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MUSETTI, LA NUEVA JOYA DEL RESURGIDO TENIS ITALIANO

El jugador de 19 años que brilla en el torneo de Acapulco ya se aseguró el ingreso al selecto grupo de los cien mejores del mundo.

Por Pablo Amalfitano ·

19 de marzo de 2021

EL TENIS ITALIANO arrastra una larga historia de gloria. Desde los años '70, con dos íconos de calibre internacional, es reconocido por logros y resultados. Retirados Adriano Panatta y Corrado Barazzutti, el potencial tenistico de ese país había ingresado en una suerte de letargo que se mantuvo hasta hace muy poco, con la irrupción de otros dos jugadores de edades dispares.

Fabio Fognini, con 31 años, y Matteo Berrettini, con 22, se dieron el lujo de continuar el legado de las dos leyendas en 2019, cuando ambos consiguieron meterse en el top 10 del ranking. Después de Panatta (4° y campeón de Roland Garros en 1976) y Barazzutti (7° en 1978), campeones de la Copa Davis en 1976, sólo ellos dos pudieron acceder al selecto grupo: Fognini, entrenado entonces por el argentino Franco Davin, se metió 9° y Berrettini, por su parte, alcanzó el 8° y hasta llegó a jugar el Campeonato de Maestros en Londres.

Detrás de ellos, sin embargo, ya surgió un pelotón con suma proyección y con destino grande en el circuito. Hoy Italia apenas empezó a disfrutar del resultado de una política de planificación, con gran cantidad de torneos de distintos niveles en territorio local, y con la mirada puesta en el desarrollo por parte de la federación, una de las más poderosas del mundo. No hace falta más que observar los números: en el top 100 aparecen nada menos que 9 italianos, el cuarto grupo más numeroso después de Francia (11), España (11) y Estados Unidos (10).

 

Imagen musetti
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Lideran Berrettini (10°) y Fognini (17°); detrás de ellos acompañan otros cinco jugadores de mediana edad como Lorenzo Sonego (37°), Stefano Travaglia (68°), Salvatore Caruso (84°), Marco Cecchinato (89°) y Andreas Seppi (96°), pero en el medio hay dos joyas. En el puesto 34 está instalado Jannik Sinner, un verdadero diamante en bruto, por lejos el número uno de su categoría (2001), quien llegara incluso a jugar los cuartos de final de Roland Garros el año pasado. Y la semana próxima estará la otra gema: Lorenzo Musetti, de 19 años, revés a una mano y un tenis que aglutina clase y recursos.

Con apenas 12 partidos jugados en cuadros principales del máximo circuito, ya acumula triunfos frente a jugadores de fuste como Stanislas Wawrinka, Kei Nishikori, Diego Schwartzman y Grigor Dimitrov. En el Masters 1000 de Roma del año pasado deslumbró al mundo tras superar la qualy y derrotar de forma sucesiva al suizo y al japonés para colarse en los octavos de final. El Foro Itálico fue su carta de presentación al mundo. Esta semana, no obstante, demostró que no se conforma con buenos torneos aislados en el primer nivel.

En las canchas duras del ATP 500 de Acapulco ya se instaló en las semifinales, también desde la qualy. Ganó sus tres partidos en la fase previa; se plantó, por caso, en su debut frente a un top 10 con la entereza de los grandes campeones y eliminó a Schwartzman (9°); y hasta sacó en sets corridos al búlgaro Dimitrov (16°, ex 3° y ganador del Masters en 2017). Semejante actuación le garantizó atravesar la última gran barrera para el grueso de los tenistas profesionales: desde el próximo lunes será top 100 (94°). Este sábado buscará acceder a su primera final de ATP ante el griego Stefanos Tsitsipas, nada menos que el número cinco del mundo. Gane o pierda ya quedó claro que, para el tenis italiano en general y para el propio Musetti en particular, la historia recién acaba de comenzar y el legado de Panatta y Barazzuti estará bien representado.