Conmebol Libertadores

Marcelo Gallardo, ¿el único héroe de River en este lío?

Sobre la espalda del DT no lucirá la número 10 como en sus tiempos de jugador, pero se depositará el peso de la fe ciega de los hinchas ante la falta de argumentos futbolísticos.

Por Adrián Wowczuk ·

29 de octubre de 2024

RIVER Y MILAGRO son dos palabras que funcionan como sinónimo en los últimos días ante la necesidad de una labor fuera de lo común para dar vuelta la aciaga historia de la semana pasada cuando Atlético Mineiro le asestó un 3-0 con gusto a KO en la Copa Libertadores.

A juzgar por los rendimientos del equipo, la goleada en contra sorprendió pero no tanto. Desde su arribo a Núñez para protagonizar su segundo ciclo, hace tres meses, apenas se vieron atisbos de la gloriosa marca registrada de Marcelo Gallardo.

El Muñeco volvió para arrasar y ese espíritu lo cubrió todo en la atmósfera riverplatense. Su vuelta fue unánimemente considerada como el mejor refuerzo que podía haberse concretado tras la errática recta final de Martín Demichelis, sin contar el concurso de campeones mundiales como Germán Pezzella y Marcos Acuña o figuras de la talla de Maxi Meza y Fabricio Bustos, a quienes sedujo el llamado del Muñeco y no dudaron en llegar.

Pero la cosa, como el propio DT lo reconoce, todavía "no fluyó" y en un solo partido deberán verse mejoras radicales para intentar ganar por más de tres goles. Gallardo es optimista, pero también realista. Por eso cuando alguien le recordó su propia emblemática frase de 2018, "Que la gente crea porque tiene con qué creer", prefirió bajar los decibeles y no caer en arrestos declamatorios.

 

 

Sin embargo, con el correr de los días se subió a la cuestión de fe y manifestó tras el 0-0 con Defensa: "Me dirán que es difícil, pero vamos a intentar generar un estímulo para que suceda. La gente nos va a empujar y a inyectar para que vayamos por la épica. Lo de Brasil fue un cachetazo".

 

Esa convicción debe haberse alimentado de manera muy fuerte cuando en el anochecer del lunes se asomó al balcón de la concentración en el Monumental como un estadista que sale a saludar a su pueblo. Se conmovió por el clamor de miles de hinchas autoconvocados que depositaron en sus manos las llaves del Reino una vez más para que los transporte a la locura de las victorias heroicas y los haga transitar por los andariveles de la épica.

 

Imagen La enorme espalda de Gallardo para absorber presiones y buscar el milagro de River.
La enorme espalda de Gallardo para absorber presiones y buscar el milagro de River.
 

¿Qué hubiese pasado si no estuviera al frente Gallardo? ¿Se hubiese dado esta demostración de amor multitudinario e incondicional, sólo sustentada en los argumentos intangibles de la fe en un líder? 

La espalda de Marcelo Daniel Gallardo es enorme, pero en la noche del martes 29 de octubre de 2024 no lucirá el número 10 de excelsas jornadas alimentadas por su fútbol. Soportará el peso de 86.000 almas en el Monumental y de millones de corazones ilusionados que se diseminan por toda la Argentina. Confían en la fuerza de su idolatrado faro, ese que metió la mano en el bolsillo y no encontró respuestas futbolísticas pero sí un papel con aquella vieja frase de hace seis años escrita con letras de gloria: "Que la gente crea".