¡Habla memoria!

1971. Suñé, Capitán de Boca

Heredero de la cinta que dejó Rattín, Rubén José “El Chapa” Suñé cuenta sobre los requisitos y las particularidades de llevar el brazalete de uno de los clubes más importantes del mundo.

Por Redacción EG ·

03 de abril de 2019

Hay mil sensaciones en la Bombonera. Mil sensaciones que recorren todo el estadio, que vibran de ansiedad, que juguetean inquietamente dentro de esa caldera encendida que es el Jugador Número Doce. Los petardos, las banderas, largas banderas que se agitan al compás del clásico estribillo. "Sí, sí señores, yo soy de Boca..." Hay más cánticos. Hay más petardos. Hay más banderas. Las miradas se clavan en la boca del túnel. Los fotógrafos se arremolinan formando un abanico. ¡Está por salir Boca! Algunos pibes le dan la señal a la tribuna. El estadio parece moverse, parece estallar, mientras la apoteosis de papelitos blancos invade el ámbito como si fuera una gigantesca función de fuegos artificiales...

 

Imagen Suñé y Meléndez, jugadores que pasaron a ser históricos en Boca Juniors
Suñé y Meléndez, jugadores que pasaron a ser históricos en Boca Juniors
 

Rubén José Suñé es el primero en asomar, el primero en enfrentar a ese espectáculo. Es el capitán. "Uno experimenta una verdadera conmoción interna cuando comienza a subir por la escalerilla del túnel y se encuentra con todo eso. Claro, a medida que pasan los años se va acostumbrando. Pero no deja de ser un impacto de renovada emoción todos los domingos. ¿La piel? Sí, se me pone como piel de gallina... Y hay cosas que uno no puede olvidarse nunca. El año pasado, cuando jugamos el partido contra River en que nos clasificamos campeones del Nacional, asistí al recibimiento más emocionante, más escalofriante, diría. Aquello fue la locura, algo fabuloso... Y personalmente no puedo ocultar el orgullo que siento al salir a la cancha con el brazalete de capitán. Porque en cierta manera representa el símbolo de Boca, el símbolo de un club muy famoso y muy querido, además de ser el representante de todos mis compañeros. El cargo de por sí está significando un consentimiento por parte del equipo, una ratificación de amistad, una prueba de que hay aprecio, de que se es buen compañero, de que se tienen condiciones morales. Y como esta estima no es de ahora sino que viene de antes, como sé que hay sinceridad, la distinción que me dieron mis compañeros me representa un halago enorme. Máxime en una institución que es conocida en todo el mundo y teniendo yo nada más que 23 años...”

"¿Cómo me designaron? Fue en pleno partido, consecuencia de un hecho accidental. El capitán era el Tano Roma, que había sucedido a Rattín. Jugábamos contra Platense en nuestra cancha, era por el campeonato Nacional del 69, cuando en un salto sobre Subiat el Tano se fractura un dedo de la mano. Tuvo que salir y entonces había que designar un capitán. La iniciativa la tomó Ovide y me dio el brazalete, porque yo era el más antiguo en el club de los que estábamos jugando y por-que me llevaba muy bien con todos ellos. Después los muchachos me confirmaron y Di Stéfano dio su aprobación. "Vas a tener el timón de los muchachos", me dijo.

 

Imagen «El Chapa» tuvo dos períodos en Boca. De 1967 a 1972 y desde 1976 a 1980.
«El Chapa» tuvo dos períodos en Boca. De 1967 a 1972 y desde 1976 a 1980.
 

“Llegué a Boca a fines de 1958. Un tío mío, Juan Suñé, me presentó a Juan Evaristo y después de probarme en el potrero "Carcarañá", es donde ahora está el Barrio Catalina, quedé en la división de los más chiquitos. Hice la escala progresiva de las inferiores y en el Metropolitano de 1967, en un partido contra Colón de Santa Fe, debuté en la primera. En las inferiores —creo que en cuarta y en quinta— algunas veces fui capitán, pero nada más que en casos ocasionales, para reemplazar momentánea-mente al titular."

 

"¿Qué es, qué hace el capitán de Boca? Quiero aclararlo, y a la vez esto servirá para mostrar el clima de cordialidad que se vive dentro del plantel, que yo SOY UNO MAS entre los jugadores. Alguien que tiene un cargo, pero que actúa como un amigo más, como un compañero más, porque Boca es una familia y su capitán no puede desempeñarse de otra forma, no puede ponerse en personaje... ”

“Si hay algún problema entre nosotros (¿en qué familia no los hay?) siempre lo arreglamos en nuestro ámbito, de jugador a jugador, sin darle divulgación y sin derivarlo a la parte directiva. Nunca tuve inconvenientes, ninguna situación enojosa —y esto quiero aclararlo también—, porque todos los muchachos están muy bien ubicados y cada uno sabe lo que tiene que hacer.”

"Como primera medida el capitán tiene que llevarse bien con todo el mundo. Después, el plantel debe respaldarle en la confianza y recíprocamente el capitán tiene que confiar en sus compañeros. Y por último su misión lo obliga a ser permanente hombre de contacto entre jugadores y cuerpo técnico, entre jugadores y directivos. Y hay una serie de tareas no específicamente futbolísticas, pero que hacen a la vida del jugador, donde hay que estar atento y preocuparse para corresponder los pedidos de los muchachos, así ninguno entra a la cancha con la cabeza pensando en otra cosa. Averiguar sobre el pago de los sueldos, hablar en nombre del plantel cuando surge algún problema económico (afortunadamente en Boca no los hay), ver a los dirigentes, diligenciar en Agremiados asuntos de contrato, facilitar la tarea al periodismo cuando necesitan la presencia de determinado jugador... Pero no todo se reduce a lo material sino que existen otros hechos donde el capitán también debe estar presente como eje y voz cantante del plantel. Y es en la vida de relación del grupo, en el fortalecimiento de su vinculación espiritual. En Boca siempre festejamos los cumpleaños. Cuando estamos concentrados aprovechamos para agasajar a los que cumplieron años en esa semana, y entonces yo soy el encargado de preparar todo; la comida, los regalos... Es una forma más de juntarnos, de quebrar la monotonía de una concentración, de robustecer la unidad. "¿Problemas de disciplina? Si alguien está equivocado lo resolvemos conversando, de amigo a amigo. Pero ya lo dije que en Boca todos sabemos el lugar que tenemos y la vida interna es totalmente fraternal."

 

Imagen Suñé sale a la cancha con la cinta de Capitán
Suñé sale a la cancha con la cinta de Capitán
 

"Y hay cosas muy gratas, muy lindas, que siempre dan satisfacción, que se hacen recuerdos eternos. Cuando fuimos a jugar a Mónaco, Rattín en su carácter de capitán de Boca fue invitado a compartir la mesa con el príncipe Rainiero. A mí, particularmente, me causó gran orgullo esa distinción que le hacían al Rata, porque considero que es un alto honor que nuestro capitán haya sido invitado por una personalidad mundial. No hace mucho en Salta la emoción fue para mí. Un hecho simple, pero por eso muy emocionante, quizás más que las cosas grandes. Una señora me entregó espontáneamente un ramo de flores felicitando en mi nombre, como capitán, a todo el plantel. Y muy especialmente porque su cumpleaños coincidía con el de mi madre... Lo nombré a Rattín y quiero mencionar algo que también es un reconocimiento: prácticamente yo aprendí a ser capitán viéndolo actuar a él. El Rata ha sido un ejemplo por su rectitud, por su disciplina, porque en todo momento demostró su calidad de buena persona. Y siempre fue un gran consejero: "¡Ojo con pasarse! El deportista, si quiere llegar, tiene que cuidarse mucho y conservar su humildad. Nada de mareos..."

 

SIN BRAZALETE

En el Metropolitano no anduve bien. Ni en la marca ni yéndome al ataque, ni en nada... No sé qué me pasaba. Quería hacer una buen y no había caso, no me salía ninguna. Me faltaba un poco de todo. Es muy difícil encontrar un motivo, porque yo mismo quería hallar una explicación y no la tenía. No era por falta de fe ni por problemas físicos. Tampoco eran nervios, porque siempre soy muy nervioso fuera de la cancha y muy tranquilo cuando estoy adentro. Quizás me haya faltado hacer un gol, pero no sé... En el Nacional levanté mucho y considero que jugué bien en los dos partidos finales,  cosa que es muy importante. Creo que éste fue mi mejor Nacional, aunque sigo pensando que el Metropolitano del 69 fue el torneo donde mejor anduve. A Boca, en general, le ocurrió lo mismo que a mí. Con relación al Nacional del 69 hubo una baja (cincuenta por ciento, por lo menos) en el rendimiento de la mayoría de los jugadores, tuvimos varias lesiones y suspensiones que impidieron formar un equipo estable o conservar el que había salido campeón, pero nuestra gran contra fue la ausencia del Tano Novello. La prueba la da que también en el 69, cuando no jugó Novello los últimos partidos del campeonato, el equipo bajó mucho... Era el acople ideal entre Madurga y Orlando Medina. Pienso que después de Pelé está Novello. Y esto no es una exageración ni cosa por el estilo. El Tano es un jugador que hace cualquier cosa. Tiene habilidad, es inteligente, es tocador, es goleador, es «limpiador» de cancha, se tira atrás, llega bien arriba, además de ser un pibe sensacional... Y lo repito: para mí, DESPUES DE PELE ESTA NOVELLO... Gracias a Dios se está recuperando cada vez más y muy pronto volverá a ser el de antes. Entre el Boca 69 y este que acaba de salir campeón existe una diferencia: hace un año ganábamos y gustábamos; ahora no gustamos, pero ganamos... Y yo prefiero ganar siempre. Claro que ahora ya estamos enteros otra vez, fortificados, y pienso que vamos a volver a ese gran nivel del 69. Y con Novello. La Copa ya no podemos dejarla escapar..."

 

Imagen El saludo entre los dos capitanes, aquí con Pipo Ferreiro. "Esa vez River nos cambió la costumbre de atacar sobre el arco que da a Brandsen en el primer tiempo..."
El saludo entre los dos capitanes, aquí con Pipo Ferreiro. "Esa vez River nos cambió la costumbre de atacar sobre el arco que da a Brandsen en el primer tiempo..."
 

"El sorteo de los arcos es otro de los «trabajos» de un capitán. Cuando jugamos en nuestra cancha siempre atacamos en el primer tiempo sobre el arco que da a la calle Brandsen. Es decir que Roma se ubica apenas entramos a la cancha en el otro arco. De esta manera el segundo tiempo lo jugamos atacando sobre el arco que da a las piletas y sobre la tribuna donde precisamente está el grueso de nuestra hinchada, cosa que psicológicamente representa una gran presión en nuestro favor... Ya es una costumbre y en el sorteo con la moneda nunca tengo una cábala determinada para decir «cara» o «ceca»: siempre elijo lo que se me ocurre en ese momento. Pero este año, cuando jugamos con River a la mañana por el Metropolitano, ellos ganaron el sorteo y especularon haciéndonos jugar al revés... Vélez también nos quiso hacer lo mismo en el último partido que jugamos. Entraron primeros a la cancha y comenzaron a hacer precalentamiento en el arco que da a las piletas. Después entramos nosotros y fuimos al mismo arco, como de costumbre. Pero nadie quería aflojar y entonces los dos equipos se quedaron practicando en el mismo arco... Llegó el revoleo de la moneda, y como gane el sorteo se tuvieron que ir al otro arco… De visitante no hay nada estudiado. Jugamos según lo que nos toque."

Algunas caras se asombran, muestran un dejo de incredulidad. "¿Cómo, Suñé es el capitán de Boca?" Les cuesta asociar esos 23 años con una investidura que les suena a severidad, a mano fuerte. Suñé se encuentra muy seguido con estos comentarios. Pero en su orgullo de ser destinatario del legado de Rattín no deja de decir siempre lo mismo: "Yo soy uno más en el grupo, porque Boca es un equipo de amigos... ¡Y qué lindo es ser capitán de Boca!"

Por O.R.O