Lionel Messi, ¿el varón definitivo?

Brenda Elsey es una profesora de historia de la Universidad de Hofstra y co-autora del ensayo "Futbolera: una historia de la mujer y el deporte en América Latina" junto con Joshua Nadel. En este libro, habla de cómo los procesos feministas desarrollados en Latinoamérica cuestionaron la visión tradicionalista de la mujer en relación a la práctica deportiva durante los procesos de dictaduras como también democráticos. Experta en ambos temas, historia social del deporte como también de feminismo, publicó en el prestigioso medio estadounidense The New York Times un artículo con un título particular: "Lionel Messi es el hombre ideal para el 'post-machismo' de la Argentina". 

En este artículo, la investigadora traza un paralelo entre la carrera del delantero argentino, sumado a los procesos de cambio desarrollados en Argentina a partir de los movimientos feministas. La autora toma a Messi como el paradigma de estos cambios a partir de una idea: Messi no es identificado como el "pibe", es decir con el chico de clases populares que creó una carrera desde el barro y que permitió conquistar el mundo como lo fue Diego Armando Maradona. Maradona, según la tesis de la autora, es el opuesto de Messi, no en cuanto a calidad técnica sino en cuanto a contexto político social: Maradona se rebeló ante una "sociedad militarizada" y el pueblo argentino premió esa rebelión situando a Maradona como un genio en todo sentido, perdonando su machismo y sus excesos. Messi es todo lo contrario, es una "superestrella sometida" que tuvo que migrar a Barcelona para realizar su tratamiento de crecimiento. 

La carrera de Messi corre paralela a un progresivo cambio de mentalidad (no definitivo) de la sociedad en relación a los movimientos feministas que se hicieron populares mediáticamente desde mediados de la década del 2010. En palabras de la autora, los movimientos feministas y desde el fútbol femenino criticaron el modelo del "pibe" asociado a Maradona y con ello también supieron cuestionar políticas de lo deportivo, haciéndose visible a partir de la huelga de jugadoras de la Selección Nacional en 2017, como también a partir de la semi profesionalización de las mujeres a partir del caso Macarena Sánchez en 2019. Sumado a esto se cuentan los clubes en donde cuentan con comisiones de género, además de llevar cambios en los estatutos. 

En ese tiempo de cambios, Messi progresaba en el Barcelona, además de haber consolidado su matrimonio y conformar una familia: características que, si bien tradicionales, lo marginan de ese "pibe" cuestionado. Durante ese tiempo, Messi supo mostrar una imagen alejada de los excesos, e incluso colaborando en campañas contra la erradicación de la violencia barra brava. 

La misma autora reconoce en la nota que puede ser exagerado "buscar una relación simbiótica entre Messi y las feministas" en Argentina, pero luego agrega que "es innegable que ha habido un impulso de las activistas de base para reconsiderar qué valores realmente importan en el pasatiempo nacional de Argentina. Han perforado modelos costosos de heroísmo, sentando las bases para una iconografía que parece mucho más adecuada para Messi". 

La relación actual del público argentino con Messi, alguna vez quebrada en el año 2016 cuando el delantero renunció brevemente a la Selección, muestra para la autora del artículo una esperanzadora imagen de los cambios producidos en la sociedad. 

El tiempo, que acostumbra a decir la última palabra, dirá que ha pasado con Lionel Messi y si es realmente el ícono post-machista que puede liderar un cambio de conducta y pensamientos en los equipos. 

Foto de portada: JUAN MABROMATA / AFP