me hizo fue una charla con otros desconocidos, todo anónimo por Zoom. Empecé a seguir algunos tips; me autodediqué a algunas cosas, le di menos importancia al vóley y me di más atención a mí. Me di cuenta de que el vóley no era todo, como pensé durante 14 años. Ahora tengo una relación con mi familia más fuerte, más amigos".

Entonces reveló que había estado a punto de quitarse la vida: "El inconsciente toma todo del arraigar. Compré dos pastillas, no era cianuro, sino una mezcla. Están en un cajón de mi casa; nunca las voy a tocar. Ahora las tengo en una caja pero me las llevé cuando me mudé. Las guardo porque me recuerdan que donde yo estuve no quiero volver a estar. Pero las voy a tirar; era sólo una excusa para autoconvencerme de que tengo que seguir trabajando en mí mismo".