1953. El partido del gol de Grillo
Un testimonio fotográfico extraordinario del primer triunfo de Argentina frente a Inglaterra.
El primer triunfo de Argentina sobre Inglaterra
Sean las primeras palabras de este comentario dedicadas a exaltar la magnífica fiesta deportiva a que dió lugar el primer partido entre los seleccionados de Inglaterra y Argentina. Fiesta grande, brillante, que constituyó una gratísima demostración de lo que siempre tendría que ser y que podría ser, puesto que lo ha sido en esta ocasión. La muchedumbre, imponente en su cantidad, desbordó de entusiasmo primero y de júbilo al término del match, manteniendo ese calor y esa alegría dentro de un ejemplar nivel de corrección.
Agréguese a esto el típico ambiente de acontecimiento que hace de estas reuniones algo diferente de lo habitual, tanto por la emoción previa al gran match como por el aspecto que ofrecía River Plate, engalanado con banderas de los dos países, realzado con la presencia del Presidente de la Nación, de ministros, embajadores y gran número de damas, animado todo ello por la banda de música que puso en situación a la concurrencia con la ejecución de los himnos patrios.
El jueves 14 asistimos, pues a uno de esos acontecimientos que dejan en el recuerdo una gratísima impresión.
Respondió a ese marco la conducta de los jugadores en lo que se refiere a la ejemplar corrección de que dieron muestras. Corrección tanto más valiosa si se tiene en cuenta que hubo juego fuere, no obstante lo cual no se registró la más mínima incidencia. El referee, señor Ellis, que sin duda es un juez excelente, pudo cumplir su misión con entera tranquilidad porque tuvo en los futbolistas muy valiosos colaboradores.
La victoria del equipo argentino, 3 a 1, produjo la satisfacción que es fácil imaginar. Dejando para el comentario los detalles dignos de analizarse, corresponde ante todo señalar la trascendencia que tiene el hecho en sí mismo: el fútbol argentino ha logrado la primera victoria sobre un seleccionado inglés. Se dirá que en el del jueves no jugó la Selección Inglesa, así con mayúsculas, pero 10 que entendemos nosotros es que los 18 jugadores, y no solamente 11, son los que forman la selección. Y aunque haya un elenco "titular", entre los integrantes de él y los considerados "suplentes" no puede existir una gran diferencia. Escribimos este comentario antes del partido que debe haberse jugado el domingo, de manera que en estas líneas podemos adelantar nuestro juicio previo a ese segundo encuentro: tienen que mejorar mucho su actuación los ingleses para evitar un nuevo triunfo del seleccionado local.
La actuación del cuadro argentino fue muy superior a la de su adversario. Presentó nuestra selección una defensa sencillamente magnífica, en la que no se advirtió un solo punto flojo, en la que hubo serenidad, energía y habilidad, haciendo un juego de colaboración que elevó el rendimiento individual de sus integrantes. Y un ataque, bien conocido por todos, que en el primer período desplegó sus mejores virtudes: capacidad de ingenio creador, admirable manejo de la pelota, dominio en el pase Y suma destreza para eludir al rival. Contó ese ataque con el alivio y la ayuda que supone un apoyo constante y eficiente. Como la extrema defensa, integrada por Lombardo, Dellacha Y García Pérez, significó una garantía absoluta, los dos medios de avance, Mouriño y Gutiérrez, se dedicaron casi exclusivamente a su misión y Lacasia complementó la acción de ellos, pues jugando retrasado fue antes un half que un delantero. La justeza de sus pases, sus maniobras sutiles y el cabal entendimiento con sus compañeros de adelante superaron su defecto principal, que consiste en su lentitud y en su tendencia a demorarse con la pelota en los pies. Todo el team jugó muy bien en el primer tiempo, que debió haber terminado con ventaja para los locales. El gol de Grillo, dechado de habilidad y visión, fue lo mejor de ese período y, por lo tanto, del partido.
Por lo tanto, decimos, porque la segunda etapa fue notoriamente inferior a la primera parte en todo sentido. En su transcurso se materializó el triunfo argentino, gracias a los goles de Micheli y de Grillo, pero el espectáculo decayó porque el ritmo del juego se hizo más lento y la delantera local no estuvo a la misma altura. Cabe aclarar aquí que en ello no influyó el desempeño de Méndez: antes al contrario, la actuación del popular entreala de Racing conformó plenamente, pero en el resto se advirtió una marcada tranquilidad. La que se mantuvo al mismo nivel, alerta siempre, resuelta y vivaz, fue la defensa argentina.
El cuadro inglés tuvo sus mejores hombres en la defensa: el zaguero izquierdo Eckersley y el medio derecho Wright. Falló por completo el juego de pases, que suelen dominar, y no existió unidad en sus acciones. Lucieron en el juego alto y mostraron un excelente estado atlético, pero en habilidad y armonía fueron superados.
FÉLIX D. FRASCARA (1953). Fotos: Alfieri, Legarreta, Poliznietti, Vazquez.