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RESIGNACION, SILENCIO, BRONCA Y ADMIRACION

Pato, el más joven, sacó la cara por sus compañeros y asumió la derrota al igual que Dunga, que quedó encantado con Messi. Ronaldinho, en cambio, no habló y algunos periodistas brasileños se lo quieren comer.

Por Redacción EG ·

19 de agosto de 2008
El 3-0 de Argentina sobre Brasil en las semifinales de los Juegos Olímpicos ya es historia. El equipo de Batista jugará por el oro y al de Dunga no le queda más consuelo que pelear por el tercer puesto. Sin embargo, el gran duelo sudamericano no se terminó con el pitazo final del uruguayo Martín Vázquez y, obvio, los que más están sufriendo el post partido son los pentacampeones del mundo. 
El joven Alexandre Pato, la gran promesa que juega en el Milan y que disputó algunos minutos de la semi, pareció el más maduro de todos los integrantes del plantel brasileño, no sólo porque fue la única estrella que se frenó a hablar con la prensa sino porque además reconoció la superioridad de los de Checho.
 
“Hace mal saber que no podremos luchar por la medalla de oro. Vinimos aquí para ganar el título y no podremos hacerlo”, se lamentó Pato, para quien “el hecho de haber perdido contra Argentina no hace la cosa más amarga. Sé bien cuál es la rivalidad que existe entre Brasil y Argentina incluso sin haberla vivido de manera profunda hasta ahora. En este caso pienso que se trató de un partido entre dos grandes equipos y que ganó el que jugó mejor”.
 
Los periodistas brasileños se quedaron con las ganas de charlar con Ronaldinho, la estrella máxima de este equipo, quien se marchó sin hacer declaraciones luego del control antidoping. Cuentan que en la zona mixta se escuchó a uno de ellos, muy pero muy furioso, pronunciar la siguiente frase: “Me hubiera gustado consultarle por qué motivo abrazaba así a Leo Messi al final del partido”…  
 
Dunga, por su parte, fue otro que aceptó la caída con altura: “En un partido el que marca el primer gol adquiere ventaja. Hoy Argentina jugó muy bien, nosotros habíamos venido por una medalla pero debemos asumir la derrota”. El DT brasileño, ahora más cuestionado que nunca, no se refirió ni a Agüero, autor de dos goles, ni a Riquelme, quien selló el resultado de penal, sino a Messi, según él “un genio dentro del campo que hizo que no funcionara la táctica que elegí para frenarlo”…