¡Habla memoria!

1959. Se fue Arturo Forrester; aquí queda un taponazo.

EL GRÁFICO despedía a una leyenda del fútbol de principios del siglo pasado. En 1904, Arturo Forrester fue el primer futbolista argentino que jugando para Belgrano Athletic Club le convirtió un gol a un conjunto inglés, el Southampton.

Por Redacción EG ·

21 de marzo de 2019

Hace dos años presentamos su ya anciana estampa, recordando que a Arturo Forrester aún se le debía una medalla que alguna promesa muy criolla le hiciera al convertir, en aquel 1904 de nuestro "football" (después vino nuestro fútbol...), el primer gol argentino ante uno de los tantos equipos británicos que llenaban nuestras redes por fracciones de docenas y docenas también. Fué Arturo Forrester el primer argentino que batió una valla extranjera, la del Southampton, en el partido que el 6 de julio de aquel año librara con su equipo del Belgrano Athletic Club, el mismo al que vivió ligado hasta el último de sus días a través del golf, criquet, tenis, natación.

Imagen La última fotografía que El Gráfico le tomara a don Arturo Forrester,en 1957.
La última fotografía que El Gráfico le tomara a don Arturo Forrester,en 1957.

Arturo Forrester se ha marchado de este mundo sin aquella medalla. Pero en estas circunstancias es cuando más se afirma el episodio que ya no necesita de aquel testimonio. Es ahora cuando más queda en los anales de la historia del fútbol argentino aquel taponazo hecho gol, pero mucho más que gol hecho historia, porque su autor se incorpora desde hoy a aquella legión de los inmortales del fútbol, que integrara con las ilustres personalidades de los Brown, Ratcliff, Watson Hutton, Dickinson, Harry Hayes o Viale.

Imagen De la inolvidable "Caras y Caretas" es esta caricatura de Arturo Forrester en 1904, publicada como la primera en su género por la tradicional revista porteña en homenaje al autor del primer vencedor de un arquero extranjero: Clawley, del Southampton.
De la inolvidable "Caras y Caretas" es esta caricatura de Arturo Forrester en 1904, publicada como la primera en su género por la tradicional revista porteña en homenaje al autor del primer vencedor de un arquero extranjero: Clawley, del Southampton.

Ilustres por algo más que sus grandes hazañas deportivas. Por una personalidad que cada uno supo asociar al señorío natural de cada uno. Ilustres Porque de su siembra se recogió un germen generoso, no menos generoso por desnaturalizado que haya sido en nuestros días, puesto que justamente del ejemplo de aquella pléyade de próceres del fair play nos queda el derecho de exigir que las generaciones de hoy imiten a un Arturo Forrester en algo más importante que su manera de jugar: su manera de comportarse.

 

EL GRÁFICO - 1959