LIONEL MESSI, como suele ser habitual, fue el principal blanco del juego brusco durante la derrota de la Selección Argentina por 2-1 ante Paraguay en Asunción, por la fecha 11 de las eliminatorias sudamericanas rumbo a la Copa del Mundo 2026.

En el ojo de la polémica quedó el árbitro brasileño Anderson Daronco, quien luego representaría el foco de una explosión de bronca por parte del capitán argentino.

La controversia nació a partir del protagonismo del defensor central paraguayo Omar Alderete, quien en su momento tuvo un paso por Gimnasia y ahora se desempeña en Getafe.

El zaguero derribó a Messi cuando transcurrían 32 minutos del primer tiempo, con una fuerte plancha que impactó muy cerca del tobillo derecho del capitán visitante. Se armó revuelo y, entonces, Daronco sancionó la infracción y le mostró al defensor la tarjeta amarilla.

Apenas cuatro minutos después Messi volvió a recibir la pelota en el costado derecho, giró y encaró en velocidad, en el origen de un eventual ataque del seleccionado argentino. Alderete fue al cruce: le metió el cuerpo al atacante de Inter Miami, quien acusó el golpe y terminó en el suelo.

Varios integrantes del ecosistema de la Selección Argentina entendieron que aquella infracción se trataba de una acción táctica en la mitad de la cancha, para cortar un ataque del rival, por lo que debiera haber sido castigada con una amonestación. Daronco, sin embargo, decidió indultar al defensor.

Messi explotó de bronca: en el entretiempo fue a buscar al juez brasileño y lo cuestionó de manera verbal, mientras lo apuntaba con el dedo en cadena nacional.

El epílogo del partido profundizó el enojo de la Selección Argentina: en el arranque del segundo tiempo, a partir de un tiro libre lanzado desde la izquierda, el propio Alderete conectó de cabeza y puso el 2-1.

El fuerte enojo de Messi 

La bronca de Lionel Messi con el árbitro brasileño.