El mundo de los representantes

Ezequiel Manera: "Al empresario lo demonizan"

El hijo de Eduardo, el ex técnico y jugador de Estudiantes, cuenta que hay clubes que se aprovechan de los jugadores. Además, nos explica el tipo de servicio que brinda.

Por Redacción EG ·

17 de febrero de 2009
Imagen En el banco, pero en una función muy distinta a la de su papá.
En el banco, pero en una función muy distinta a la de su papá.

-¿Por qué decidiste ser representante?
Porque vengo de una familia de futbolistas. Me junté con otros dos socios, Fabio Bilardo, sobrino de Carlos, y Maximiliano Pra, que estaban en la actividad desde hace rato. Como yo era contador y le lleva la contabilidad a varios jugadores, empecé como asesor, de a poco me fui metiendo más y decidí volcarme a la actividad.

-¿Cómo comenzaste?
Se fue dando por casualidades. Con los jugadores que representábamos teníamos amistad y confianza y surgieron algunas operaciones específicas que involucraban más que lo contable. Nos pidieron que los ayudáramos y vimos que era una forma de hacerlo y tomarlo como actividad. Empezó como colaboración a amigos.

-¿Cuantas personas representás? ¿Quiénes? ¿Con cuantas empezaste?
De Primera División tenemos Seis. José Sosa, Marcelo Carrusca, Iván Borghello, Emanuel Rivas, Emiliano Papa y Agustín Gómez. Los primeros fueron Borghello y con Rivas, que necesitaban asesoramiento. Fueron las primeras experiencias en el rubro.

-¿Qué porcentaje cobra un representante?
Depende del arreglo que cada uno haga con el jugador. La idea nuestra es no cobrarles a ellos, sino que pague el club que lo contrata. Generalmente lo hemos logrado, y si no alrededor del 10% del salario, pero no premios ni de los beneficios extra.

-¿Por qué es necesario un empresario para vender un jugador entre clubes argentinos?
No se si eso es necesario, pero sí es importante cuidar los intereses del jugador, que muchas veces cuando van a arreglar con los clubes se encuentran con gente buena y gente mala, como pasa en cualquiera profesión. Al empresario lo demonizan pero hubieron muchos casos de jugadores que fueron estafados en ventas al exterior por la gente que los contrató. No les avisan que en el contrato no está descontado lo impositivo, les dicen que ganan más, firman y no se llevan lo que de verdad les corresponde. No considero que sea necesario, pero sí que esté bien asesorado, con personas idóneas que lo ayuden a tomar las decisiones importantes para su carrera. Algunos necesitan mas ayuda y otros menos, pero cuando van a negociar solos, por su cuenta, suelen quedar debilitados.

-¿Por qué decís que los demonizan?
Porque hay casos en que realmente son demonios, los casos que salen a la luz. Después hay un montón de otra gente que trabaja muy bien. Lo mejor es preguntarles a los jugadores si están contentos con la gente con la que trabajan. Pero se toman casos de los otros, que es verdad que los hay, y se toma como regla general para todos. Que consulten con los jugadores y van a ver que es más equitativo el tema.

-¿Tenés alguna anécdota de un jugador que no hayas podido convencer para ir a un club?
La política de trabajo nuestra es darle una opinión, pero finalmente el que decide es el jugador. Es su carrera, él pone el lomo, a él lo putean. Nosotros le mostramos los elementos que consideramos importantes, se los damos, pero en todos los casos, desde ir a un club o comprar un departamento, la decisión la tiene el jugador. No queremos que piense que lo obligamos. Sí ha pasado que para nosotros una oferta sea buena y para el jugador no, a partir de ese momento nos ponemos con lo que él quiere.
 
-¿Cómo trabajás la cuestión de los pasaportes?
En el caso de Carrusca y Rivas, ellos ya lo tenían. Borghello hizo el tramite normalmente yendo al consulado, no hay ninguna persona nuestra que lo hiciera por él. Papa había empezado el tramite antes de estar con nosotros. Es importante que no ocupen  plaza de extranjeros, eso lo sabemos, pero son jóvenes y hay que ir despacito. A veces el apuro es perjudicial.

Imagen Con el Principito Sosa en los pasillos del Bayern Munich.
Con el Principito Sosa en los pasillos del Bayern Munich.
-¿A partir de que edad comenzás a representar un jugador? ¿Quién es el más joven que tenés?
Depende el caso, pero siempre con jugadores de primera. No tomamos la representación como ir al jugador para que firme un contrato, sino que ofrecemos un servicio integral y asesoramiento. Tenemos una estructura chica, con tres socios y dos empleados, así que somos selectivos. Hemos llevado alguno al psicólogo, también convencimos para que terminara la escuela. Lo nuestro va más allá del contrato con el club, es un servicio entero, si necesitan tienen a disposición un contador, un escribano, si están en el exterior nos preocupamos por que sus familias acá estén bien, estamos a disposición de lo que necesiten. No firmamos un contrato con chicos de 13 o 14 años, apuntamos a que estén bien, porque un chico de esa edad está privado de muchas cosas metido en el fútbol, queremos que esté cómodo y cualquier problema darle una mano. El más joven que tenemos es José Sosa.

¿Te peleaste alguna vez con el padre de un representado?
No. Hemos tenido casos de chicos que se nos han acercado para que les diéramos una mano y nos topamos con el padre que te imponía condiciones que estaban fuera de nuestro alcance desde lo material y desde lo ético. Es respetable, pero no por eso lo vamos a aceptar. Nos pasó que no comenzaron relaciones, pero nunca una se rompió, jamás un jugador se fue por eso. Al contrario, las relaciones con los familiares son excelentes y hasta nos invitan a cumpleaños en los pueblos.

Iván Sandler