Fernanda Russo: "Antes sentía que era suerte y ahora veo que nada fue casualidad"

FERNANDA RUSSO fue el primer nombre argentino que se gritó fuerte en los Juegos Panamericanos Santiago 2023, cuando logró la soñada clasificación a París 2024 y se colgó la presea de bronce.

Dueña de un carisma especial, la tiradora cordobesa nunca pasa desapercibida. Hay algo que la distinguió durante toda su carrera: en los momentos importantes no sólo cumple con sus objetivos, lo hace a lo grande.

"Me pasó como en el penal de Montiel en el Mundial: cuando él hizo el gol, lo primero que pensé fue '¿y ya está? ¿somos campeones?' Fue esa misma sensación. Me costó un poco caer en que había ganado la plaza, recién lo hice cuando vi a mis entrenadores llorando y saltando", contó.

 

 

Ese tiro que le dio el cupo olímpico en rifle de aire a 10 metros fue la primera gran alegría albiceleste en Chile y la que despertó en muchos ese espíritu que resurge en cada cita panamericana. Atleta de una disciplina poco popular a nivel local, Russo tiene un don que no todos poseen: trascender su deporte. Igual que Montiel y la Selección Argentina campeona del mundo, cada cuatro años ella entusiasma e ilusiona a un país.

"Fue una experiencia hermosa. Nunca me imaginé estar tirando en mi tercer panamericano a los 24 años. Es raro porque uno se prepara para todo esto, pero ir y conseguirlo todas las veces que lo intentás...me siento una privilegiada de la vida y del deporte", reflexionó.

Entre aquella adolescente de 16 que sorprendió a todos en Río 2016 y la Fernanda que irá a París 2024 hubo cambios, pero su esencia sigue intacta: "Sigo siendo la misma impulsiva de siempre. Me dejo llevar mucho por mis emociones. Me mueven las pasiones, los sueños, mi forma de ver la vida y el deporte. Sí perdí algunos miedos, como a fallar, a que el lugar me quedase grande o a encontrar mi techo muy rápido. Antes sentía que era suerte y ahora veo que nada fue casualidad".

Con cuatro medallas panamericanas y dos Juegos Olímpicos en su camino, a Russo esos temores y presiones le produjeron ataques de pánico. "La mente a mí se me rompió muy rápido, estoy intentando arreglarla. Todavía los tengo", se sinceró aunque confía que "ojalá esta vez pueda manejarlo mejor. A veces los deportistas nos olvidamos de la persona que tenemos atrás".

Es cada vez más frecuente que los atletas sufran problemas de salud mental. Al respecto, ella reflexionó que la causa es "el sistema exitista detrás, al que sólo le importan las medallas y no el costo. Y nosotros en parte somos cómplices de eso, porque lo que más queremos es ganar, pero hay que entender que no puede sólo importar un podio y nada más".

El haberse convertido en referente de las nuevas generaciones es algo que Russo aún no logra asimilar. "Me sorprendo un montón cuando hay nenes que se me acercan. Me siento igual a ellos, sólo con unos años y emociones más por manejar", confesó.

Expresiva y apasionada, Russo logra transmitir con sus palabras lo mismo que cuando compite para Argentina. A París irá en busca de otro gran sueño, pero no lo hará sola: llevará en su valija, como siempre, su don de la ilusión.

 

Imagenes: Prensa COA