La huella de Rafa Nadal, impresa para siempre en el court central de Roland Garros
Tremendo homenaje al rey de París con la presencia de Federer, Djokovic y Murray.

RAFAEL NADAL es el rey indiscutido de París: ganó 14 veces el título en Roland Garros y obtuvo 112 victorias en 116 presentaciones. Tan suyo es el polvo de ladrillo del mítico Grand Slam, que su huella quedará impresa para siempre en el court central. Esa fue la última sorpresa para el español en un homenaje este domingo que tuvo una enorme emotividad.
Desde las tribunas repletas, el público participó de manera cómplice para armar mosaicos con un corazón y la leyenda "14 RG", por la cantidad de oportunidades en las que alzó el trofeo. Hasta Carlos Alcaraz y su entrenador, Juan Carlos Ferrero, se plegaron a la iniciativa.
Las lágrimas no tardaron en rodar por las mejillas del mallorquín, a quien acompañaron otras tres leyendas que se disputaron el mando del tenis junto con él en esta etapa de la historia: Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray.
Se trató de la primera vez de Nadal en Roland Garros como ex jugador, ya que en la edición de 2024 tuvo su último baile cuando cayó en la primera ronda frente a Alexander Zverev.
La familia de Rafa no quiso perderse el tributo y asistió en pleno: su padre, Sebastián Nadal; su madre, Ana María Parera; su esposa, María Francisca Perelló, su hijo Rafael y su hermana Maribel Nadal, vivieron todo con profunda sensibilidad.
Al hablar en el medio de una Philippe Chatrier en la que vivió sus momentos más felices como jugador, expresó envuelto en llanto: "Gracias, Francia; gracias, París. Me han regalado emociones y momentos que nunca fui capaz de imaginar. Me han regalado el momento de la antorcha olímpica. Me han regalado una estatua preciosa en Roland Garros. Me han hecho sentir como un francés más".
En un discurso pronunicado en francés, español e inglés, agregó que "ya no podré volver a jugar delante de ustedes, pero mi corazón siempre va a estar ligado a este lugar tan mágico y a su gente. Gracias, mil gracias por todo".

Ante las 15.000 almas ataviadas con una remera conmemorativa con el color del polvo de ladrillo que dominó a su antojo en la Ciudad Luz, también recibió un trofeo conmemorativo por su récord y llegó el momento de descubrir con una escoba, debajo de la tierra batida la huella que permanecerá eternamente en uno de los laterales de la cancha.
"Hemos cumplido nuestros sueños y hemos construido rivalidades increíbles, pero de una manera bonita. Hemos demostrado que podemos luchar, pero siendo colegas y respetándonos mucho. Para mí significa todo que estén aquí. Es un mensaje al mundo: podemos ser amigos a pesar de una gran rivalidad", les dijo a Federer, Nole y Murray.
