La mirada argentina sobre la supremacía de los equipos brasileños
Fausto Vera, de Atlético Mineiro, analizó el fenómeno tras eliminar a River y clasificarse a la final de la Libertadores.
LOS EQUIPOS BRASILEÑOS se convirtieron en amos y señores de la Copa Libertadores y la final de la edición 2024 tendrá el color de esa nación. Atlético Mineiro eliminó a River tras una paliza en la ida por 3-0 y el empate sin goles en Núñez, mientras que Botafogo ya casi se aseguró un lugar al vapulear 5-0 a Peñarol, a falta de la revancha de este miércoles.
Un argentino que es figura del Galo, Fausto Vera, analizó el fenómeno de por qué los cuadros de Brasil se imponen con claridad y dio sus razones.
"Tenemos muchos partidos al año -detalló-, el cuerpo se acostumbra a otro ritmo. En Argentina a las 48 horas de jugar empezás el proceso de recuperación y en Brasil ya estás jugando un partido. Hoy mi cuerpo ya se siente bien por si mañana o pasado tenemos que volver a jugar. La competitividad es tremenda, debe haber entre 13 y 15 equipos con historia que pelean y que si no se refuerzan, sufren mucho. Es una liga muy linda y exigente. Tal vez ahí se explica esa marcha más que mostramos en esta serie".
El ex Argentinos Juniors que llegó al plantel de Gabriel Milito tras su paso por Corinthians amplió su explicación en ESPN: "Acá se cambia todo el equipo y allá nosotros vemos eso y nos parece raro porque cuatro días para nosotros es un montón. El domingo tenemos la primera final con Flamengo de la Copa de Brasil; el miércoles, Brasileirao y el sábado siguiente la segunda final. Es una seguidilla muy intensa a la que te adaptás".
Acerca de los duelos contra el Millonario y los problemas previos al partido en el Monumental, Vera dijo que "sabíamos con lo que nos íbamos a encontrar. No está bien que pasen esas cosas pero eso se normalizó. Vinimos preparados: nos tiraron los fuegos artificiales y usamos tapones que nos dieron para que no nos molestara el ruido. Yo pude dormir pero otros compañeros no. Estábamos tranquilos y focalizados en lo que teníamos que hacer".
"Hicimos la diferencia en casa donde somos bastante fuertes. Sabíamos con lo que íbamos a encontrarnos acá y que la gente estaba ilusionada con una remontada. Hubo cero relajación y cero disfrute hasta no terminar los 180 minutos", continuó.
Y reveló que "el planteo fue adaptarse a lo que sentíamos que River iba cambiando. No sabíamos bien cómo iban a jugar hasta último momento, si lo hacían en rombo o con dos delanteros. Había que ir entendiendo el partido y al final nos atacaron un poco más de lo que esperábamos y queríamos. No salimos pensando en defendernos nada más. Nos costó un poco salir por la energía de ellos en los primeros minutos, eso nos hizo replegar y pegar las líneas y nos quedaba un poco largo el campo".
Sin embargo, concluyó, "estábamos muy tranquilos y preparados mentalmente. Cuando un equipo saca una diferencia tan abultada puede relajarse un poco y salir desconcentrado. Desde ese lado sabíamos que no podíamos regalar nada por la grandeza de River".