Las Crónicas de El Gráfico

1964. ¡7 goles todos juntos… y qué goles!

Por Juvenal. En la Fecha 26 del Campeonato de primera División, River como local se impuso por 4 a 3 frente a Racing. Un verdadero partidazo repleto de talento, juego y goles. Fútbol para disfrutar.

Por Redacción EG ·

20 de marzo de 2020

¿Que las dos defensas marcaron muy mal? ¿Equivocándose a menudo, dando ventajas, saliendo a la descubierta y dejándose sorprender por el lanzamiento en profundidad, arriesgando pelotas con temeridad rayana en la irresponsabilidad? TOTALMENTE DE ACUERDO.

¿Que la deficiente luz del estadio de River —muy lejos de la diáfana claridad que dan, por ejemplo, los focos de Independiente— puede haber perjudicado el cálculo de tiempo y distancia de los arqueros en por lo menos tres de los siete goles? ACEPTADO.

¿Que esos mismos delanteros, marcados a presión, sin regalarles campo, sin darles luz en el área, otras veces HAN HECHO SAPO y en cuanto les vuelvan a apretar las marcas pueden ver reducida su efectividad a cero? ABSOLUTAMENTE CIERTO.

Pero para estos tiempos que corren, tan austeros en materia de eficacia ofensiva, tan TRISTEMENTE CELEBRES por el imperio del CERROJO y su lógica consecuencia (el NO-GOL), haber visto siete goles en una noche. —¡SIETE GOLES TODOS JUNTOS!— equivale a todo un acontecimiento.

¡Y QUE GOLES! Los dos de Menotti, los dos de Onega, el de Cubilla (fabricado a medias con su connacional Matosas) pueden figurar con todo merecimiento en el rubro "GOLAZOS". Fueron' de esos que voltean la estantería. Que cortan la respiración. Que aceleran el pulso. Que obligan a aplaudir a todos. Hasta a los contrarios más fanáticos...

 

Imagen Cañonazo de Menotti, desde la media luna, al tomar un tiro libre. Carrizo vuela en vano. La pelota entra por el ángulo que forman poste y travesaño. El primero de los dos golazos del rosarino.
Cañonazo de Menotti, desde la media luna, al tomar un tiro libre. Carrizo vuela en vano. La pelota entra por el ángulo que forman poste y travesaño. El primero de los dos golazos del rosarino.
 

GRAN PRODUCCION OFENSIVA

Diez veces la pelota en la red: siete registradas en el score y tres anuladas. Por offside, pero muy bien jugadas y muy bien rematadas. Sobre todo el primero de Cárdenas. Dos situaciones de gol salvadas sobre la misma línea: Perfumo (hábil tifo libre de Onega, toque de Cubilla por sobre Cejas) y Varacka (pelota brillantemente puesta por Pentrelli para la entrada de Batista y disparo que superó a Carrizo). Tantos perdidos por muy poco: gran maniobra del ataque de Racing acumulando efectivos sobre la izquierda para cambiar Menotti sorpresivamente hacia la derecha, por donde entraba solo Martín, levantando apenas el remate franco (jugada "A LA HUNGARA", 4 minutos); pared Delem-Onega-Delem, remate de primera del brasileño "lamiendo" el poste lejos de Cejas (32 minutos); gran tapada de Carrizo a los pies de Cárdenas, luego de una exacta y punzante combinación Pentrelli-Baptista por la izquierda (41 minutos); brillante jugada de Menotti, arrancando de media cancha y saliendo entre tres rivales, para meter el pase justo hacia Batista, centro atrás del puntero, caída de Cárdenas y llegada. anticipada de Pentrelli, sin poder rematar ninguno de los dos con el arco a su disposición (46 minutos); veloz contraataque de River en tres etapas (Fernández-Cubilla-Delem) y excelente tapada de Cejas saliendo a cortar el remate del 9 local (50 minutos); sorpresivo y preciso taponazo bajo de Enrique Fernández (el quinto de su cosecha personal, como para que nadie diga que no acompaña y no llega y como para que él mismo comprenda que puede ser importante en la media distancia), semitapado por Perfumo y a "la ratonera", muy bien salvado por Cejas (78 minutos).

 

Imagen Onega dispara con precisión y potencia cuando Mesías y Martín culminan el cierre a sus pies, con Cejas achicando. Golazo. El segundo de River Plate.
Onega dispara con precisión y potencia cuando Mesías y Martín culminan el cierre a sus pies, con Cejas achicando. Golazo. El segundo de River Plate.
 

QUE MAS PODEMOS PRETENDER

Todo eso. Y además: PERMANENTE FUTBOL OFENSIVO. ACEPTABLE (por momentos, EXCELENTE) RITMO DE ACCION. Con mucho menos que eso, CUANDO JUGABAN ERICO, MORENO, EL CHUECO GARCIA, PONTONI, SASTRE, CHERRO, PEDERNERA Y SARLANGA, salíamos de la cancha todos contentos. Casi nunca nos preocupábamos por saber "si el 4 cerró mal" o "el 2 se dejó sacar del área" o "el arquero se quedó cuando debió salir a cortar". Nos divertíamos con un fútbol de ataque suelto y virtuoso, ante defensas que ofrecían ventajas en la marca, porque veíamos manejar la pelota, correr la pelota y meter la pelota en la red. River-Racing ofrecieron eso. En una hora de nuestro fútbol en que todos hablamos pestes del "cattenaccio" y de las marcaciones y de la pobreza imaginativa de nuestros atacantes y del CERO-GOL. Si nos quejamos es porque no hay partido que nos venga bien...

TRES CONTRA TRES Y MEDIO

Sin embargo, a pesar de haber disfrutado como hace mucho tiempo que no disfrutábamos de un espectáculo con predominio del juego de creación y ataque sobre la destrucción defensiva, nuestra misión de críticos nos obliga a formular un reparo: VIMOS GRAN VARIEDAD Y CANTIDAD DE FUTBOL OFENSIVO, POR OBRA DE LINEAS DELANTERAS INCOMPLETAS. El ataque de Racing tuvo TRES JUGADORES: Menotti, Pentrelli y el restante compuesto por un cincuenta por ciento de Cárdenas y otro de Batista. Con eso le bastó al cuadro de Avellaneda para crearle tremendos problemas a una defensa de River que en toda la noche no consiguió tapar el enorme agujero que dejaba Ramos Delgado saliendo a cualquier lejano punto de la cancha y regresando detrás de tres o cuatro camisetas albicelestes, para asistir a los desesperados cruces de Varacka o Echegaray.

La ofensiva riverplatense contó con TRES JUGADORES Y MEDIO: Onega, Enrique Fernández y el uno y medio restante integrado por un poco de Cubilla (hábil y guerrero, aunque deficiente en los toques), otro poco de Delem (mezclando buenas y malas, entregas de primera al contrario o al compañero, según le tocara, pero siguiendo siempre bien a Onega).y una significativa porción de Matosas, en toque, sentido del claro y acompañamiento, salvo 30 minutos de ausentismo (los primeros de la segunda etapa). Ese MEDIO JUGADOR más que no alcanzó a ser Pastoriza en Racing (repitiendo la imagen del centro medio antiguo, sin noción de claridad ofensiva, sólo presente en la tarea de "raspar" tobillos y "levantar" gente) explica y justifica la victoria local. Ya que la defensa de Racing, si bien regaló pelotas al por mayor (vía Martin y Mesías), no ofreció más ventajas, en conjunto, que las cedidas por Ramos Delgado y sus compañeros de retaguardia.

 

Imagen De la misma escuela rosarina: Enrique Fernández y el Flaco Menotti. Dos expresiones de calidad en River-Racing.
De la misma escuela rosarina: Enrique Fernández y el Flaco Menotti. Dos expresiones de calidad en River-Racing.
 

PARA LA CRITICA

OLENIAK: Inexistente como elemento de ataque de su equipo. Pese a ser el jugador FISICAMENTE MAS VELOZ DE LA CANCHA. Hay una velocidad que Oleniak se empecina en no querer aprender: LA  VELOCIDAD DEL JUEGO. Aun sin tener una alta dosis de VELOCIDAD MENTAL, con levantar la cabeza y estar atento al partido sería suficiente.

OSCAR MAS: Va muy mal a la disputa de pelota. Arriesgando mucho (por eso recibe golpes como el de Martín, apenas iniciado el juego). Con riesgo muy alto para el adversario (así mandó a Martín por varios minutos fuera de la cancha). No cuida su colocación en los contraataques. Se va al offside con mucha facilidad. No termina bien una sola maniobra ofensiva si hubiera mirado y dado el pase atrás cuando entraban solos Onega y Delem, en vez de tirar al arco desde un ángulo imposible, habría demostrado que, además de fervor y tenacidad en la lucho, tiene intenciones de llegar a ser un buen wing...

OSCAR MARTIN: Técnicamente lo considero mejor dotado que a varios de su misma posición (Ferreiro, Simeone, Sainz). Tiene "polenta". Pero posiblemente no exista en nuestro fútbol, actualmente, UN JUGADOR TAN IRRESPONSABLE COMO EL. El taquito que hizo frente a Onega, y que casi termina en gol (plancha de Perfumo que el juez prefirió cobrar como jugada peligrosa dentro del área) lo descalifica para jugar en un equipo serio. A menos que juegue en serlo. Y conste que eso ocurrió cuando todavía estaba sano.

SPINETTO: Acepto que las dos expulsiones fueron correctas. No sé qué pueden haberle dicho Anido y Onega (los dos habían sido advertidos en el primer tiempo, cuando Onega pidió penal desde el suelo, el juez corrió para amonestarlo y Anido lo increpó, creyendo que cobraba el penal) pero es hora de que nuestros jugadores aprendan que basta el amago de una protesta airada para ser excluidos del juego. No se necesita insulto. Si hubiera insulto la pena no puede bajar de 99 años... En general su arbitraje tuvo altibajos. Dejó pasar infracciones graves. Penó faltas leves. Y no aplicó bien la ley de ventajas. Ni siquiera usó el mismo criterio para sancionar hechos semejantes dentro del mismo partido.

 

Imagen Delem congratula a Onega, luego de su primer gol. El primer tiempo del "Ronco" fue excepcional.
Delem congratula a Onega, luego de su primer gol. El primer tiempo del "Ronco" fue excepcional.
 

La gente salía del estadio de River protestando. Contra el juez, contra las expulsiones, contra Carrizo porque no había atajado los dos pelotazos que le mandó Menotti desde afuera del área... Es indudable que el público ha perdido la virtud de disfrutar cuando le ofrecen espectáculos atractivos, con auténtico sabor a fútbol. Está visto que la gente prefiere enojarse, discutir, amargarse. Tal vez algo de culpa (algo bastante) sea nuestra. Los periodistas, en tren de hurgar en el detalle técnico - táctico - temperamental - psíquico - estratégico - traumatológico, posiblemente le estemos quitando al público el simple y reconfortante gusto de ir a la cancha para entretenerse y divertirse. NADA MAS Y NADA MENOS.

El viernes por la noche, por ejemplo, los dos insiders izquierdos "la rompieron". No a lo largo de los 90 minutos, porque Onega fue expulsado antes (77 minutos) y Menotti tuvo casi 20 minutos de total ausentismo durante el segundo tiempo (está visto que ni en el momento del elogio podemos enjaular al crítico que llevamos adentro...). Pero cuando les tocó, como si se hubieran empeñado en un duelo de habilidades, decididamente fue así: LA ROMPIERON.

Al conjuro de sus maniobras, sutiles y potentes, virtuosas y efectivas, volvieron a flotar sobre la noche de Núñez las sombras augustas de dos "de antes" que hicieron felices a varias generaciones de riverplatenses (y de no riverplatenses gustadores del fútbol también). Cuando el ronco Onega entró como luz para tocar de cabeza por sobre la salida de Celas (primer gol), en cada uno de sus Piques, o cuando enganchó varias pelotas con precisión de artífice para hacer pasar de largo a los defensores que llegaban tocando corneta para cruzarlo en su carrera, volvimos a ver —como ocho o diez años atrás— la inconfundible clase de Ángel Labruna. Cuando arrancó en un Pique incontenible de casi 25 metros y Pese a la salida de Cejas y el doble cierre de dos rivales la clavó allá arriba, junto travesaño, con un formidable remate (segundo gol), nos acordamos de varias cosas: de la potencia de Ernesto Grillo, de lo que solía decir Renato Cesarini ("cuando Onega arranca HACE UN SURCO EN LA CANCHA...), de la justeza infalible de Angelito para ponerla en los rincones prohibidos... Y cuando el flaco Menotti infló la red con esos dos sensacionales derechazos desde el semicírculo, con pelota parada y compacta barrera al frente, volvimos a ser pibes y a sentirnos felices con los taponazos de Bernabé Ferreyra. ¡QUE MANERA DE DARLE A LA PELOTA! Quien declare haber visto la trayectoria del último gol puede ser acusado ya mismo de falso testimonio... Y había quienes pretendían que Carrizo los sacara, porque fueron al rincón corto, el que estaba cubriendo Amadeo... Posiblemente con tres Carrizos juntos hubiera sido posible evitarlos. De otro modo, ni aun "cantándolos" el flaco en el momento de patear ("arriba, izquierda"), ningún arquero hubiera tenido nada que hacer... Ni Amadeo, con lo mucho que sabe, por sabio y por viejo... Allí, en esos dos impactos, el flaco de Fisherton resistió cualquier paralelo histórico. Hasta con la legendaria FIERA de Rufino... Lástima que no siempre quiera ser LA FIERA. Que muchas veces trabaje de inocente corderito. Cuando el claro que se le ofrece no es tan amplio como a él le gusta y busca otro claro más, para terminar perdiéndola. Si el flaco pateara más a menudo desde los 25-35 metros AUN CON EL ADVERSARIO ENCIMA, ¿QUE MEJOR MANERA DE ROMPER "CATTENACCIOS" Y MARCACIONES RUDAS? Con lo fuerte que sabe darle podría conseguir dos cosas: sorprender con el bombazo al arquero, más tapado para ver venir la pelota que Menotti para darle con todo; "arrugar" al más duro de los defensores luego de un par de pelotazos fuertes... Pero el pudor del flaco se lo impide. "¿Cómo le voy a tirar a otro jugador?", me dijo una vez que se lo insinué, en Rosario, luego de escuchar sus quejas sobre las marcaciones adversarias ("me dan en los riñones, en los tobillos, hasta en la nuca ...), y no dijo: "un contrario". Dijo: "otro jugador". Admirable pudor de Menotti. El mismo de muchos otros buenos jugadores argentinos. EL QUE NOS LLEVA A SEGUIR DANDO VENTAJAS. EL QUE NOS LLEVA A SEGUIR PENANDO FRENTE A QUIENES SABEN Y PUEDEN MENOS, PORQUE NO PONEMOS SOBRE LA CANCHA TODO LO QUE SABEMOS Y PODEMOS.

(No hay caso. Hasta en el momento del elogio me salió el crítico de adentro.) De todos modos: gracias, Ronco; gracias, Flaco. Gracias por una noche de primavera para disfrutar y evocar... Para ser felices viendo fútbol.

Por Juvenal

Fotos: Alfieri y Pellizzeri