La caridad de Vinícius no empieza por casa

VINÍCIUS JR. sufrió un acto de racismo que trascendió en todo el mundo. En mayo pasado, en el marco de la derrota de Real Madrid ante Valencia por 1 a 0 en el estadio Mestalla, el astro brasileño recibió cánticos agresivos que hicieron que tanto el jugador como sus compañeros pidieran que se activara el protocolo antiracista. 

Entre otros agravios, se escuchó un hiriente improperio que bajó desde la tribuna: "Mono, mono, mono". Tal actitud provocó que la entidad valenciana expulsara de por vida a los autores de la agresión. Se escucharon también las voces de repudio del entrenador madridista, Carlo Ancelotti, y de la propia Casa Blanca, que emitió un comunicado oficial para referirse al tema, calificándolo como un "delito de odio".

El propio jugador dijo en sus redes sociales que "el racismo es normal en La Liga. La competición cree que es normal, la Federación también y los adversarios la alientan. 'Mono, negro cabrón', y 'vete a recoger plátanos' son algunas de las cosas que recibo".

Sin embargo, esa aflicción no tendría correspondencia en el accionar habitual de Vinícius Jr., receptor de una dura acusación por parte del medio brasileño Metrópoles, que afirmó que el futbolista tiene una serie de exigencias para las chicas que quieran ir a las fiestas que él organiza, la última de las cuales fue para celebrar su cumpleaños N° 23.

El delantero pediría que las mujeres que quieran sumarse a las celebraciones tengan el Instagram abierto al público para poder ver sus fotos para ser "aprobadas" por sus amigos, quienes se ocupan de filtrar a las que consideran "mejores".

Además, pondría como condición que las chicas seleccionadas para participar de sus fiestas dejen su celular en el ingreso para evitar que se filtre información, audios o videos del festejo.

Tales actitudes no hacen más que traer a colación un viejo dicho que en este caso no se cumple: "La caridad bien entendida empieza por casa". Pero a Vinícius Jr. tal vez no le funciona el GPS.