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Campazzo: Los mejores del 2013

En el Premundial de Caracas tuvo picos de altísimo nivel y fue decisivo en la clasificación de Argentina para el Mundial de España 2014. Definitiva consagración como base en la Selección Nacional. Campazzo es el primer nombre firme para el recambio de la Generación Dorada. Ya fue campeón de tres Ligas Nacionales.

Por Redacción EG ·

15 de diciembre de 2013
 Nota publicada en la edición de diciembre de 2013 de El Gráfico

Imagen CAMPAZZO brilló en la Selección y asegura un recambio de jerarquía.
CAMPAZZO brilló en la Selección y asegura un recambio de jerarquía.
 Lo están siguiendo de la NBA. Es el mejor testimonio para graficar la trascendencia que se ha ganado el joven base cordobés Facundo Campazzo.

En el 2013 con nuestra Selección Nacional se adjudicó el torneo de Guangzhou de la 9ª Copa Stankovic, fue medalla de bronce en el Premundial de Caracas y consiguió la clasi ficación para el 17º Campeonato Mundial de España 2014. A nivel individual, lo eligieron en dos equipos ideales, en Lanzhou y en Caracas, y ratificó una excelente tradición argentina al encabezar la tabla de asistencias del Premundial (6,2 de promedio), superó a jugadores reconocidos como el canadiense Cory Joseph, los puertorriqueños José Juan Barea y Carlos Arroyo y el venezolano Donta Smith, todos con paso por la NBA.

El scouting, la observación de los ojeadores, el seguimiento con el análisis de las estadísticas, es una práctica del básquetbol que está impuesta en todo el mundo. Terminado el Premundial de Caracas, Greivis Vásquez, venezolano ahora en Sacramento Kings, también armador, que no pudo jugar la competencia por una lesión en el tobillo derecho, lo buscó a Facundo y le dijo: “Mirá que te están siguiendo… Vos podés jugar en la NBA y yo creo que te conviene ir directamente allí antes que a Europa”. Facundo también interesó a “FIBA Daily Newsletter”. La página web informativa del organismo internacional del básquetbol le dedicó una nota que tituló “Argentina–Campazzo, el pasador”. Se destacó: “El ha sido brillante, astuto, valiente y heroico”.

Además del pasaporte mundialista, en el Poliedro caraqueño, Argentina fue primera en las tablas estadísticas en mayor cantidad de puntos convertidos (83,2 de media) y en más número de asistencias (18,3 por encuentro). También lideró en rubros que históricamente rara vez lo hizo, en ambos de mejores porcentajes en efectividad de lanzamientos, en tiros de dos puntos (con 55,1 %) y en triples (39,2 %). Es vital para haber llegado a estos logros que el juego de equipo haya sido colectivo, aceitado y solidario. La primera puntada y la guía siempre dependen del base. Y en este aspecto, Campazzo vivió su consagración indiscutible en nuestra Selección Nacional.

Los registros individuales de Facundo por partido en esta oportunidad fueron: 29,2 minutos – 13,5 puntos – 2,8 rebotes – 6,2 asistencias – 41,9 % de efectividad en triples.

Como diría el inolvidable Ringo Bonavena, a nuestra Selección le “sacaron el banquito” contra Venezuela a 5m 14s del final en la primera fase: Luis Scola debió salir por cinco faltas personales cuando se perdía 66-63. Pero ante tamañas ausencia y circunstancia, el equipo compensó con coraje, inteligencia, decisión y carácter impulsado por Campazzo. Argentina ganó 77-71.

Ante Canadá, históricamente, nos costó ganar. Este último partido de la segunda ronda era definitorio. La pequeña sociedad Scola-Campazzo, como calificaría el Flaco Menotti, jugó los 40 minutos y fue gravitante para imponerse 73-67, logrando ahí la clasificación al Mundial. Manu Ginóbili escribió en twitter: “Facu, una máquina”.

El cierre por el bronce contra República Dominicana, que antes había vapuleado a Argentina por 19 puntos, significó una actuación monumental del cordobés: 31 puntos (récord personal en partidos de Selección y Liga Nacional), 11 asistencias y 4 rebotes. Triunfo por 103-93. “Siempre dejo todo”, comentó Campazzo, sin que hiciera falta…

Imagen CORAZON. "Es tan grande que no le entra en el pecho", lo elogió el entrenador Lamas.
CORAZON. "Es tan grande que no le entra en el pecho", lo elogió el entrenador Lamas.
Confesiones para comprenderlo mejor
Facundo Campazzo tiene 22 años, ya que nació en Córdoba el 23 de marzo de 1991. León Najnudel siempre advertía que la etapa de madurez de un jugador en el básquetbol llega a los 28 años. Si ahora ya sorprende, repárese en el camino que todavía le falta recorrer… Así piensa y siente:

“El torneo de Caracas en lo personal me sirvió un montón y, además, me tocó jugar mucho (fue el segundo del plantel en tiempo jugado, 292 minutos contra los 314 de Scola). Tener roce internacional es muy necesario. Intenté aprovecharlo al máximo, sacándole el mayor jugo posible”.

“Mi deseo es ir a jugar afuera más adelante. Es un desafío. Pero eso es futuro y todavía no lo pienso. Yo estoy en el día a día. Para poder irme necesito terminar bien esta temporada con Peñarol de Mar del Plata”.

“Igual con el Campeonato Mundial. Tranquilos, falta mucho. Primero espero estar en la Preselección para ganarme un lugar. Vivo el presente, tratando de mejorar siempre y de ser mejor profesional”.

“Todavía tengo mucho que aprender. Cada vez debo ser mejor base, armador de juego y entrenador en la cancha. No es fácil. Una de mis principales características es ser explosivo y yo necesito estar más tranquilo, no volverme loco, para tener mejor lectura de lo que pasa en la cancha. Debo madurar mucho en mi juego y sé que no lo voy a conseguir de un día para el otro”.

“La lectura de juego es fundamental. Hay que saber cuándo se tiene que jugar rápido y cuándo lento. Por mi forma de ser, con tendencia a la velocidad, me cuesta mucho en nuestra Liga Nacional darme cuenta de esas lecturas”.

“Luis Scola es un líder positivo tanto dentro como fuera de la cancha. Tratamos de aprovecharlo al máximo. A los más jóvenes nos tranquilizó y nos quitó presión. Con Luis se aprende constantemente por su profesionalismo, por sus ganas de entrenar y por su actitud de mejorar siempre al compañero que tiene al lado”.

“Generación Dorada hubo una sola. Son las bestias que pusieron a la Argentina en lo más alto. Ahora hay jóvenes con potencial y se debe tener paciencia. No va a ser fácil. Las ganas están y, humildemente, nos encontramos trabajando muchísimo. Tenemos que copiar en lo posible a ellos todo lo que hicieron para llegar donde llegaron”.

El ojo clínico
El ojo clínico lo tuvo Osvaldo Mario Echevarría, el Negro, entrenador de las divisiones formativas de Peñarol de Mar del Plata. Lo invitó a Facundo a una prueba y para que conociera el club de La Feliz. Así llegó. Después desembocaría en su ascenso vertiginoso y en este presente pletórico.

Fue en octubre de 2006. Se jugó en Mar del Plata el cuadrangular de la zona Centro de la Liga Nacional Juvenil. Facundo participó como integrante de Unión Eléctrica de Córdoba, que terminó en el tercer lugar. Sin embargo, al Negro Echevarría ese cordobesito petisón de 15 años y de brazos largos le llamó la atención. Su actuación fue de menos a más. “Me gustó su chispa, su explosión, su lucidez y que era un caradura…”, explicó frente a la curiosidad.

Hoy, siete años después, Echevarría resume: “Sería parcial si reducimos lo de Campazzo a que fue tocado por la varita. Porque lo suyo se apoyó en el trabajo y el sacrificio. Tuvo mucho entrenamiento y mucho esfuerzo. Le vivía exigiendo fundamentos y ejercicios de piernas, y Facu respondía sin quejarse. Llegó a practicar cuatro veces por día. Hace poco se cruzó con reclutados de un campus que hicimos en Peñarol, y su recomendación fue: ‘Chicos, no dejen de entrenar con intensidad y responsabilidad’. Me llenó de orgullo…”.

Campazzo había surgido en el club Municipalidad de Alta Córdoba de la capital cordobesa. Varios entrenadores contribuyeron a su formación. Aprendió con Roberto Dall’ Amore. Es el mismo que, siendo compañeros de Educación Física, enderezó la vocación de Rubén Magnano –futuro campeón olímpico– para que se dedicara a la dirección técnica. Siguió con Sixto Enrique, Cristian Pons y los hermanos Mario y Sergio González.

El último toque técnico, el necesario para hacer cumbre, lo puso Sergio Santos Hernández. Lo llevó a Primera División, lo mantuvo, le dio confianza y posibilitó que festejara un triplete de títulos con Peñarol en la Liga Nacional. “Supera todos sus techos a más velocidad de lo normal. Mide 1,79, pero en la cancha juega como si tuviera 2,00 metros”, graficó el bahiense.

Imagen AFECTO. Prequeña sociedad. Luis Scola abraza a Campazzo con gesto paternal y agradecido.
AFECTO. Prequeña sociedad. Luis Scola abraza a Campazzo con gesto paternal y agradecido.
Galería y futuro
En los últimos cuarenta años, nombres ilustres pasaron por la conducción de nuestra Selección Nacional: cronológicamente, Carlos Pellandini, Alberto Cabrera, Eduardo Cadillac, Miguel Cortijo, Marcelo Milanesio. En el ciclo de la Generación Dorada: Pepe Sánchez, Alejandro Montecchia y Pablo Prigioni. Facundo Campazzo se encuentra listo para tomar la posta.

De esos ocho nombres inolvidables, siete estaban dentro del perfil que podemos caratular como “cerebral”, lo que no quita que también hayan tenido toques de explosión, como Cadillac. El de la línea explosiva fue Montecchia. Ahora ha surgido otro exponente con este estilo.

Autoanálisis de Campazzo: “Trato de mirar a todos los bases, sean de mi característica o no. Quiero sacar las cosas buenas de todos. Yo tengo una identidad de juego que me trajo hasta acá y debo agregarme cosas, pero nunca dejar mi identidad. Cuando Tato Rodríguez dejó de jugar en Peñarol por razones de salud, quedé de titular. Empecé queriendo jugar como Tato, pero no era Tato. Error, no funcioné. Me di cuenta de que debía ser yo…”, fue la reflexión de Campazzo, quien remata: “Pese a que somos de características distintas, mi base ideal es Pablo Prigioni”.

Julio César Lamas, el entrenador nacional, por su parte, nos entregó este perfil: “Es un jugador con una energía diferente, gran mentalidad y muy competitivo. Es valiente, no le tiene miedo a nadie. Juega muy concentrado y con desfachatez. Es fuerte, rápido, tiene ambición y ganas de aprender. Sabe pasar y es más inteligente que la fama que tiene. No sé cuál es su techo. Creo que puede jugar en la NBA. Por su estilo, sería mejor que fuera directamente a Estados Unidos, si es posible”. Campazzo es representado por Villanueva, Raffaelli Producciones, de vasta experiencia en la materia. Chocolate Raffaelli, ex notable jugador y uno de los propietarios de dicha agencia, redactó este e-mail a El Gráfico: “Con la NBA todavía no hay nada concreto. A Facundo lo están conociendo y prestando atención recién ahora. En el Premundial de Caracas, compartí mucho con Maurizio Gherardini, quien estuvo como jefe de equipo de Canadá. Es un hombre con gran conocimiento del básquetbol internacional por haber sido general manager de la Benetton Treviso en Italia y de Toronto Raptors en la NBA. Se fue realmente asombrado de Campazzo. Un día me dijo: ‘Hoy Facundo los llevó a pasear de la mano como llevás a los chicos al colegio’. Maurizio cree que Facundo podría dar el salto a la NBA sin antes pasar por Europa, no sería descabellado pensar en eso. De todas maneras, por cualquier eventualidad y para facilitar las cosas (ayuda más ser comunitario que extranjero), estamos iniciando los trámites para su ciudadanía italiana a través de su tatarabuelo Michele Doménico Campazzo, nacido en 1861 en la provincia de Alessandria (Piemonte). Si sigue así, progresando y su físico lo acompaña, seguramente el año que viene, equipos de Europa y de NBA van a estar muy interesados en él”.

Por: O.R.O / Foto: Marcelo Figueras