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Rivalidades: 16 duelos
El deporte se encargó de enfrentarlos y ellos hicieron y hacen disfrutar al público con su talento. Marcaron a fuego su época y dejaron una huella para el resto de los tiempos. Tan fuerte es lo que generaron que resulta imposible nombrar a uno sin pensar en el otro.
Nota publicada en la edición de agosto del 2012 de El Gráfico
Messi - Cristiano Ronaldo
EL DUELO lastima más a uno que a otro. Lo cierto es que están en las antípodas: Messi juega en el Barcelona, Cristiano Ronaldo en el Real Madrid; Messi es un chico de perfil bajo, petiso, que no cumple con los mandatos sociales vinculados a la bEl duelo lastima más a uno que a otro. Lo cierto es que están en las antípodas: Messi juega en el Barcelona, Cristiano Ronaldo en el Real Madrid; Messi es un chico de perfil bajo, petiso, que no cumple con los mandatos sociales vinculados a la belleza; Cristiano Ronaldo es fanfarrón, egocéntrico y tan preocupado por su estética que parece un modelo. Para herir al portugués, muchas hinchadas (entre ellas, la de la selección de España, cuando el rival es Portugal) le corean el apellido del argentino. “Me da igual que me comparen con él. No me importa nada. Mi personalidad y mi fútbol no tienen nada que ver con el suyo”, sostuvo Cristiano, que ganó el Balón de Oro en 2008 pero que a partir de ahí vio cómo el premio era para la Pulga. Esta temporada, el Real Madrid logró terminar con el reinado blaugrana en la Liga, pero para CR7 la fiesta no fue completa: el Pichichi fue Messi, que gritó cuatro goles más lelleza; Cristiano Ronaldo es fanfarrón, egocéntrico y tan preocupado por su estética que parece un modelo. Para herir al portugués, muchas hinchadas (entre ellas, la de la selección de España, cuando el rival es Portugal) le corean el apellido del argentino. “Me da igual que me comparen con él. No me importa nada. Mi personalidad y mi fútbol no tienen nada que ver con el suyo”, sostuvo Cristiano, que ganó el Balón de Oro en 2008 pero que a partir de ahí vio cómo el premio era para la Pulga. Esta temporada, el Real Madrid logró terminar con el reinado blaugrana en la Liga, pero para CR7 la fiesta no fue completa: el Pichichi fue Messi, que gritó cuatro goles más.
Graf - Sabatini
La disputa se extendió por una década: desde mediados de los 80 hasta mediados de los 90. Steffi Graf, número uno del mundo durante 277 semanas, nunca perdió su reinado a manos de Gaby, que llegó al tercer puesto del escalafón. De los 40 partidos que disputaron, la alemana se impuso en 29. La victoria de la argentina que resalta fue la que consiguió el 8 de septiembre de 1990, para quedarse con el título del US Open, su único éxito en un Grand Slam. En 1988 ganaron juntas el torneo de dobles de Wimbledon; y en 2005, ya retiradas, hicieron un par de exhibiciones. El mejor año de Gaby ante Steffi fue 1991, cuando solo perdió uno de los cinco encuentros que sostuvieron. Una de esas victorias sirvió para terminar con el dominio de Graf, que tuvo que dejarle la cima del ranking a Mónica Seles
Prost - Senna
Cuando Ayrton Senna llegó a la Fórmula 1, Alain Prost ya estaba allí. Se trataba de dos talentosos. El primer podio del brasileño en la categoría fue el segundo puesto en el Gran Premio de Mónaco, en 1984. Primero terminó Prost. En 1988 fueron compañeros de equipo en McLaren y se generó una relación simbiótica: la competencia con el otro los hacía mejores. Ese año lograron entre ambos 15 victorias en 16 carreras, incluyendo dos disputas inolvidables por el primer lugar en Portugal y en el Gran Premio de Japón, donde Senna consiguió una remontada increíble para coronarse campeón mundial. “Te echo de menos, Alain”, declaró el brasileño en una entrevista pocos días antes de su muerte. Prost mostró después de ese hecho que también eran amigos: “Cuando Ayrton murió, fue el final definitivo de mi historia en la F1. Parte de mí, murió también”.
Sampras - Agassi
Cortesía y rebeldía fue el juego de opuestos del mundo del tenis en la década de los 90. Pete, políticamente correcto, nació en Washington, mientras que Andre, fresco y atrevido, lo hizo en Las Vegas: los lugares de origen casi como una metáfora del antagonismo. Sampras ganó 64 títulos, dos más que Agassi, fue número uno por mucho más tiempo (286 semanas contra 101), computó cerca de 44 millones de dólares en ganancias, 12 millones más que su rival, y lideró el historial entre ambos: 20 triunfos y 14 derrotas. En finales, Pistol Pete se impuso en nueve y el Kid en siete. Pero claro, Agassi jugaba con shorts de jean, tenía el pelo largo y era dueño de un tenis más osado: la desfachatez cayó simpática en las masas. Ya adultos, Andre no fue contemplativo con Pete en su autobiografía. “Desearía poder emular su espectacular falta de inspiración y su peculiar falta de necesitar estar inspirado”, escribió. Y contó que una vez, un valet parking le dijo que Pete le había dado un dólar de propina.
Ali - Frazier
Tres peleas alcanzaron. La primera, el 8 de marzo de 1971, fue la más emblemática: Frazier llegaba invicto y Alí quería volver al estrellato después de años de suspensión por su negativa a ir a la guerra de Vietnam. En el Madison Square Garden, Joe fue el primer hombre en vencer al legendario Muhammad, el primero en derribarlo. Lo hizo después de 15 rounds. “Sólo perdí una pelea. Eso es todo. Las noticias no duran mucho tiempo. Un avión se estrella, 90 personas mueren, un día después ya no es noticia. Mi derrota no es tan importante como la muerte de 90 personas”, dijo Alí después. El ganaría los otros dos combates, el último en 1975. Al final del 14º round ambos estaban agotados. Eddie Futch, entrenador de Frazier, decidió tirar la toalla. “Fue lo más cerca de morir que estuve”, resumió Alí, que había llegado a catalogar a Frazier como “demasiado feo para ser campeón mundial de los pesados”. Cuando su adversario murió, el 7 de noviembre de 2011, Muhammad lo lamentó: “El mundo perdió a un gran campeón”.
Fischer - Spassky
El llamado Match del Siglo se disputó entre dos hombres que representaban la batalla entre dos mundos en plena Guerra Fría: el estadounidense Bobby Fischer de un lado, el soviético Boris Spassky del otro. El chico que prometía contra el campeón defensor, el capitalismo versus el comunismo: y un tablero de ajedrez de por medio en la neutral Reykjavik, capital de Islandia. Desde 1948 el campeón era soviético y el duelo se produjo el 11 de julio de 1972: terminaría el 1º de septiembre, cuando Spassky, que hizo algunas concesiones ante las quejas de su rival sobre el lugar del pleito, comunicó por teléfono que abandonaba la última partida. Fischer fue recibido en su país casi como un héroe de guerra. El duelo se reeditó en 1992 y tuvo al mismo ganador. Años más tarde, Bobby pidió asilo en Islandia para evitar ir a prisión en Estados Unidos. Moriría en 2008.
Bolt - Gay
Los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 se presentaban como el escenario para un nuevo duelo entre hombres veloces. El jamaiquino Usain Bolt, desfachatez y arrogancia, iba a pelear por ser el más rápido con el estadounidense Tyson Gay, callado y aburrido, y cuatro años mayor (ahora tienen 25 y 29, respectivamente). Bolt no falló: recorrió los 100 metros en 9"69, récord, y se llevó la medalla dorada, la primera de la historia para Jamaica. Gay ni llegó a la final: fue quinto en su serie de semifinales. Además, faltó por lesión a la prueba de los 200 metros, donde Bolt terminaría primero. “Soy fundamental para Bolt. Me necesita para ir más lejos. Sé que el atletismo es esto, duelos entre los mejores”, dijo Gay en 2010. En Londres habrá un tercero en discordia: Yohan Blake, otro jamaiquino que promete pelear con ambos.
Vilas - Borg
El tenis de los años 70 tuvo varios animadores, entre ellos el argentino y el sueco. Vilas lo corrió desde atrás: de los 22 partidos que disputaron, Guillermo ganó 5 y perdió 17. Entre 1975 y 1980, de hecho, no pudo festejar ante Björn Borg, a quien ya había enfrentado en los Orange Bowl de la década del 60. Vilas contó que se habían entrenado juntos para una de las finales de Roland Garros que disputaron: el sueco cambió la táctica, le ganó y Willy decidió no hablarle más. La victoria más recordada del argentino fue en Buenos Aires, en 1973: Borg iba ganando, pero se tropezó con la silla de un juez de línea. Cayó, se lastimó y abandonó. Björn ganó 64 títulos y fue número 1 del mundo durante 109 semanas. Vilas logró 62 trofeos en toda su carrera, pero no pudo acceder oficialmente a tal posición.
Bird - Johnson
Todo nació el 26 de marzo de 1979, cuando Larry Bird y Magic Johnson se enfrentaron en la final del básquet universitario: el primero era la estrella de Indiana; el segundo, de Michigan. Los fanáticos ya estaban al tanto del talento: fue el partido del básquet universitario de mayor audiencia en la historia televisiva de Estados Unidos. El ganador fue Magic Johnson, que después sería elegido por Los Angeles Lakers. Bird iría a Boston Celtics. La década del 80 estuvo animada por ellos dos. Se juntaron en tres finales: en el 84 ganaron los Celtics; y en el 85 festejaron los Lakers, al igual que en el 87. Entre ambos ganaron ocho anillos de la NBA (Magic se quedó con cinco y Larry con tres). Y compartieron equipo: el Dream Team que logró la medalla de oro olímpica en Barcelona 1992. El duelo incluso tuvo su obra de teatro en pleno Broadway.
Evert - Navratilova
Sin duda, dos de las máximas figuras del tenis femenino de todos los tiempos. La historia refleja claramente la jerarquía de ambas: se enfrentaron en 80 partidos, la mayoría de ellos en instancias decisivas de los principales torneos. Martina Navratilova ganó 43 y Christ Evert, 37. En total, disputaron 14 finales de Grand Slam: la nacida en Praga (luego nacionalizada estadounidense) se impuso en 10, mientras que las cuatro restantes fueron para Evert, oriunda de Fort Lauderdale. Navratilova ganó 18 títulos de Grand Slam: 9 ediciones de Wimbledon, 4 del US Open, 3 de Australia y 2 de Roland Garros. Evert, por su parte, no se quedó atrás y cosechó 16 títulos de Grand Slam: 7 Roland Garros, 4 US Open, 3 Wimbledon y 2 de Australia. Entre ambas, dominaron el tenis femenino durante 15 temporadas. Navratilova obtuvo 167 títulos individuales, en tanto que Evert “apenas“ alcanzó las 157 coronaciones. La mayor diferencia hay que computarla en dobles, donde Navratilova celebró 177 títulos y Evert solamente 8. Pero, más allá de los números, los enfrentamientos entre ambas eran un verdadero placer para los amantes del tennis.
Lewis - Johnson
Carl Lewis llegaba a los Juegos Olímpicos de Seúl 88 como el Hijo del Viento, después de haber ganado cuatro medallas doradas en la cita de Los Angeles 84. La defensa del primer puesto en los 100 metros llanos era la cuestión: el canadiense Ben Johnson surgía como su antagonista y venía de vencerlo en el campeonato del mundo de Roma, un año atrás. Ahí, Johnson derrotó a Lewis y batió el récord del mundo con una marca de 9"83. El 24 de septiembre, en Corea del Sur, Ben Johnson se paró en la cima del atletismo mundial: le ganó al estadounidense con un tiempo de 9"79, rompiendo su propia marca. Duró muy poco su alegría. Menos de una hora después saltó el doping positivo. De acuerdo con los análisis realizados, Johnson había tomado esteroides. La descalificación hizo que el oro quedara en manos de Lewis, pero la rivalidad entre ambos fue más allá de ese episodio. En total se enfrentaron en 22 oportunidades.
Leonard - Durán
Sugar Ray Leonard y Roberto Durán protagonizaron una trilogía que quedó en el recuerdo. El primer combate fue el 20 de junio de 1980, cuando el estadounidense defendía su corona de campeón ante el panameño, que solo había perdido una de las 72 peleas que había disputado. La Batalla de Montreal terminó en favor de Mano de Piedra, ganador por puntos. El 25 de noviembre del mismo año se hizo la revancha, en New Orleans. En el séptimo round, Durán no aguantó el cansancio y los golpes. Le hizo un pedido al árbitro: “¡No más, no más!”. El panameño tenía dolores estomacales y años después contaría: “Tomé sopa y luego jugo y pasó. Mezclé alimentos fríos y calientes, y me descompuse”. Leonard volvió a ser el campeón. En 1989 chocaron otra vez, en Las Vegas: Sugar Ray se impuso en doce rounds por decisión unánime.
Phelps - Lochte
Es una de las grandes rivalidades modernas. El estadounidense Michael Phelps, ganador de seis medallas de oro en Beijing 2008, anunció que los de Londres serán sus últimos Juegos Olímpicos. No tendrá fácil la defensa de sus preseas: su compatriota Ryan Lochte, un año mayor, intentará desbancarlo y tiene capacidad para lograrlo. Muchos dicen que, de haber nacido en otra época, Lochte ya sería el mejor nadador de todos los tiempos. Pero le tocó ser contemporáneo de Phelps. La rivalidad es tan marcada que ambos cuentan con una legión de fanáticos incondicionales incluso dentro del propio ámbito de los nadadores.
Tyson - Holyfield
Mike Tyson había salido de la cárcel en 1996, después de ser condenado por violación. El 9 de noviembre de ese año se produjo la primera pelea contra Evander Holyfield, en la que Ironman perdió por nocaut técnico. Claro, no todo quedaría ahí. La revancha se llevó a cabo en junio del año siguiente y quedó en la memoria de todos los fanáticos del deporte, que vieron cómo un boxeador le comía parte de la oreja a su rival. Fue en Las Vegas: Tyson tiró mordiscos primero, como tanteando el terreno, y finalmente atacó. La pelea no duró más de dos rounds. Incluso parte de la oreja de Holyfield apareció después sobre el cuadrilátero del Grand Garden Arena. Mike fue descalificado y a partir de entonces los problemas se sucedieron. En 2010, contó por qué lo había hecho: “Fueron las drogas. Solo pensaba en las drogas. Yo creía que era Dios, me sentía como Dios. Pero lo hecho, hecho está”.
Chamberlain - Russell
Bill Russell ya estaba en Boston Celtics cuando Wilt Chamberlain debutó en Philadelphia 76ers. La convivencia de los dos en la NBA marcó un duelo histórico que se extendió por diez temporadas. Se trataba de un choque de virtudes opuestas: Russell era un muro en defensa, mientras que Chamberlain era un anotador tremendo (hizo 100 puntos en un partido). En total, se vieron las caras 142 veces (Chamberlain jugó en San Francisco, Philadelphia y Los Angeles Lakers) y chocaron en dos definiciones. Ambas quedaron a favor de Russell. Los Celtics festejaron en 1964 y 1969, esta última con mucha tensión. La serie estaba igualada tras seis partidos. En el séptimo, Chamberlain salió por una lesión. Pidió volver, pero el entrenador Butch van Breda Kolff no lo dejó. Russell volvió a celebrar y tres meses más tarde anunció su retiro. En total, Russell ganó 11 anillos; y Chamberlain, uno.
Federer - Nadal
Desde 2004 hasta 2010, cuando apareció Novak Djokovic, solo dos hombres tocaron el número uno del ranking: Federer y Nadal. Rafa necesitó 160 semanas consecutivas como número dos para destronar al suizo y su caso fue representativo: vaya a saber cuál hubiera sido la magnitud de su figura, de no haber coincidido en el tiempo con Roger. El sitio de resistencia del español fue, durante un largo rato, Roland Garros. De hecho, Federer ganó ese torneo el año en que el mallorquín no llegó a la final (2009). Se trata, eso sí, de un duelo particular: no hay frases agresivas ni chicanas en el archivo. Los elogios se imponen. Salvo una excepción: a Rafa no le gustó que Roger no se jugara por pelear para recortar el calendario o aumentar los premios en el circuito. “Su postura es fácil: ‘No digo nada, todo positivo, quedo como un gentleman y que se quemen los demás’. No es así”.
DUELOS DE ENTRE CASA
MENOTTI - BILARDO
Choque de opuestos: dos formas de ver el fútbol, casi una cuestión filosófica acerca de cómo concebir la vida. Menotti representó la lírica y la libertad aplicadas al juego. Bilardo, la obsesión por la táctica. La Selección argentina logró dos títulos mundiales en toda su historia: uno con el Flaco, en 1978, como locales; otro con el Narigón, en 1986, en México. Ninguno habla sobre el otro.
PRADA - GATICA
Gatica era el tipo irresponsable y provocador; Prada era sacrificado y meticuloso. Gatica tenía un perfil popular y estaba identificado con el peronismo; Prada tenía como fanáticos a los que podían pagar las mejores plateas. Alguien describió esta disputa como una pelea en la que estaba garantizado que los dos boxeadores se iban a romper el alma. Se enfrentaron seis veces y se repartieron las victorias. Cuatro de esos combates fueron ya como profesionales. En 1946, en el Luna Park, el Mono ganó por puntos. En 1947, Prada se impuso por nocaut técnico; en 1948, Gatica festejó por puntos; y en 1953, Prada logró el nocaut. El inicio de la decadencia del Mono surge después de esa pelea. Cuenta la leyenda que incluso Prada le ofreció trabajo a Gatica cuando este ya vivía en situación de pobreza. “La gente piensa que yo soy antiperonista, pero soy tan peronista como Gatica”, declaró Prada alguna vez.
BATISTUTA - CRESPO
Pelearon el centro del ataque de la Selección. Batistuta relegó al banco de suplentes a Crespo en Francia 98, con Daniel Passarella como entrenador (Valdanito sufrió una lesión en la previa que lo perjudicó), y en Corea-Japón 2002, con Marcelo Bielsa al frente del equipo. El surgido en River tuvo que esperar que Bati se retirara para ser titular en una Copa del Mundo.
GUILLERMO-DELGADO
Compartieron plantel en el Boca de Carlos Bianchi. Guillermo ya estaba, Delgado se sumó más tarde. La pelea fue por quién acompañaba a Martín Palermo en el ataque. El centrodelantero era amigo del Mellizo; y el Chelo, de Riquelme. Delgado era el titular elegido para la final Boca-Real Madrid por la Copa Intercontinental. Palermo le pidió a Bianchi que jugara Guillermo y el DT le contestó: “No hay problema. Salís vos”.
GATTI - FILLOL
Referentes de Boca y de River, representaban dos estilos diferentes: el arquero jugador contra el arquero atajador. Gatti fue un adelantado para su época: salía del área, jugaba con los pies y tenía un perfil alto a la hora de declarar. Fillol era sencillo y espectacular a la vez, no se movía de abajo de los tres palos y fue el titular en la Selección para el Mundial 78, donde el Loco faltó.
CASTRILLI - LAMOLINA
Se trató de un duelo ideológico: distintas maneras de concebir el arbitraje. Javier Castrilli tenía un estilo rígido, se presentaba como un hombre recto, intachable. Francisco Lamolina tenía apariencia de bonachón y le puso firma a su estilo: “Siga, siga”. El Sheriff fue al Mundial 98 y Pancho dirigió en USA 94.
NAVARRO MONTOYA - CHILAVERT
Disputa de mediados de los 90. “El es un ídolo de arena. Lo echaron a patadas de Colombia y nadie lo contrata. El Fiat 600 sale campeón y el Mercedes está en el taller. Además, un futbolista debe ser hombre”, dijo Chilavert. “No me gusta opinar de los demás ni mandar mensajes por la prensa. Los hombres, si decimos algo, debemos hacerlo en forma personal”, dijo el Mono.
Por Ayelén Pujol. Fotos: AFP y Archivo El Gráfico
MESSI elude a Cristiano Ronaldo en un duelo Barcelona vs. Real Madrid.
EL DUELO lastima más a uno que a otro. Lo cierto es que están en las antípodas: Messi juega en el Barcelona, Cristiano Ronaldo en el Real Madrid; Messi es un chico de perfil bajo, petiso, que no cumple con los mandatos sociales vinculados a la bEl duelo lastima más a uno que a otro. Lo cierto es que están en las antípodas: Messi juega en el Barcelona, Cristiano Ronaldo en el Real Madrid; Messi es un chico de perfil bajo, petiso, que no cumple con los mandatos sociales vinculados a la belleza; Cristiano Ronaldo es fanfarrón, egocéntrico y tan preocupado por su estética que parece un modelo. Para herir al portugués, muchas hinchadas (entre ellas, la de la selección de España, cuando el rival es Portugal) le corean el apellido del argentino. “Me da igual que me comparen con él. No me importa nada. Mi personalidad y mi fútbol no tienen nada que ver con el suyo”, sostuvo Cristiano, que ganó el Balón de Oro en 2008 pero que a partir de ahí vio cómo el premio era para la Pulga. Esta temporada, el Real Madrid logró terminar con el reinado blaugrana en la Liga, pero para CR7 la fiesta no fue completa: el Pichichi fue Messi, que gritó cuatro goles más lelleza; Cristiano Ronaldo es fanfarrón, egocéntrico y tan preocupado por su estética que parece un modelo. Para herir al portugués, muchas hinchadas (entre ellas, la de la selección de España, cuando el rival es Portugal) le corean el apellido del argentino. “Me da igual que me comparen con él. No me importa nada. Mi personalidad y mi fútbol no tienen nada que ver con el suyo”, sostuvo Cristiano, que ganó el Balón de Oro en 2008 pero que a partir de ahí vio cómo el premio era para la Pulga. Esta temporada, el Real Madrid logró terminar con el reinado blaugrana en la Liga, pero para CR7 la fiesta no fue completa: el Pichichi fue Messi, que gritó cuatro goles más.
AUNQUE la estadística favorece a Graf, el tenis de Gaby también fue majestuoso.
La disputa se extendió por una década: desde mediados de los 80 hasta mediados de los 90. Steffi Graf, número uno del mundo durante 277 semanas, nunca perdió su reinado a manos de Gaby, que llegó al tercer puesto del escalafón. De los 40 partidos que disputaron, la alemana se impuso en 29. La victoria de la argentina que resalta fue la que consiguió el 8 de septiembre de 1990, para quedarse con el título del US Open, su único éxito en un Grand Slam. En 1988 ganaron juntas el torneo de dobles de Wimbledon; y en 2005, ya retiradas, hicieron un par de exhibiciones. El mejor año de Gaby ante Steffi fue 1991, cuando solo perdió uno de los cinco encuentros que sostuvieron. Una de esas victorias sirvió para terminar con el dominio de Graf, que tuvo que dejarle la cima del ranking a Mónica Seles
Prost - Senna
Cuando Ayrton Senna llegó a la Fórmula 1, Alain Prost ya estaba allí. Se trataba de dos talentosos. El primer podio del brasileño en la categoría fue el segundo puesto en el Gran Premio de Mónaco, en 1984. Primero terminó Prost. En 1988 fueron compañeros de equipo en McLaren y se generó una relación simbiótica: la competencia con el otro los hacía mejores. Ese año lograron entre ambos 15 victorias en 16 carreras, incluyendo dos disputas inolvidables por el primer lugar en Portugal y en el Gran Premio de Japón, donde Senna consiguió una remontada increíble para coronarse campeón mundial. “Te echo de menos, Alain”, declaró el brasileño en una entrevista pocos días antes de su muerte. Prost mostró después de ese hecho que también eran amigos: “Cuando Ayrton murió, fue el final definitivo de mi historia en la F1. Parte de mí, murió también”.
FORMALIDAD y desparpajo, Pete Sampras y Andre Agassi.
Cortesía y rebeldía fue el juego de opuestos del mundo del tenis en la década de los 90. Pete, políticamente correcto, nació en Washington, mientras que Andre, fresco y atrevido, lo hizo en Las Vegas: los lugares de origen casi como una metáfora del antagonismo. Sampras ganó 64 títulos, dos más que Agassi, fue número uno por mucho más tiempo (286 semanas contra 101), computó cerca de 44 millones de dólares en ganancias, 12 millones más que su rival, y lideró el historial entre ambos: 20 triunfos y 14 derrotas. En finales, Pistol Pete se impuso en nueve y el Kid en siete. Pero claro, Agassi jugaba con shorts de jean, tenía el pelo largo y era dueño de un tenis más osado: la desfachatez cayó simpática en las masas. Ya adultos, Andre no fue contemplativo con Pete en su autobiografía. “Desearía poder emular su espectacular falta de inspiración y su peculiar falta de necesitar estar inspirado”, escribió. Y contó que una vez, un valet parking le dijo que Pete le había dado un dólar de propina.
LA DERECHA de Alí impacta en la cabeza de Frazier.
Tres peleas alcanzaron. La primera, el 8 de marzo de 1971, fue la más emblemática: Frazier llegaba invicto y Alí quería volver al estrellato después de años de suspensión por su negativa a ir a la guerra de Vietnam. En el Madison Square Garden, Joe fue el primer hombre en vencer al legendario Muhammad, el primero en derribarlo. Lo hizo después de 15 rounds. “Sólo perdí una pelea. Eso es todo. Las noticias no duran mucho tiempo. Un avión se estrella, 90 personas mueren, un día después ya no es noticia. Mi derrota no es tan importante como la muerte de 90 personas”, dijo Alí después. El ganaría los otros dos combates, el último en 1975. Al final del 14º round ambos estaban agotados. Eddie Futch, entrenador de Frazier, decidió tirar la toalla. “Fue lo más cerca de morir que estuve”, resumió Alí, que había llegado a catalogar a Frazier como “demasiado feo para ser campeón mundial de los pesados”. Cuando su adversario murió, el 7 de noviembre de 2011, Muhammad lo lamentó: “El mundo perdió a un gran campeón”.
FISCHER piensa frente al tablero, Spassky espera de pie.
El llamado Match del Siglo se disputó entre dos hombres que representaban la batalla entre dos mundos en plena Guerra Fría: el estadounidense Bobby Fischer de un lado, el soviético Boris Spassky del otro. El chico que prometía contra el campeón defensor, el capitalismo versus el comunismo: y un tablero de ajedrez de por medio en la neutral Reykjavik, capital de Islandia. Desde 1948 el campeón era soviético y el duelo se produjo el 11 de julio de 1972: terminaría el 1º de septiembre, cuando Spassky, que hizo algunas concesiones ante las quejas de su rival sobre el lugar del pleito, comunicó por teléfono que abandonaba la última partida. Fischer fue recibido en su país casi como un héroe de guerra. El duelo se reeditó en 1992 y tuvo al mismo ganador. Años más tarde, Bobby pidió asilo en Islandia para evitar ir a prisión en Estados Unidos. Moriría en 2008.
Bolt - Gay
Los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 se presentaban como el escenario para un nuevo duelo entre hombres veloces. El jamaiquino Usain Bolt, desfachatez y arrogancia, iba a pelear por ser el más rápido con el estadounidense Tyson Gay, callado y aburrido, y cuatro años mayor (ahora tienen 25 y 29, respectivamente). Bolt no falló: recorrió los 100 metros en 9"69, récord, y se llevó la medalla dorada, la primera de la historia para Jamaica. Gay ni llegó a la final: fue quinto en su serie de semifinales. Además, faltó por lesión a la prueba de los 200 metros, donde Bolt terminaría primero. “Soy fundamental para Bolt. Me necesita para ir más lejos. Sé que el atletismo es esto, duelos entre los mejores”, dijo Gay en 2010. En Londres habrá un tercero en discordia: Yohan Blake, otro jamaiquino que promete pelear con ambos.
LA COMPETENCIA entre Vilas y Borg marcó una etapa del tenis mundial.
El tenis de los años 70 tuvo varios animadores, entre ellos el argentino y el sueco. Vilas lo corrió desde atrás: de los 22 partidos que disputaron, Guillermo ganó 5 y perdió 17. Entre 1975 y 1980, de hecho, no pudo festejar ante Björn Borg, a quien ya había enfrentado en los Orange Bowl de la década del 60. Vilas contó que se habían entrenado juntos para una de las finales de Roland Garros que disputaron: el sueco cambió la táctica, le ganó y Willy decidió no hablarle más. La victoria más recordada del argentino fue en Buenos Aires, en 1973: Borg iba ganando, pero se tropezó con la silla de un juez de línea. Cayó, se lastimó y abandonó. Björn ganó 64 títulos y fue número 1 del mundo durante 109 semanas. Vilas logró 62 trofeos en toda su carrera, pero no pudo acceder oficialmente a tal posición.
Bird - Johnson
Todo nació el 26 de marzo de 1979, cuando Larry Bird y Magic Johnson se enfrentaron en la final del básquet universitario: el primero era la estrella de Indiana; el segundo, de Michigan. Los fanáticos ya estaban al tanto del talento: fue el partido del básquet universitario de mayor audiencia en la historia televisiva de Estados Unidos. El ganador fue Magic Johnson, que después sería elegido por Los Angeles Lakers. Bird iría a Boston Celtics. La década del 80 estuvo animada por ellos dos. Se juntaron en tres finales: en el 84 ganaron los Celtics; y en el 85 festejaron los Lakers, al igual que en el 87. Entre ambos ganaron ocho anillos de la NBA (Magic se quedó con cinco y Larry con tres). Y compartieron equipo: el Dream Team que logró la medalla de oro olímpica en Barcelona 1992. El duelo incluso tuvo su obra de teatro en pleno Broadway.
Evert - Navratilova
Sin duda, dos de las máximas figuras del tenis femenino de todos los tiempos. La historia refleja claramente la jerarquía de ambas: se enfrentaron en 80 partidos, la mayoría de ellos en instancias decisivas de los principales torneos. Martina Navratilova ganó 43 y Christ Evert, 37. En total, disputaron 14 finales de Grand Slam: la nacida en Praga (luego nacionalizada estadounidense) se impuso en 10, mientras que las cuatro restantes fueron para Evert, oriunda de Fort Lauderdale. Navratilova ganó 18 títulos de Grand Slam: 9 ediciones de Wimbledon, 4 del US Open, 3 de Australia y 2 de Roland Garros. Evert, por su parte, no se quedó atrás y cosechó 16 títulos de Grand Slam: 7 Roland Garros, 4 US Open, 3 Wimbledon y 2 de Australia. Entre ambas, dominaron el tenis femenino durante 15 temporadas. Navratilova obtuvo 167 títulos individuales, en tanto que Evert “apenas“ alcanzó las 157 coronaciones. La mayor diferencia hay que computarla en dobles, donde Navratilova celebró 177 títulos y Evert solamente 8. Pero, más allá de los números, los enfrentamientos entre ambas eran un verdadero placer para los amantes del tennis.
Lewis - Johnson
Carl Lewis llegaba a los Juegos Olímpicos de Seúl 88 como el Hijo del Viento, después de haber ganado cuatro medallas doradas en la cita de Los Angeles 84. La defensa del primer puesto en los 100 metros llanos era la cuestión: el canadiense Ben Johnson surgía como su antagonista y venía de vencerlo en el campeonato del mundo de Roma, un año atrás. Ahí, Johnson derrotó a Lewis y batió el récord del mundo con una marca de 9"83. El 24 de septiembre, en Corea del Sur, Ben Johnson se paró en la cima del atletismo mundial: le ganó al estadounidense con un tiempo de 9"79, rompiendo su propia marca. Duró muy poco su alegría. Menos de una hora después saltó el doping positivo. De acuerdo con los análisis realizados, Johnson había tomado esteroides. La descalificación hizo que el oro quedara en manos de Lewis, pero la rivalidad entre ambos fue más allá de ese episodio. En total se enfrentaron en 22 oportunidades.
AVANZA Mano de Piedra; Leonard lo espera con los ojos bien abiertos.
Sugar Ray Leonard y Roberto Durán protagonizaron una trilogía que quedó en el recuerdo. El primer combate fue el 20 de junio de 1980, cuando el estadounidense defendía su corona de campeón ante el panameño, que solo había perdido una de las 72 peleas que había disputado. La Batalla de Montreal terminó en favor de Mano de Piedra, ganador por puntos. El 25 de noviembre del mismo año se hizo la revancha, en New Orleans. En el séptimo round, Durán no aguantó el cansancio y los golpes. Le hizo un pedido al árbitro: “¡No más, no más!”. El panameño tenía dolores estomacales y años después contaría: “Tomé sopa y luego jugo y pasó. Mezclé alimentos fríos y calientes, y me descompuse”. Leonard volvió a ser el campeón. En 1989 chocaron otra vez, en Las Vegas: Sugar Ray se impuso en doce rounds por decisión unánime.
PHELPS y Lochte en plena partida. El gran duelo de la natación moderna.
Es una de las grandes rivalidades modernas. El estadounidense Michael Phelps, ganador de seis medallas de oro en Beijing 2008, anunció que los de Londres serán sus últimos Juegos Olímpicos. No tendrá fácil la defensa de sus preseas: su compatriota Ryan Lochte, un año mayor, intentará desbancarlo y tiene capacidad para lograrlo. Muchos dicen que, de haber nacido en otra época, Lochte ya sería el mejor nadador de todos los tiempos. Pero le tocó ser contemporáneo de Phelps. La rivalidad es tan marcada que ambos cuentan con una legión de fanáticos incondicionales incluso dentro del propio ámbito de los nadadores.
MIKE TYSON y su famosa mordida en la oreja a Evander Holyfield.
Mike Tyson había salido de la cárcel en 1996, después de ser condenado por violación. El 9 de noviembre de ese año se produjo la primera pelea contra Evander Holyfield, en la que Ironman perdió por nocaut técnico. Claro, no todo quedaría ahí. La revancha se llevó a cabo en junio del año siguiente y quedó en la memoria de todos los fanáticos del deporte, que vieron cómo un boxeador le comía parte de la oreja a su rival. Fue en Las Vegas: Tyson tiró mordiscos primero, como tanteando el terreno, y finalmente atacó. La pelea no duró más de dos rounds. Incluso parte de la oreja de Holyfield apareció después sobre el cuadrilátero del Grand Garden Arena. Mike fue descalificado y a partir de entonces los problemas se sucedieron. En 2010, contó por qué lo había hecho: “Fueron las drogas. Solo pensaba en las drogas. Yo creía que era Dios, me sentía como Dios. Pero lo hecho, hecho está”.
Chamberlain - Russell
Bill Russell ya estaba en Boston Celtics cuando Wilt Chamberlain debutó en Philadelphia 76ers. La convivencia de los dos en la NBA marcó un duelo histórico que se extendió por diez temporadas. Se trataba de un choque de virtudes opuestas: Russell era un muro en defensa, mientras que Chamberlain era un anotador tremendo (hizo 100 puntos en un partido). En total, se vieron las caras 142 veces (Chamberlain jugó en San Francisco, Philadelphia y Los Angeles Lakers) y chocaron en dos definiciones. Ambas quedaron a favor de Russell. Los Celtics festejaron en 1964 y 1969, esta última con mucha tensión. La serie estaba igualada tras seis partidos. En el séptimo, Chamberlain salió por una lesión. Pidió volver, pero el entrenador Butch van Breda Kolff no lo dejó. Russell volvió a celebrar y tres meses más tarde anunció su retiro. En total, Russell ganó 11 anillos; y Chamberlain, uno.
Federer - Nadal
Desde 2004 hasta 2010, cuando apareció Novak Djokovic, solo dos hombres tocaron el número uno del ranking: Federer y Nadal. Rafa necesitó 160 semanas consecutivas como número dos para destronar al suizo y su caso fue representativo: vaya a saber cuál hubiera sido la magnitud de su figura, de no haber coincidido en el tiempo con Roger. El sitio de resistencia del español fue, durante un largo rato, Roland Garros. De hecho, Federer ganó ese torneo el año en que el mallorquín no llegó a la final (2009). Se trata, eso sí, de un duelo particular: no hay frases agresivas ni chicanas en el archivo. Los elogios se imponen. Salvo una excepción: a Rafa no le gustó que Roger no se jugara por pelear para recortar el calendario o aumentar los premios en el circuito. “Su postura es fácil: ‘No digo nada, todo positivo, quedo como un gentleman y que se quemen los demás’. No es así”.
DUELOS DE ENTRE CASA
MENOTTI - BILARDO
Choque de opuestos: dos formas de ver el fútbol, casi una cuestión filosófica acerca de cómo concebir la vida. Menotti representó la lírica y la libertad aplicadas al juego. Bilardo, la obsesión por la táctica. La Selección argentina logró dos títulos mundiales en toda su historia: uno con el Flaco, en 1978, como locales; otro con el Narigón, en 1986, en México. Ninguno habla sobre el otro.
PRADA - GATICA
Gatica era el tipo irresponsable y provocador; Prada era sacrificado y meticuloso. Gatica tenía un perfil popular y estaba identificado con el peronismo; Prada tenía como fanáticos a los que podían pagar las mejores plateas. Alguien describió esta disputa como una pelea en la que estaba garantizado que los dos boxeadores se iban a romper el alma. Se enfrentaron seis veces y se repartieron las victorias. Cuatro de esos combates fueron ya como profesionales. En 1946, en el Luna Park, el Mono ganó por puntos. En 1947, Prada se impuso por nocaut técnico; en 1948, Gatica festejó por puntos; y en 1953, Prada logró el nocaut. El inicio de la decadencia del Mono surge después de esa pelea. Cuenta la leyenda que incluso Prada le ofreció trabajo a Gatica cuando este ya vivía en situación de pobreza. “La gente piensa que yo soy antiperonista, pero soy tan peronista como Gatica”, declaró Prada alguna vez.
BATISTUTA - CRESPO
Pelearon el centro del ataque de la Selección. Batistuta relegó al banco de suplentes a Crespo en Francia 98, con Daniel Passarella como entrenador (Valdanito sufrió una lesión en la previa que lo perjudicó), y en Corea-Japón 2002, con Marcelo Bielsa al frente del equipo. El surgido en River tuvo que esperar que Bati se retirara para ser titular en una Copa del Mundo.
GUILLERMO-DELGADO
Compartieron plantel en el Boca de Carlos Bianchi. Guillermo ya estaba, Delgado se sumó más tarde. La pelea fue por quién acompañaba a Martín Palermo en el ataque. El centrodelantero era amigo del Mellizo; y el Chelo, de Riquelme. Delgado era el titular elegido para la final Boca-Real Madrid por la Copa Intercontinental. Palermo le pidió a Bianchi que jugara Guillermo y el DT le contestó: “No hay problema. Salís vos”.
GATTI - FILLOL
Referentes de Boca y de River, representaban dos estilos diferentes: el arquero jugador contra el arquero atajador. Gatti fue un adelantado para su época: salía del área, jugaba con los pies y tenía un perfil alto a la hora de declarar. Fillol era sencillo y espectacular a la vez, no se movía de abajo de los tres palos y fue el titular en la Selección para el Mundial 78, donde el Loco faltó.
CASTRILLI - LAMOLINA
Se trató de un duelo ideológico: distintas maneras de concebir el arbitraje. Javier Castrilli tenía un estilo rígido, se presentaba como un hombre recto, intachable. Francisco Lamolina tenía apariencia de bonachón y le puso firma a su estilo: “Siga, siga”. El Sheriff fue al Mundial 98 y Pancho dirigió en USA 94.
NAVARRO MONTOYA - CHILAVERT
Disputa de mediados de los 90. “El es un ídolo de arena. Lo echaron a patadas de Colombia y nadie lo contrata. El Fiat 600 sale campeón y el Mercedes está en el taller. Además, un futbolista debe ser hombre”, dijo Chilavert. “No me gusta opinar de los demás ni mandar mensajes por la prensa. Los hombres, si decimos algo, debemos hacerlo en forma personal”, dijo el Mono.
Por Ayelén Pujol. Fotos: AFP y Archivo El Gráfico