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FRANCISCO CERÚNDOLO, EL BILLY THE KID QUE NO PARA DE SOÑAR EN BUENOS AIRES

El jugador de 22 años superó a Albert Ramos en tres parciales y se metió en la final del Argentina Open. Las sensaciones propias de una familia que respira deporte y las diferencias de estilo con su hermano Juan Manuel.

Por Pablo Amalfitano ·

06 de marzo de 2021

FRANCISCO CERÚNDOLO tiene la sensación de soñar despierto. Pero los sueños, en algún momento, se materializan. "Es mi torneo favorito, lo vengo a ver desde muy chiquito. Todavía no caí del todo, mañana tengo una final, pero ya habrá tiempo para festejar", dijo minutos después de superar 7-6 (5), 3-6 y 6-2 al español Albert Ramos y clasificarse a la final del Argentina Open, la primera de calibre ATP en su carrera.

Apenas una semana luego de la sorpresiva consagración de su hermano menor Juan Manuel Cerúndolo en el Córdoba Open, el jugador de 22 años se las ingenió para disparar bombas desde cada parcela de la cancha y hacer su propio camino en el mítico Buenos Aires Lawn Tennis Club: superó la clasificación, se aseguró su lugar en el cuadro principal del ATP de Santiago como special exempt, quedó al borde de entrar a Roland Garros y jugará la final frente a Diego Schwartzman, quien derrotó 6-0 y 6-4 al serbio Miomir Kecmanovic, entrenado por Nalbandian.

"Jugar contra Diego será un orgullo; va a ser mi primer partido contra un top 10 en una final cien por cien argentina, con un campeón local asegurado después de varios años", expresó, emocionado por el momento que le toca vivir. Con esta victoria se aseguró quedar, al menos, 112° del mundo la semana próxima; en caso de conquistar el título alcanzaría el objetivo primordial de todo tenista en proceso de inserción y crecimiento en el circuito grande: meterse en el top 100 -llegaría al puesto 97-.

 

Imagen El festejo de Cerúndolo. Foto: Argentina Open
El festejo de Cerúndolo. Foto: Argentina Open
 

"Fue durísimo, muy largo, muy intenso, con muchos rallies. Ramos llegó a todas las pelotas, no me regaló un punto, pero lo pude sacar adelante", analizó Cerúndolo luego del choque frente a Ramos, cuya dificultad pudo desactivar gracias a los misiles que soltó para desbordarlo en los momentos calientes.

El mayor de los Cerúndolo tiene un estilo ofensivo que se sostiene en el poder de fuego y en el palo y palo. La velocidad de pelota que imprime, sobre todo con su drive, resulta incontenible para la mayoría de sus rivales desde que iniciara un gran sprint de fin de año con tres títulos Challengers, prolongado en el arranque de esta nueva temporada ya en el nivel ATP. "En este torneo vengo de menos a más: arranqué más o menos y ahora jugué los mejores partidos de mi carrera; la clave fue la cabeza, el tenis apareció con el correr de los días y en los últimos partidos aumenté mucho el nivel", expresó.

Su padre Alejandro "Toto" Cerúndolo, quien fuera 309° como tenista en 1982, entrenador de varios jugadores encumbrados y capitán de Fed Cup a fines de los '80, se emocionó al escuchar que las preguntas venían de parte de El Gráfico: "Qué grande El Gráfico; si lo habré comprado; me devolviste un rato a la infancia, me dijiste El Gráfico y me enterneciste”.  A su hijo Fran lo llama Pistolero o Billy The Kid, en referencia al legendario vaquero estadounidense: "Sus partidos son como en los pueblos en los que no queda nadie en la calle, están él y el rival, y hay un cartel que dice “dead or alive”: Fran y el otro a los tiros, esquivando balas, y gana el que mete el último balazo. La vida de Fran es la de un pistolero: sabe que tiene mucho poder de fuego y lastima siempre que golpea”.

 

Imagen El festejo de Francisco Cerúndolo. Foto: Argentina Open
El festejo de Francisco Cerúndolo. Foto: Argentina Open
 

En diálogo con este medio, Toto detalló cuáles son las principales diferencias en el juego de sus dos hijos. Por un lado está Juan Manuel, el flamante campeón de Córdoba, a quien lo llamó Hannibal Lecter durante la última semana porque les come la cabeza a sus rivales; por el otro aparece Francisco, quien buscará este domingo emular a su hermano en el Court Central Guillermo Vilas. “Juanma juega un tenis más universal, una forma de juego de mi época, de los ’70 y los ’80: mezcla y tira, es como un cirujano, te va operando, es un ajedrecista. Con Juanma no podés equivocarte un milímetro porque tiene una cabeza que es una piedra y te come. Es un contragolpeador", dijo por su hijo de 19 años. En relación con el mayor, de 22, describió: “Fran es un jugador más moderno por el toma y daca que genera, no especula en nada. Es muy inteligente pero te somete a una velocidad muy alta. Hoy Fran podría estar a la altura de jugadores como Rublev o Auger Aliassime, con buen tamaño y un tenis ofensivo constante".