Primera División

River vs. Boca: ¿alguno llega mejor al Superclásico?

Un vistazo general a pocas horas de una nueva edición del partido más importante que ofrece el fútbol argentino.

Por Pablo Amalfitano ·

05 de mayo de 2023

River y Boca. Boca y River. Una vez más, cara a cara, en el Superclásico. Acaso el partido más apasionante que puede ofrecer el fútbol a nivel internacional. Un partido que nunca deja de arrojar lugares comunes, frases hechas y espacios conocidos hasta el hartazgo. Uno de ellos es el gran interrogante de la semana previa: ¿qué equipo llega mejor?

Varios días atrás el ambiente del fútbol, sobre todo en términos comunicacionales, sostenía dos sentencias. La traducción vulgar surgía por sí sola: River es un violín y Boca no puede ganarle a nadie.

 

River, de la tromba al golpazo

Martín Demichelis parecía haber hallado la fórmula. Los medios llegaron a vincularlo con La Máquina, aquel emblemático equipo de River que deslumbró con el quinteto Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau, aunque apenas se haya sostenido durante 22 partidos.

El entrenador llegó para sustituir nada menos que a Marcelo Gallardo, el DT más valioso de la historia del Millonario, el hombre que desafió la época dominada por la inmediatez y se quedó en el banco millonario durante más de ocho años.

Hasta la semana pasada el panorama era claro. Puntero con comodidad en la Liga Profesional. Funcionamiento aceitado. Cambios acertados. Enorme cantidad de victorias. Ridicula escasez de derrotas.

Fluminense apareció, sin embargo, para apoyarles al menos un pie en la tierra a la gente de River.Germán Cano sacó chapa de récordman internacional y le pegó tres cachetazos que aportaron una pizca de equilibrio. Más allá de que incluso algunas viejas glorias hayan deslizado que la estrepitosa caída por 5-1 respondiera apenas a un "resultado accidental".

Demichelis respondió, todavía en caliente, con cierta lucidez: "Me hago cargo de los cambios. A veces salen y otras no. Quité a un marcador central para jugar con tres. Me decidí por Mammana porque lo esperamos hasta la entrada en calor para ver si podía jugar. Leandro (González Pírez) comanda la defensa, es inteligente y, aun así, le sacaron la doble amarilla. Me hago cargo de los cambios; los hice yo".

 

La expulsión de González Pírez le abrió la puerta al desastre.
 

Había sido tan elocuente que resultaba imposible despegarse. La defensa de River ofreció garantías muy endebles. Tanto que el propio entrenador, cuando su equipo perdía 2-1, se la jugó para buscar el partido: sacó a Mammana, puso a Pablo Solari y paró una línea de tres centrales, con Casco, González Pírez y Herrera.

Pero el fútbol ofrece cada día más imponderables: apenas seis minutos después González Pírez fue expulsado y Demichelis, el hombre de la escuela alemana que vino para revolucionar a River, debió rearmar esa línea de tres con el ingreso de Robert Rojas. Todo lo que vino después resultó equivalente a una hecatombe.

Por eso Demichelis ahora tiene más interrogantes que respuestas. Espera por el propio Mammanaquien arrastra una molestia en su rodilla. En caso de no llegar sería reemplazado en la defensa Jonathan Maidana o el propio Rojas. 

Otro dolor de cabeza para el técnico en la línea más flaca de River está representado en Paulo Díaz, quien se recupera de una distensión muscular en el bíceps femoral izquierdo que sufrió ante Independiente y resulta prematuro saber si podrá jugar ante Boca.

 

Boca, del desasosiego a la esperanza táctica

Boca parece un equipo rejuvenecido. Apenas cuatro días, como resultado de un proceso que lleva muy pocas semanas, alcanzaron para entender que, después de mucho tiempo, el Xeneize ahora tiene la mano táctica que necesitaba para retomar el sendero en busca del funcionamiento.

Jorge Almirón necesitó apenas seis partidos para hallar algunas resoluciones estratégicas que le devolvieran al equipo una forma de juego. Incluso ante la obligación: desde su debut ante San Lorenzo el entrenador tuvo que rearmar una y otra vez cada rompecabezas por la gran cantidad de ausencias por lesión o suspensión.

En esa búsqueda Almirón encontró dos variantes que tienen incluso aspecto de sentencia. Por un lado, la (re)aparición del lateral izquierdo Velentín Barco, el juvenil de 18 años que no deja de deslumbrar con su presencia, su desfachatez y su soltura. Por el otro, acaso la variante táctica más importante que llevó adelante Boca en los últimos tiempos: el pase del peruano Luis Advíncula de lateral derecho a mediocampista-extremo por derecha.

Sólo un técnico de relativa experiencia, sin desmerecer a Sebastián Battaglia y Hugo Ibarra -los últimos entrenadores de Boca-, que incluso festejaron títulos, podía vislumbrar una hendija de minúsculo tamaño que modificara casi la matriz del equipo por completo.

Advíncula comenzó a reivindicarse en el triunfo contra Deportivo Pereira, con ese golazo agónico que luego abrió la puerta para el triunfo 2-1. Todavía se paraba de lateral.

 

El golazo de Advíncula ante Colo Colo.
 

Pero en los últimos dos compromisos Weigandt tomó su lugar en el lateral derecho y el peruano surgió como volante-extremo y se convirtió en la figura de los últimos dos partidos de Boca. Contra Racing, en el triunfo 3-1, no lo pudieron parar. Ante Colo Colo, en una parada durísima en Chile, abrió el camino con otro gol, esta vez con un zurdazo de afuera.

Otra de las piezas importantes para que Boca acumulara ahora cuatro partidos invicto tiene un nombre: Martín Payero. El volante, expulsado ante Racing, estará ausente en el Superclásico. Habrá que ver cuál es la resolución de Almirón con vistas al partido del próximo domingo: ¿Cristian Medina, Óscar Romero o Equi Fernández?

En el horizonte inmediato aparece River en el Monumental. Boca, que antes de Almirón había atravesado un mes y medio de zozobra, ahora parece haber renacido. Si bien acumula bajas también es relevante aclarar que encontró alguna arista en el engranaje del funcionamiento. Ahora cuenta con alternativas tácticas. El Millonario, golpeado por la paliza de Fluminense, de cualquier forma será una muy buena medida.